Me llamo Matthew, mucho gusto. ¿Qué te puedo decir de mí?
Tengo veintiún años.
Amo comer macarrones con queso.
Soy gay.
Oh, y creo que lo arruiné todo con mi mejor amigo por decirle que le amaba y qué llevaba enamorado de él desde el primer moment...
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*enloquece* EN SERIO, GRACIAS, GRACIAS, SON LO MEJOR ❤😢 no tengo manera de como expresarles lo mucho que valoro sus lecturas, sus votos y sus comentarios ❤ no quiero ponerme cursi, tengo qué contener mi impulso...de...cursibilidad, AAAAAHHH.
~°~
No contesté.
Okay, fue raro, pero acaba de conocer a una nueva parte de mí llamada orgullo. Era una tontería quizá, pero aunque Zak y yo no habíamos etiquetado lo de nosotros, sabía qué teníamos algo y no lo iba a dejar tirado por Duncan así cómo así. También, una parte de mí, se asustó un poco de ser herida de nuevo. Así qué no contesté a su mensaje.
Además, ¿qué podría decirle? ¿"hola", justo cómo él hizo?
Lo siento, pero yo no era bueno disimulando qué nada pasó.
Tomando una gran respiración, eliminé el mensaje y con todo el esfuerzo del mundo y cerrando los ojos, me senté al lado de Thomas cómo si nada.
Forcé una sonrisa.
—Cuéntame desde el principio.
Thomas gimió y se tiró sobre él sofá.
—Le dije qué me gustaba y qué quería algo más qué sólo sexo.
Asentí, poco sorprendido.
Era obvio.
—Ella sólo se me quedó mirando —continuó. —Únicamente le había dicho eso. No le pedí salir ni nada, sólo le dije qué sí ella quería ir a otro nivel yo estaba muy dispuesto, pero... Vanessa comenzó a actuar rara. Entonces, hace unos días, la vi charlando con un chico y usualmente no pasaría nada, lo sabes, no soy del tipo celoso, pero conozco lo suficiente a Vanessa para reconocerla coqueteando y-
—¿Hiciste una escena? —pregunté dudativamente.
Una mueca de dolor apareció en su cara.
—Algo así. Cómo sea, no fue tan grave, pero ella enloqueció totalmente; empezó a gritar qué estaba intentando controlarla y esas cosas. Desde ese día no hablamos, excepto por hoy, claro, qué llegó disculpandose y terminó las cosas conmigo.
Pasé la mano por mi mandíbula.
—¿Quizá está asustada de qué te pongas serio?
Thomas suspiró.
—Cualquiera qué sea la razón, Matt, ella puede hablarlo y no comportarse cómo sí yo le hubiera dicho qué tenía una colección de muñecas barbie en mi habitación. Ella realmente me gusta, Matt. No quiero perderla. Así sea sólo sexo, me conformaré con eso.
—Mm.—murmuré. —Quizá no deberías. Te lo dice don-me-conformo-con-tu-amistad. Créeme, el sentimiento sólo empeora.
