Dieciocho años no son nada

Capítulo 9

Jesús.

Observo desde el otro lado de la tienda el voluptuoso cuerpo de Martina inclinado sobre el mostrador.

Se encuentra riendo junto a María del Mar y pegando etiquetas en una enorme pila de carátulas. 

Cuando termino de ordenar en las estanterías, me dirijo hacia el mostrador.

-¿Tu qué opinas, Jesús?- pregunta María del Mar
-¿De qué?-
-Tu cómo chico, ¿qué prefieres? ¿Chica maquillada o chica natural?- cuestiona la de los ojos marrones mirándome fijamente. 

Ella apenas lleva maquillaje.

Lleva brillo en los labios y ya está.

Lleva un estilo muy natural.

Mi respuesta está clarísima.

-Natural- contesto con decisión
-¿Lo ves, María del Mar?-
-Joder pues no se, hay gente que contesta que las prefiere maquilladas- se encoge de hombros y sigue ticando algunos productos en el ordenador.

Martina sigue etiquetando el género y yo la observo.

No puedo evitarlo.

-¿Esto ya está?- cuestiono acercándome a ella
-Si- responde en un hilo de voz -lo puedo colocar yo si quieres- termina de apilarlo todo en una columna
-Lo podemos colocar entre los dos-

Un leve sonrojo aparece en su cara, acompañado de una sonrisa y después, asiente.

*****

Beso ferozmente sus labios y después ella sonríe.

Después beso su cuello y ella suelta un jadeo.

-Te quiero- me dice con una sonrisa
-Y yo a ti, Martina- acaricio su mejilla y ella sonríe tímida.

A continuación, volvemos a besarnos.

-Jesús- oigo una voz lejana -Jesús- repite.

Abro los ojos y veo a Lara a mi lado.

-¿Qué?- pregunto molesto, con lo a gusto que estaba yo con mi sueño.

Joder, ya van dos veces que sueño con ella.

Esto no puede ser.

Me he fijado en una chiquilla dieciocho años menor que yo.

-¿Qué soñabas? Te estabas moviendo y sonreías mucho- me mira con el ceño fruncido
-Nada, que era millonario- miento restándole importancia
-¿A qué hora vuelves a entrar en el trabajo?- se incorpora algo molesta.

Y yo no encuentro el motivo de su molestia.

No le he dicho nada que pueda molestarla.

De verdad que a veces no entiendo a esta mujer.

-A las cinco- contesto frotando mis ojos
-Pues son menos veinte- se encoge de hombros.

Joder quería llegar antes solo por verla a ella.

Rápidamente me levanto del sofá y me voy al baño.

Después de haberme lavado los dientes, las manos y la cara, cambio mi camiseta gris por una negra en la que pone Led Zeppelin, cojo mi mochila y me voy.

******

Bajo del bus y voy caminando hasta la tienda.

Cuando llego, veo en la puerta a Damián hablando por teléfono.

El del pelo oscuro me saluda con un movimiento de cabeza y yo se lo devuelvo.

Entro y veo a Mónica colocando unas video consolas en las vitrinas y a Carolina atendiendo a una mujer teñida de pelirroja con un perro.

Las saludo y después entro en el baño a dejar mi abrigo y mi mochila.

No he visto a Martina, esperaba poder verla.

Vuelvo al mostrador y cuando Mónica ha terminado de ordenar, me pone al día de lo que han hecho ella y Carolina al medio día mientras Damián y yo no estábamos.

Mónica y yo somos las manos derechas de Damián.

Como si la divina providencia escuchase mis pensamientos, viene Martina hacia el mostrador.

Tiene el pelo recogido en una coleta alta y las mejillas muy rojas, suspira fatigada y se apoya en el mostrador.

-Madre mía, si que había cosas por colocar- saca su móvil y mira algo con el ceño fruncido
-¿Ya lo has colocado todo?- cuestiona Carolina, asombrada.

La morena asiente con una sonrisa.

-Que rapidez hija mía- murmura y yo río.

Martina me mira y después de guardar su móvil, peina su pelo rápidamente en una trenza lateral.

Coge las carátulas y se va a otra parte a colocarlas.

-Le gustas, está clarísimo- susurra Carolina
-¿Qué dices?-

Se a que se refiere pero prefiero que no continúe con el tema.

Es mejor dejarlo estar.

Se que me gusta, o por lo menos me atrae Martina.

-Que le gustas a Martina- continúa susurrando
-Que no, que eso no puede ser, Carol. Que manía- río con lo último y ella niega con la cabeza
-Le gustas mucho y es más que evidente. ¿Y sabes por qué no te das cuenta? Porque ella también te gusta a ti- concluye orgullosa su discurso.

¿Tan evidente es?

La castaña oscura de piel pálida se da cuenta de mi repentino silencio y toca mi brazo haciendo que la mire directamente a los ojos.

-No se lo voy a decir a nadie, y menos a Damián, tranquilo- me calma al ver mis nervios
-Gracias Carol- ambos sonreímos.

Vuelve Martina al mostrador y nos da una mirada rápida.

Después su mirada se detiene en mi.

Y me hace sentir nervioso.

-No sabía que te gustaba Led Zeppelin- comenta pensativa -es uno de mis grupos favoritos-
-Pues a Jesús le encanta ¿verdad?- interviene Carolina y me da una mirada rápida de complicidad
-¿Y cuál es tu canción favorita?- dirige la otra castaña su mirada marrón hacia mi
-Pues me gustan muchas de sus canciones- paso mi mano izquierda por mi barba -pero las que mas he escuchado son Kashmir y The Ocean-
-Vaya, de las mas antiguas- reflexiona y yo asiento -a mi las que mas me gustan son Whole Lotta Love y All my Love-
-Pero Martina, ese grupo es de mucho antes de que tu vinieras a este mundo- ríe Carolina por lo que acaba de decir
-Lo se. A ver que también me gustan cantantes como Sia y Bruno Mars, que son mis favoritos. Pero Led Zeppelin mi padre lo ha vivido y me lo ha transmitido- se encoge de hombros
-Yo a Gaby también he intenta transmitirle mis gustos musicales- reconozco
-¿A Lara le gusta ese tipo de música?- hace la pregunta algo tensa, su gesto se endurece y aprieta la mandíbula
-La verdad es que no- niego con la cabeza y puedo vislumbrar una sonrisa en su rostro
-Vaya. Bueno, me alegro de que tengamos algo en común- sonríe y se va a seguir colocando parte del género.

Al darse la vuelta, me brinda una perfecta visión de su trasero.

Aunque con este comentario parezca un adolescente salido, he de admitir que tiene muy buenas piernas y muy buen trasero.

-Dame un cubo y recojo tus babas- un comentario de Carolina me saca de mi trance momentáneo
-¿Qué?-
-Disimula mejor Jesús-