Capítulo 37

6.2K 384 3
                                    

Jesús.

Me levanto con toda la pereza del mundo y me dirijo al baño para darme una ducha.

Cuando acabo, voy al armario y empiezo a vestirme.

Mientras, Martina, sigue durmiendo plácidamente.

Hoy es sábado y ella no tiene clase, mientras que yo, si que tengo que ir a trabajar.

Si, aún estando embarazada de varios meses, Martina ha continuado yendo a clase como si nada.

Termino de ponerme una sudadera negra y veo como se despierta.

Me mira durante unos segundos y después hace una mueca de disgusto.

-No fastidies que hoy te toca turno- pasa una mano por su cara
-Si, cariño- se lo confirmo
-Joder- murmura desganada
-Pero solo hasta las seis- intento animarla.

Ella asiente, se levanta, se acerca a mi y me besa.

-Y pensar que mañana es tu cumpleaños- pasa una mano por mi pelo rubio
-Ni me lo recuerdes- hago un mohín
-¿Por?- ríe
-Me hago viejo, tu seguirás siendo joven- ella niega con la cabeza
-No pienses en eso, por favor- coloca su mano en mi mejilla -yo te voy a querer igual tengas treinta y ocho, o tengas setenta-
-Yo también te quiero mucho, Martina- nos besamos
-Como te entretenga más llegarás tarde por mi culpa, y eso no puede ser- niega con la cabeza.

Alargamos los mimos y arrumacos unos cinco minutos y después me voy.









******









Entro en la tienda, saludo a Carolina, Damián y Mónica, y voy directo al almacén a dejar mi mochila y mi chaqueta.

Cuando ya estoy en el mostrador, Damián me pone al día de todos los productos que tenemos que probar.

Noto cierta incomodidad por parte de Mónica hacia Carolina y también hacia mi.

Mientras Mónica atiende a una clienta, Carolina y yo colocamos el género y vamos hablando.

-Joder, voy a quedar muy mal con esto que te voy a decir, pero no sabes lo que me pasó el otro día- hablo mientras aparto una caja del suelo
-¿Qué te pasó?- se acerca a mi
-Se me presentó Mónica a las cuatro de la mañana en casa diciéndome que siente algo por mi- susurro y ella se lleva una mano a la boca
-¿Qué dices?- usa el mismo tono que yo -no me esperaba eso de Mónica, la verdad- se encoge de hombros
-Joder ni yo- niego con la cabeza.

Pasa el rato y con él, casi toda la mañana, sin darme cuenta, ya es mediodía.

Carolina se despide de nosotros y se va, luego volverá, al igual que Damián. 

A mi me toca quedarme porque hago turno seguido, al igual que Mónica.

Eso sí va a ser incómodo.

Damián me llama diciendo que tenemos que hablar los tres.

Al ser Mónica y yo sus encargados y ayudantes, las decisiones importantes las consensuamos entre nosotros tres.

-¿Qué pasa?- pregunto arrastrando una caja para sentarme encima
-Pues a ver, tenemos que hablar de Carol- habla Mónica -Damián, ¿tu qué opinas de ella?-
-Es una buena chica- contesta mi suegro -un poco garrula pero tiene buen fondo- se encoge de hombros
-Te lo pregunto porque lleva unos días finos- la castaña clara hace un gesto con la mano -está llegando tarde, da malas contestaciones a veces, e intenta escaquearse de algunas tareas-

Dieciocho años no son nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora