#8: Oh what a day!

11.5K 512 50
                                    

a r i a.

Okay, perfecto. Me quedé sola, con Jack. Espero que puedan saber lo incómodo que esto era para mí.

El beso de Jack, aunque hubiera sido corto, había sido mi primer beso. Y había estado bien... claro que no tenía de donde comparar. Pero eso no le quitaba lo incómodo a la situación. En primera porque no sabía que hacer o decir.

La tensión se podía sentir entre nosotros, y parecía que hubieramos estado ahí solos durante mas de 5 minutos cuando ni siquiera el minuto entero había pasado. Me balanceé sobre mis talones de enfrente hacia adelante poniendo mis manos en los bolsillos de mi chaqueta, y Jack parecía solo tener la mirada perdida, aunque la verdad no me estaba molestando mucho en mirarlo.

-Oye, mejor... -Decidió a hablar Jack-. Hay que olvidar lo que pasó, ¿si? Solo fue...

-Si, si, si, claro, entiendo. -Me apresuré a decir.

Sabía que no había significado nada, de cualquier forma.

-¿Seguimos igual? -Preguntó con una sonrisa tímida, asentí y le respondí el gesto.

-¡Ugh! -Escuché a Finn quejarse, que se suponía que estaría abajo haciendo la cena. Jack y yo decidimos ir rápido con él para ver que pasaba y encontramos a Finn tratando de freír unas papas, o bueno, sinceramente no sabía que era lo que estaba haciendo.

-¡Finn! No puedes meter las papas enteras en un sartén sin siquiera haberlas pelado. -Dijo Jack sacando las tres papas que estaban en el sartén con aceite caliente.

-Ya te había dicho yo que no sé cocinar. -Se quejó Finn, dándose por vencido con lo de las papas.

-Finn, mejor sal de la cocina, yo cocinaré esta vez. -Propuse al ver el desastre que estaba haciendo.

-De acuerdo. -Se hizo a un lado y salió, caminando hacia su habitación, como siempre.

★ ✩ ★ ✩ ★ ✩

Jack batalló para que Finn se dignara a venir a cenar con nosotros, pero de alguna manera lo logró.

La cena transcurrió muy callada, Finn miraba su comida y agarraba un poco luego de un tiempo, Jack miraba hacia la nada y hacia movimientos con su boca o diferentes caras, que no sabría decir si solo estaba simulando masticar o estaba incómodo. Yo estaba viéndolos a los dos, unos segundos a Finn, otros segundos a Jack, y es que miraba lo parecidos que eran, estudiaba cada una de sus expresiones. El único ruido que había eran los sonidos de los cubiertos contra los platos o el ruido que hacían los vasos cuando chocaban contra la mesa.

-Y... ¿Quién es el mayor? -Propuse como tema de conversación a los casi diez minutos de silencio. Los dos me miraron profundamente, con esos verdaderamente hermosos ojos verdes y por un momento me sentí muy chica. Me miraban con una cara de "¿estas hablando enserio?" y yo solo me encogí de hombros esperando a que contestaran.

-Yo. -Respondió Finn seco para volver a su comida.

-Solo por 2 minutos. -Aclaró Jack.

-Pero sigo siendo mayor. -Dijo Finn con el mismo tono anterior.

-¿Y sus padres? ¿No tienen hermanos? -Pregunté yo poniendo mis codos sobre la mesa.

-Nuestros padres están, probablemente en... -Se calló, y rascó su cabeza mientras se ponía a pensar.- Ni idea, ¿Finn?

-No sé, ah... Hace 2 meses estaban en... Ah, no se coño, pero están vivos, eso es lo que sé. -Dijo Finn, como si no le importara. Bajé la mirada y ya nadie dijo nada.

Tienen a sus dos padres vivos, y lo que yo daría porque mi mamá lo estuviera. Pienso que tienen que aprovechar que los tienen, uno nunca sabe cuando se van a ir. En fin, todo transcurrió muy callado después de eso, con un poco de incomodidad rodeando el lugar.

★ ✩ ★ ✩ ★ ✩

Estaba en mi habitación, sosteniendo la única foto que tenía de mi mamá. Ella y yo, en mi fiesta de cumpleaños número 9, en el espacioso jardín de nuestra gran casa, todos felices. De verdad que tengo muy buenos recuerdos de esa época. No pude evitar soltar una lágrima al recordar a mi mamá, de verdad que era la única que de verdad estuvo conmigo y cuando se fue, simplemente ya no hallaba mi lugar aquí.

-Solo te falta equilibrio, Aria. Ya verás que podrás. -Mi madre, Jocelyn, me sostenía en mi pequeña bicicleta color púrpura para que yo no me cayera. Me estaba enseñando a andar en bicicleta.

-No mami, me voy a caer, es inútil, yo no sirvo para esto. -Me quejé mientras me bajaba de mi bicicleta y me iba a sentar en la banqueta, justo a un lado de la calle.

-Aria, estás muy chiquita, pero tienes que saber desde ahora, que tienes que luchar hasta por lo más pequeño, y no dejar que pequeñas cosas te lo impidan, ¿está bien? -Dijo mientras se sentaba junto a mi, tocando mi hombro y mirándome a los ojos. Asentí levemente y mamá se levantó, extendiéndome una mano para ayudarme a pararme. -Ahora vuelve a esa bicicleta y vas a ver que si confías en tí, lo vas a lograr. -Le dí un abrazo y fue a levantar mi bici, me subí en ella y esperaba las instrucciones de mi madre para empezar a andar. -Trata de darle a un pedal primero, para que así te impulses, luego te subes y empiezas a andar, manteniendo el equilibrio como cuando vas caminando pisando una línea tratando de no caerme. -Me sostuvo por detrás y me impulso, mientras me sorprendía yo misma al notar como iba avanzando.

Seguí pedaleando hasta que casi llegaba al final de la calle, mientras que mamá me veía con una sonrisa, me bajé rápido de la bicicleta y corrí hacia ella para darle un abrazo.

-¡Mami, mami, si pude, si pude! -Dije emocionada al ver como lo había logrado.

Sonreía mientras recordaba, y las lágrimas seguían bajando por mis mejillas. Abracé la imagen lo más fuerte que pude a mi pecho y dejé que las lágrimas siguieran cayendo. La miré por última vez, antes de volver a guardarla en su lugar.

-Aria, quería pre... -Entró Jack a la habitación y yo rápidamente traté de quitar las lágrimas salían por mis ojos. Se detuvo y se acercó hacia mi. -¿Estás bien? -Preguntó.

-Si, Jack, no te preocupes. -Asentí y me recosté en mi cama. -Eh, solo me quiero recostar, en serio, en cualquier momento caeré. -Dije simulando un bostezo que pareció creíble hasta a mí porque de verdad me estaba entrando sueño. Segundos después sentí como mi cama se hundía ligeramente al sentir más peso sobre ella.

-Cuentame, o al menos, no me iré de aquí hasta que te sientas mejor. -Soltó un bostezo y se estiró, quedando justo a un lado de mí.

-¿Ves? Tu ya tienes sueño, no te quito más tu tiempo. -Respondí y sorbí mi nariz, tallandome la cara.

-Yo ya te dije que no me voy a ir hasta que me cuentes, y si no quieres hablar de eso, lo entenderé pero no me iré hasta que te sientas mejor. -Me respondió con una sonrisa en la cara. Me acomodé junto a él y lo miré. Estaba sintiendo muy pesados los ojos, ya no iba a aguantar. Es como esas veces en las que de verdad te quieres quedar despierta, pero ya no puedes más y de verdad se siente tan bien cuando cierras los ojos.

-Es por mi mamá. -Me decidí a hablar mientras soltaba un bostezo, otra vez. Sentí como mis ojos se cerraban mientras me acomodaba en su pecho, mientras tomaba mi almohada, casi abrazandola.

Caí en los brazos de Morfeo.

♀ j a c k.

-Es por mi mamá. -Fue lo último que escuché de su boca antes de que se acomodara y cerrara sus ojos poco a poco. No me quise molestar en despertarla o moverla para hacer que volviera en sí y recordara que estaba a punto de contarme algo. ¿Qué pasaba con su mamá? Ya no supe nada yo tampoco, verla dormir me estaba haciendo sentir más sueño del que ya tenía y había olvidado por completo la causa por la que había venido principalmente. Baje con cuidado mi cuerpo quedando un poco más cómodo en la cama, tratando de no hacer ningún movimiento brusco. Se veía tan linda, tan tranquila. Minutos después de quedarme contemplando cada uno de los detalles de su cara, desde sus largas pestañas, su nariz un poco respingada, un pedazo de cabello que pasaba por un lado de su cara, sus labios... La rodeé con mis brazos y caí en un profundo sueño.

jack & finn harries • descontinuadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora