#10: They're so different.

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a r i a.

-¿Qué rayos dices, Finn? -Musité con el celular sostenido entre mi hombro y mi oído, debido a que estaba justamente lavándome los dientes cuando recibí su llamada.

Escupí y enguaje mi boca, dejando mi celular de lado, esperando a que se calmara un poco, no es que de verdad pudiera escucharlo, porque casi, bueno, todo lo que estaba saliendo de su boca en ese momento eran puras tonterías y el estruendoso sonido de la música que se podía escuchar incluso teniendo el celular a un metro de mí, no estaba siendo de mucha ayuda que digamos.

-Una chica se enojó conmigo. -Rió. Caminé hacia mi habitación, con el celular pegado a mi oído de nuevo. Fruncí el ceño tratando de ser muy cuidadosa al escuchar sus palabras, ya que como había dicho anteriormente, no podía escuchar prácticamente nada. Me senté en mi cama de un brinco y recargué mi espalda en la cabecera de esta, poniendo una almohada en mi regazo. -Me estaba besando. -Prosiguió, seguido de muchas risas de su parte. -Y dije tu nombre, al parecer es de los delitos más graves. Uh, la hubieras visto. -Volví a reír. En ese momento estaba realmente confundida, porque no tenía idea de lo que hablaba. Escuché el ruido de un vaso de vidrio caer y romperse, seguido de que una silla también lo hiciera, -a excepción de que supongo que esta no se rompió-, y supuse que era donde Finn se encontraba sentado porque pude escuchar su estruendosa risa más distante, seguida de un '¡Oops! Lo siento' de su parte, aunque sus risas no cesaban.

-Finn, ¿¡dónde rayos estás y que estás haciendo!? -Hablé por el otro lado de la línea sin respuesta alguna.

-¿Podrías venir por él por favor? Dudo que el pueda regresar solo en la condición en la que está. -Escuché la voz de un hombre desconocido hablarme segundos después desde el otro lado de la línea.

-¿Quién es usted? -Pregunté mientras me levantaba de mi cama y buscaba debajo de esta mis converse de bota negros.

-Uno de los meseros del bar que esta a unas cuadras. ¿Podrá venir? -Podía seguir escuchando las risas de Finn a lo lejos y el 'mesero' que ahora tenía el control del celular de Finn le decía cosas que no logré entender e incluso Finn también estaba hablándole, pero estaba diciendo cosas que eran aún menos entendibles para mis oídos.

-Claro, claro. -Contesté rápidamente mientras trataba de ponerme el zapato. Gruñí un poco al ver que no entraba, así que opté por desabrocharlo y meterlo mejor. Entró el primero, bien.

-Bueno, entonces no se tarde, por favor. -Dijo el muchacho antes de colgar. Aventé mi celular en la cama y afortunadamente no se cayó.

Tomé las agujetas y en vez de atarlas, decidí meterlas por los costados de este e hice lo mismo con el otro par. Me levanté de la cama y tomé mi celular y una chaqueta de lana que me abrigara encima de la delgada camiseta gris de manga larga que llevaba ya que de verdad estaba haciendo mucho frío. Me la fui poniendo mientras bajaba las escaleras y metí mi teléfono en el bolsillo trasero de mi pantalón.

Abrí la puerta con cuidado de no despertar a Jack, rondarían entre la una y las dos de la madrugada y habíamos llegado como a las once, totalmente cansados, pero la reciente llamada del gemelo bipolar de los Harries me impidió poder tomar mi merecido descanso. Estupendo, ¿no creen?

Cerré la puerta, igualmente con mucho cuidado de no hacer ruido y salí por el pasillo haciendo un estilo de caminata muy raro. ¿Por qué rayos estoy caminando así? Al notar como mis pies y mis caderas se movían de una manera extraña, me detuve y proseguí a caminar como una persona normal.

Estuve caminando como por 15 minutos hasta que divisé un bar. Me encaminé hacia el y entré, notando como una brisa de humo de cigarro y alcohol chocaba contra mi rostro. Tosí un poco y entrecerré los ojos, tratando de localizar un chico castaño, verdaderamente guapo y con una camisa negra en este lugar.

Y hablando de...

-Tengo la camisa negra, porque negra tengo el alma... -Cantó el chico encima de una mesa, mientras que otras de las chicas que estaban presentes en el lugar, comenzaban a acercarse a él y le aplaudían, claramente también un poco tomadas. Segundos después, el chico fijó su mirada en mí y una sonrisa se posó en su rostro. Dió un salto para bajar de la mesa, pero falló en el intento ya que se cayó de boca, lo que hizo que se golpeara la cabeza. -Joder. -Gruñó, pero no pude distinguir si de verdad estaba quejándose por el golpe debido al tono divertido que acompañaba su voz.

Se levantó y caminó hacia mí entre la bola de gente que había y me recibió con un fuerte abrazo. Dios, de verdad olía mucho a alcohol.

-Ay Finn... ¿Por qué estás así? -Le pregunté mientras colocaba uno de mis brazos alrededor de su torso y lo llevaba fuera del lugar.

-Porque nadie me quiere, todos me odian, mejor me como un... -Comenzó a cantar, pero fue interrumpido de nuevo por una risa. ¿Qué no pensaba parar de reír?

-A ver, Finn. Tienes que ayudarme, porque no pienso estar cargando contigo todo el camino. -Le dije, soltándolo para que tratara de caminar. Uh, primer error. -¿Por qué te caes? No te caigas, Finn. -Reí. -Vamos, levántate. -Le extendí mi mano para ayudarlo a que se levantara y la aceptó, volviendo a reír.

-Te adoro.

★ ✩ ★ ✩ ★ ✩

-Shh... Shh... -Traté de callarlo, mientras lo subía por las escaleras. -Trata de no moverte tanto. -Le dije cuando le dí un empujón a la puerta de su habitación con mis pies porque mis manos estaban ocupadas tratando de sostenerlo.

Fue tan difícil traerlo hasta acá, en especial por el montón de tonterías que decía en el camino. Traté de ignorar las múltiples veces que lo escuché decir que 'me adoraba' y que 'me quería', echándole la culpa al estado en el que se encontraba.

-¿Qué me has hecho, Aria? -Preguntó riendo cuando lo acosté en su cama y el no quitaba su mirada de mí. Recorrió mi cuerpo con la vista, deteniéndose en algunos lugares. Tragué saliva.

¿A que rayos se refería con ''¿qué me has hecho, Aria?"? Preferí olvidarlo, como lo hice con las demás cosas que me dijo.

-Quedate aquí, conmigo. -Pidió haciendo un puchero cuando me dirigía hacia la puerta. Extendió sus brazos hacía mí y me volteé por completo hacia él.

-No, Finn, debes dormir.

-No podré dormir bien si te vas.

De verdad que era muy raro verlo a él así, luego de ver como se comporta normalmente. Reí en mi interior al notar lo tierno que se veía.

-Me tengo que ir, Finn. -Murmuré y ví como se levantaba de su cama tambaleándose. Se acercó a mí y me abrazó. Me llevó a su cama y me aventó, se recostó junto a mí y me dió un beso en la frente.

-Mucho mejor. -Dijo él mostrándome una sonrisa que me dejó ver una larga hilera de perfectos dientes blancos. -¿Has oído ese dicho que dice: "Los niños y los borrachos siempre dicen la verdad."? -Preguntó Finn acariciando mi cabello mientras me pegaba más a él con el brazo que rodeaba mi cintura. Asentí. -Bueno... piénsalo.

-¿Qué? -Le pregunté. Pero fue demasiado tarde, ya que el ya se había quedado completamente dormido.

No entiendo. Pero... no sé, esto no está bien.

Creo, aunque me cueste aceptarlo, que tengo sentimientos encontrados. No sé que significa exactamente. Nunca me he considerado de ese tipo de chicas que entiende las indirectas fácilmente, -si es que eso era una-, y no estaba siendome de gran ayuda en estos momentos.

Los dos eran tan diferentes, pero a la vez tan similares.

jack & finn harries • descontinuadaWhere stories live. Discover now