#16: Let's go shopping.

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No esperaba recibir respuesta de su parte. Eran de esos hola's que no llegan a más. Tan solo era un buen gesto de cortesía. Pero no iba a negar, que el hecho de que no quitara sus ojos de mí estaba haciéndome sentir incómoda. ¿Tenía algo en la cara? Bueno... No me quedaba de otra que ver que era lo que quería, ¿verdad?

Giré mi cabeza hacia mi lado derecho, al asiento que ahora estaba ocupado por un chico -bastante lindo, no podía negarlo- que no había dejado de mirarme en los últimos 30 segundos, y le pregunté con un tono amable:

-¿Se te ofrece algo?

-¿Disculpa?

-Es que no pude evitar notar el hecho de que estabas mirándome, y pensé que podrías necesitar algo, o no sé.

-Soy Jay. -Dijo directo-. Perdón si te molesté.

-No hay problema. Soy Aria, por cierto.

-Lindo nombre. -Sonrió-. Así como tú.

-Gracias. -Contesté un poco tímida.

-Solo digo la verdad. -Conservó su sonrisa, y la hizo aún más grande. -¿Por qué estás aquí?

-Una... amiga, está aquí. Entró en coma y... -Contesté, sin saber muy bien que decir. No quería ser descortés, pero por otro lado, tampoco lo conocía. El pareció entender que no quería seguir hablando con un asentimiento de cabeza.-. ¿Y tú?

-Mi mamá trabaja aquí, es enfermera, y como rara vez está en la casa, vine a pedirle dinero.

-Ah, claro. -Sonreí.

-Ah, ahí esta. -Dijo señalando a una señora, de aproximadamente unos 35 años. Se veía joven, era rubia, con el pelo chino, a diferencia de Jay, que su pelo era castaño oscuro, alborotado y lacio. Debió haber salido como su padre-. Nos veremos luego, espero. -Sonrió, y caminó hacia ella. La señora suspiró, y tomó dinero de su bolso, se lo dió, y éste le enseñó la cara más inocente que pudo hacer.

Cuando iba a irse, me volteó a ver, y me guiñó un ojo. Segundos después una chica rubia, con una mini falda y una blusa escotada entró al hospital, mirando hacia los lados.

-¡Jay! -Chilló, y se lanzó a sus brazos en cuanto lo vió. Se besaron en la boca durante unos segundos y yo me vi obligada a mirar hacia otro lado. Se fueron, el chico bufando, y la otra encimándosele cada vez más. Fruncí el ceño un poco divertida.

Que perro, pensé. Lo que me hizo reírme de mí misma.

-Hola, chica. ¿Por qué la risa?

-Nada, nada. Solo me reía de mi, Joey. -Se sentó a mi lado, y me observó con un gesto divertido.

-Claro.

En los últimos días, había tenido la oportunidad de conocer más a Joseph y a Joey. Los dos eran muy divertidos, y te la pasabas muy bien con ellos. Había decidido por la noche que no diría nada sobre que Joe y Zoella son mis hermanos; me acercaría a ellos, y los conocería, pero no les diría que soy su hermana.

-Ahora que te veo tan sola, ¿no te gustaría ir de compras? -Me preguntó un poco ansioso. Reí.

-¿A ti te gusta ir de compras? -Contesté sonriendo.

-Por supuesto. -Sonrió-. Vamos- Se levantó de su lugar, y me extendió una mano. La tomé y me jaló hacia la salida. Me detuve y el me miró expectante.

-Finn.

-Ah, ahorita le avisas. Vamos. -Salimos del hospital y nos encaminamos a su carro, el cual desconocía.

-¿Tienes un beetle? -Le pregunté cuando se paró a lado de la puerta. Era un precioso beetle descapotable de color beige. Muy afeminado para mi gusto.

-¿Marcus? Si. Es mi bebé. -Sonrió, y entró en el carro. Entre en cuanto quitó el seguro de mi puerta. Y wow, si que cuidaba su carro. Rechinaba de limpio.

-¿Tiene nombre? -Reí, justo cuando encendió el motor. Joey asintió enérgico, y arrancó. Suponía que nos dirigíamos hacia el centro comercial.

Cuando llegamos, Joey estacionó su beetle en un aparcamiento privado. Le dejó las llaves a uno de los señores que cuidaba el lugar, diciéndole: ''Cuídelo, con su vida. Como si fuera su hijo.'' Y después de eso, caminamos hacia la entrada del centro comercial. Había un gran letrero escrito en mayúsculas en la entrada que decía: ''WESTFIELD LONDON SHOPPING CENTRE''

*N/A: Walking on Sunshine de Katrina & The Waves suena salvajemente de fondo*

-Primer paso: conseguir una bebida. -Dijo Joey, caminando por el lugar como si fuera su propia casa.

Caminamos hacia un Starbucks que estaba a la vuelta, y cada uno compró un frappuccino. Salimos rápido, y empezamos a caminar.

-Segundo paso: sentarnos y platicar de cosas sin sentido. -Me llevó a uno de los sillones de color marrón en una esquina al aire libre del lugar, y comenzamos a charlar. De nada en particular. Era bastante divertido.

-Okay, tercer paso: pasar por cada una de las tiendas. -Se levantó, y tomó mi mano.

Pasamos por muchas tiendas. Yo me negaba a probarme algunas cosas, pero terminé siendo obligada por Joey. Así que tuve que hacerlo.

-Este vestido. ¿No te gusta? -Preguntó Joey, alzando un lindo vestido strapless. Era corto, con la falda del vestido de color beige, y la parte de arriba de color blanco.

-Combina con tu auto. -Le dije sonriendo.

-Fue lo mismo que yo pensé. -Rió. -Y bien, ¿te gusta o no?

-Claro. Está precioso. -Sonreí. -Aunque, debe de estar muy caro.

-No te preocupes por eso, yo te lo pago.

-No, no, no, no, no. No, Joey. No puedo aceptarlo.

-Tranquila. -Caminó hacia el mostrador y le cobraron el vestido, mientras yo me quejaba y lo jalaba de su camisa blanca.

-Te odio, pero... Gracias. -Me seguí quejando cuando nos encontrábamos dentro de su carro. Yo traté de evitarlo, pero cuando me dí cuenta, ya me había comprado el vestido, y no sé de donde, pero también había llevado un jersey marrón claro... También para mí.

-El dinero no es problema, querida.

-Cómo sea. Te lo pagaré.

-De niguna manera.

Bufé resignada, y miré por la ventanilla del carro. De verdad que estaba muy agradecida con Joey. El vestido nuevo que tenía, iba perfecto con el jersey que me había llevado. Y sé que no soy la única que lo piensa... Su auto. Su refinado y acertado sentido de la moda. Y por muchas cosas más, llegué a la conclusión de que era gay. Me parecía un poco maleducado preguntarle luego de todo lo que paso, y que terminara siendo totalmente heterosexual. Las posibilidades eran mínimas, pero había. Y si Joey no era gay, pues mis más sinceros respetos; cuidaba tan bien de su aspecto, y de todo a su alrededor. No me sorprendería que en su habitación tuviera más de una docena de productos para el cuidado del cabello y la piel.

-¿Joey?

-Ajá. -Me volteó a ver cuando el semáforo quedó en rojo.

-¿Eres gay? -Pregunté un poco tímida, y Joey rió fuertemente.

-Linda... ¿No es obvio? -Rió.

-¿No es un secreto? -Pregunté.

-No se lo digo a nadie, pero supongo que cada uno llega a la conclusión de que lo soy.

El semáforo cambió, y Joey volvió a avanzar.

-Ah, eso explica mucho. -Joey volvió a reír. Segundos después, fuimos interrumpidos por el conocido tono de el tono de mi celular; Heart Attack de Demi Lovato. Al ver el nombre de Finn en la pantalla, maldecí y contesté rapido.

-Aria, ¿dónde mierda estás? Estuve durante 10 minutos pensando en que podrías estar en el baño, pero ya han pasado más de dos horas y no estás por ningún lado.

Demonios, ¿cómo pude olvidar avisarle? Reí en mi interior, antes de contestar.

jack & finn harries • descontinuadaWhere stories live. Discover now