Capítulo 34

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Martina.

Oigo el timbre y me dirijo a la puerta para abrir.

Me encuentro a Alaska y Marco con un carrito de bebé en el que se encuentra durmiendo Elia.

Me hago a un lado de la puerta para que pasen y nos saludamos besándonos ambas mejillas.

Mientras Alaska le da el biberón a Elia, Marco y yo seguimos hablando.

-¿Ya tenéis nombres?- pregunta la morena mientras mece a la bebé
-Si. De chica Virginia, lo tengo muy claro, fue idea de Gaby, y la verdad es que me gustó, además, mi abuela se llama así- me encojo de hombros
-¿Y de chico?- cuestiona el castaño
-De chico tengo dos opciones. Raúl o Damián- muerdo mi labio inferior
-Bueno, yo le pondría Damián, ya que tu padre se llama así- opina Marco
-Ya, pero igual a mi madre podría molestarle que llame a uno como él y a la otra no le ponga Itziar- hago una mueca y mi amigo asiente
-Pero Itziar si ya ve que le has puesto el nombre de tu padre a uno, no querrá que hagas la parejita- interviene Alaska y tiene razón.

Suena el timbre de nuevo, y cuando abro me encuentro a Renata y Gonzalo.









-¿Entonces mis sobrinos se llamarán Virginia y Damián?- pregunta la pelirroja
-Asi es- contesto sonriendo
-Pues chicos solo faltáis vosotros- dice Marco dirigiéndose a la pelirroja y al moreno, haciendo que todos riamos
-Nosotros tardaremos todavía en ser padres- habla el moreno.

Y es completamente lógico lo que dice.

Las adelantadas aquí hemos sido Alaska y yo.










******










-Necesito contarte algo- dice Gaby mirando a la pantalla de la televisión, después se gira hacia mi.

Cojo el mando de la televisión, la apago y me giro hacia ella cruzando mis piernas en el sofá.

-Cuéntame-
-Pues a ver- rasca su nuca nerviosa -el otro día Axel y yo habíamos quedado, bueno una cosa llevó a la otra y lo acabamos haciendo- me sorprendo ante sus palabras, pero a su edad, es normal
-¿Era tu primera vez?-
-Si. Me dolía- aprieta sus labios
-¿Usasteis protección?-
-Yo ya le dije que no quería hacerlo sin protección y si, la usamos-
-Pues entonces no hay problema. ¿No te obligó verdad?-
-No, simplemente necesitaba contárselo a alguien- se encoge de hombros y yo asiento comprendiéndola
-No es nada raro, yo la perdí con quince años. Tu has tardado un año más que yo-
-¿Ah si?- yo asiento
-Con un rollo que tuve. Pero hay que usar protección y con cuidado- le advierto señalándola con el dedo índice, y ella se queda mirando mi abultado vientre de seis meses
-Tu y mi padre no hicisteis mucho caso de eso ¿no?- siento la vergüenza invadir mis mejillas
-No estábamos hablando de mi- me defiendo.

Ambas reímos.










******










Estoy recostada en la cama leyendo una revista.

Sale Jesús del baño con una toalla enrollada en su cintura, dejando al descubierto su abdomen.

-¿Ves algo que te guste, cariño?- cuestiona con sorna
-No es justo- me cruzo de brazos haciendo un puchero
-¿El qué no es justo?- coge una camiseta del armario y se la pone
-Pues que tú estás estupendo y mírame a mi- mientras le digo esto, continúa vistiéndose
-Pero Martina, cariño- se acerca a mi y se sienta en el borde de la cama -si estás preciosa- besa mi frente -¿tu sabes lo feliz que me hace ver que la mujer de la que estoy enamorado lleva a dos criaturas en su interior, las cuales son fruto de lo que nos queremos?- una lágrima rueda por mi mejilla
-Te quiero Jesús-
-Y yo, Martina-

Me da un bonito beso en los labios y se tumba conmigo.

-Tenemos que empezar a decorar la habitación de Damián y Virginia-
-O sea que eso estabas leyendo- coge la revista que tenía yo anteriormente y se fija en las cunas que hay en la página
-Si- asiento -me gustaría que la pared tuviese un color neutro para los dos. Ni azul ni rosa- propongo y él asiente
-¿Blanco?-
-Perfecto-










******










Oigo la puerta abrirse y me imagino que serán o Jesús o Gaby.

Me levanto como puedo del sofá, pues la tripa de siete meses me impide hacerlo con normalidad y rapidez, y me dirijo al recibidor.

Veo a Jesús acompañado de otra persona.

-¡Papá!- exclamo y le abrazo
-Hola nena-
-Gracias por venir a verme- sonrío
-Me ha convencido tu novio, pero me iré enseguida-
-No papá, quédate a comer porfiiii- le pido como cuando era pequeña y acaba aceptando.




Pongo todos los platos sobre la mesa y oigo la puerta abrirse, esta vez es Gaby acompañada de Axel.

-Sobrino mío- le abrazo y el ríe
-¿Qué tal tía Martina?- mira mi vientre
-Tus primos me dan mucha guerra pero bien- paso mi mano alrededor de sus hombros y le guío hasta el salón, donde ya están todos sentados en la mesa.

Axel corre a abrazar a mi padre en cuanto le ve y mi padre se alegra y sorprende al ver ahí a su nieto.

Después le explicamos que él y Gaby están saliendo y se alegra.










******










Le observo dormir y suspiro, sonriendo después.

Que relajado se le ve.

Paseo mi dedo por su cara y me gusta sentir su tacto bajo mi piel.

Beso su pómulo y se mueve.

Después abre sus preciosos ojos azules y los clava en los míos marrones.

-Martina ¿qué haces despierta?- me rodea con sus brazos
-Ya no tengo sueño- me cruzo de brazos.

Agacha un poco su cabeza y la pone cerca de mi vientre.

-Chicos, ¿vosotros tenéis sueño?- coloca su mano encima y ambos bebés empiezan a patearme
-Parece ser que no- reímos.

Oigo el timbre, y extrañada, me pongo mi bata y voy a abrir para ver quién es.

Cuando abro la puerta, no hay nadie.

Habrá sido algún graciosillo queriendo hacer una broma.

Voy a cerrar y me fijo que hay un sobre justo encima del felpudo.

Me agacho a cogerlo para leerlo y cuando lo hago, unas sensaciones horribles me envuelven.

¿Creías que te habías librado de mi?
Va a ser que no, cariño.
No pienso dejarte en paz, después de haber destruido mi matrimonio.

Prepárate.

LPS.

Dieciocho años no son nadaWhere stories live. Discover now