Capítulo 26

8.3K 430 13
                                    

Martina.

Me besa el cuello con suavidad y un gemido sale de mi boca.

Puedo notar como se forma una sonrisa en su cara, y eso me hace sonreír a mi.

Me tumba en la cama y me quita el jersey rojo que llevaba.

Yo me encargo de deshacerme de su ropa, en cuestión de segundos estamos los dos en ropa interior mirándonos a los ojos directamente.

Llevamos ya dos meses y pico, casi tres, y me sigo poniendo nerviosa cuando me clava la mirada.

Le aparto la mirada y él, me obliga a mirarle colocando su mano en mi barbilla.

-Eres preciosa, déjame admirarte-

A pesar del tiempo que llevamos, mi interior sigue estallando de felicidad cuando me dice ese tipo de cosas.

Seguimos besándonos, y su mano desciende lentamente por mi espalda hasta dar con el broche de mi sujetador, y desabrocharlo.

Continuamos de la misma manera hasta que se coloca un preservativo y me embiste de manera muy suave y dulce.

No tardo mucho en llegar al clímax y después, lo hace él.

A continuación, noto como me rodea con sus brazos y me voy quedando dormida poco a poco.










******










Abro los ojos, me giro y sonrío al ver a mi novio descansando tranquilamente.

Me acerco a su cara y paseo mi dedo por el puente de su nariz.

Después lo pongo sobre su mejilla.

Y finalmente coloco mis labios sobre los suyos, haciendo que se despierte.

-Quiero más despertares así- murmura sonriente
-Sabes que yo puedo dártelos- acaricia mi mejilla.

Continuamos durante un largo rato en la cama, hablando.

-¿Y qué tal las clases en la Universidad?-
-Bien, cada vez quedan menos meses para que se acabe el primer año. La semana que viene tengo un examen, pero lo tengo prácticamente todo aprendido- sonrío con amplitud y tranquilidad por el hecho de no tener que estar machacándome estudiando.

Se queda mirándome por unos instantes haciéndome sonreír tímida.

-¿Qué?- río y pongo mi pelo sobre mi cara
-Nada- sonríe y aparta el pelo que acabo de poner yo -que me alegro mucho de que estemos juntos-

Paso mi mano por su mejilla y después deposito un beso en sus labios.

-Yo también me alegro mucho de que estemos juntos- confieso con una sonrisa
-¿Sabes? Ha llegado hora de que te presente a mis padres- mis ojos se ensanchan ante ese comentario
-¿Tu crees?- pregunto ilusionada.

Hacía tiempo él había planteado la idea de presentarme a sus padres, y ahora toca ya.

-Si, esta tarde llamo a mi madre y ya iremos a cenar con ellos-
-Genial-










******









Estamos en el coche camino a casa de los que van a ser mis suegros.

Muevo la pierna derecha nerviosa por la impresión que pueda causarles.

We don't talk anymore de Charlie Puth y Selena Gómez suena en la radio y yo la voy tarareando para no seguir poniéndome nerviosa.

Finalmente llegamos a una urbanización muy bonita, a las afueras de la ciudad.

Jesús aparca y antes de que salgamos del vehículo, coloca su mano en mi muslo.

-Calmate Martina- me da una cálida sonrisa.

Pero en vez de fijarme en su bonita sonrisa, dirijo mi mirada a sus ojos.

Los cuales son azules y no me cansaré de repetir que son preciosos.

-Me hipnotizas con la mirada, joder- río y el también
-Tu también tienes unos ojos bonitos, cariño- beso sus labios y después le limpio el pintalabios que ha quedado.

Bajamos del coche y nos dirigimos hacia una puerta blanca con adornos dorados.

Que bonito es todo.

El rubio toca el timbre y yo sujeto su mano con fuerza.

-Les vas a encantar- habla como si me leyese la mente
-Eso espero- sonrío nerviosa.

Abren la puerta y aparece una mujer mayor pero bastante guapa, que claramente se parece a Jesús.

-Jesús, cielo- le sonríe enseñando su perfecta dentadura
-Hola mamá- le abraza y eso me enternece
-Pasad por favor, mi hijito y esta chica tan guapa, no se pueden quedar ahí fuera- me ruborizo ante las palabras de la madre de mi novio.

Entramos y me quedo estupefacta con el interior de la casa.

Me recuerda a la de mi madre, pero esta es muchísimo más grande.

-Tu debes de ser Martina- deduce sonriendo y yo asiento -yo soy Josefina, pero me puedes llamar Fina-
-Encantada- sonrío cohibida
-Pero no seas tímida cariño. Siéntete como en casa-
-Muchas gracias, Fina-

Ella sonríe, y se va hacia lo que creo que es la cocina.

Jesús se acerca a mi, y me besa.

-¿Ves como le ibas a gustar? Ahora vendrá mi padre, le caerás bien-
-Te veo muy seguro-
-Confía en mi, Martina- yo asiento.

Aparece un hombre mayor con el pelo cano y los ojos azules, aquí si que estoy viendo a Jesús y a Antonio retratados, solo que unos años más.

-¡Hijo!- abraza al rubio y yo contemplo la escena
-Papá, tengo alguien a quien presentarte- le comenta al separarse
-A tu novia, quien por lo que estoy viendo, es muy guapa- me mira y otra vez me ruborizo
-Bueno, Martina, él es Manuel mi padre, papá, ella es Martina, la mujer que me está haciendo feliz-
-Un placer- sonrío.

El padre de mi pareja, coge mi mano y deja un beso en ella, que educado es.










******










Ahora mismo estoy en el piso donde vivía antes con mis amigas.

Últimamente solo nos vemos en la Universidad y casi no hemos hablado ni quedado.

Así que hoy, al trabajar Jesús toda la tarde, cuando han terminado nuestras clases, he venido al piso con ellas.

Estamos Renata, Gonzalo, Alaska, Marco y yo.

-Bueno, Martina, ¿qué tal con Jesús?- cuestiona la pelirroja de ojos azules
-Genial, la verdad. Lara ha firmado los papeles y les toca Gaby seis meses cada uno- sonrío
-Pues eso está muy bien. Es que se te ve muy bien- continúa la morena de ojos verdes
-Para bien tú. Se te ve radiante, Al- mi amiga se ruboriza.

Después, intercambia miradas con su novio, mi mejor amigo y ambos se levantan del sofá cogidos de la mano.

-Tenemos algo que deciros- comenta el de ojos miel
-Estoy embarazada- suelta rápidamente Alaska.

Nosotros, nos levantamos y empezamos a llenar a ambos de abrazos y felicitaciones.

Que alegría siento ahora mismo por mis amigos.

Dieciocho años no son nadaWhere stories live. Discover now