Capitulo 10.

18.9K 1.1K 85
                                    

A Prueba

Capítulo 10

POV CAMILA

—Lauren deja de jugar… contesta ya. —No podía ser verdad. Ella no podía estar muerta. Empecé a sentir la presión de las miradas de lástima que tenía a mi alrededor. Me di vuelta para salir de ahí cuando me tope con Johnatan que creo que había estado aquí todo el tiempo. Yo solo lo quede mirando. En sus ojos se veía claro todas las cosas que quería decir pero no podía. —John… —Apenas podía formular una frase. La cabeza estaba a punto de explotarme, no sabía que hacer. —John, ella estaba ahí… —Entonces llego el inconsolable llanto. Me fui sobre su cuerpo y caí de rodillas con el abrazándome. Entonces note que el también tenía lágrimas en los ojos.

—No… no se que podría decirte ahora Camila. —El solo acariciaba mi espalda tratando de calmarme y escuchando los estruendos de mi llanto haciendo lo que cualquier amigo haría en estas circunstancias. Sostenerme cuando estaba a punto de caer. Entonces todo el mundo reacciono y de un momento a otro tenía a 8 personas a mi alrededor ofreciéndome agua e incluso unos calmantes.

No quería nada. No quería a nadie más que no fuera ella. En ese momento en el televisor fue el turno de la torre sur de desplomarse. Ya no sabía que pensar. Aún era tan irreal para mi. Una parte de mi sentía que era todo una película y que ella volvería el sábado a mis brazos como si nada. Y la otra estaba golpeándome tratando de hacerme recapacitar de que eso no sucedería. De que posiblemente la había perdido para siempre.

Los días pasaban y yo me sentía suspendida en una burbuja. Aislada de todos y de todo. Había estado los últimos días enviándole mensajes a Lauren, marcando infinitas veces su número e incluso llamando a la habitación del hotel donde se hospedaba, donde las pocas veces que me respondía, me decían que no había nadie en la habitación. Creo que lo mas difícil que tuve que hacer en estos días fue hablar con Clara, Mike, Taylor y Chris sobre lo que había sucedido. Todos estaban tan destrozados como yo. A este punto creí que ya no sentía nada. Me sentía vacía. Había llorado tanto que ahora era imposible formar una lágrima. Estaba completamente seca en el alma.

Llego el sábado. El día que se supone que Lauren regresaría. Estaba histérica… estaba harta de caminar de un extremo a otro de la casa llamando a números que nunca responden, viendo en la televisión como sacan a gente, gente y más gente de entre los escombros. Algunos muertos, otros milagrosamente aún con vida. Pero ninguna era ella. Harta de recibir todos los días las visitas de Sandra y Johnatan solo para asegurarse de que no he hecho nada estúpido ni he dejado de comer. Necesitaba respuestas, necesitaba encontrarla y necesitaba hacerlo ahora.

Tome mi abrigo, las llaves del auto y salí de la casa.

POV SANDRA

—Bip……. Bip……. Bip…. ¿Hola?

—¡John! Es Sandra. ¡Dime por favor que Camila está contigo! —Llegue a casa de Camila pasado del medio día y mi sorpresa fue no encontrarla ahí.

—No para nada. Acabo de salir para su casa.

—Con una mierda. Se fue y no tengo idea de a dónde y tiene el celular apagado ¿QUE VAMOS A HACER JOHN?

—Hey, Sandra calma, respira. Escucha… nos dividiremos ¿está bien? Trata de pensar en lugares donde podría estar. Yo iré a la oficina, a casa de sus padres y… y ¡no se! ¡Pero recorreremos toda la ciudad si es necesario!

—Mantén contigo tu teléfono y avísame si sabes algo por favor John, por favor.

—Lo hare, y tu haz lo mismo. Tranquila ¿ok? —Y colgó.

Salí de casa de Camila y me subí al auto con dirección y quién sabe dónde. Estaba demasiado frustrada. Había sido unos días muy difíciles para todos pero sin duda insoportables para Mila. Nos costaba tanto mantenerla ocupada en algo, alejada de los medios de comunicación mientras nosotros investigábamos por nuestra cuenta. Entre John, sus padres, su hermana y yo nos desvivíamos día y noche vigilando que no se le ocurriera hacer alguna estupidez.

Marcaba casi cada 5 minutos su celular esperando a que atendiera pero nada. Habían pasado ya mas de 2 horas y aun no podía dar con ella. Estaba de verdad desesperándome y mi mente empezaba a maquinar esperando algo malo, muy malo.

Fui a su cafetería preferida, a mi casa, a la casa de mi hermana Marielle quien también se llevaba muy bien con ella. A la playa a la que le gustaba ir con Lauren los fines de semana. Al mirador al que se que iba desde que la conocí cada vez que necesitaba pensar, o estaba triste o algo. A casa de su amiga mas antigua, Dinah. A ella la conocí ya hace mucho tiempo en alguna fiesta de la universidad donde conocí a Camila y de inmediato nos volvimos amigas también. Me contaba tantas historias tan embarazosas de ella, sobre como la conoció, sobre como ella conoció a ahora su prometida Lauren. Nada. Nadie sabía nada de ella. Estaba cayendo la tarde y ella aun no aparecía. Ahora si estaba incluso llorando de la desesperación. Mi mejor amiga estaba desaparecida con el corazón hecho pedazos. No podía ser bueno.

Me detuve un momento cerca de la bahía para intentar calmar mis nervios un poco y meditar sobre donde más podría encontrarse. Había visitado cada lugar relevante para ella del que tenía conocimiento.

—¿En dónde estas Camila? Aparece por favor…

Entonces como un rayo de iluminación llego a mi la idea. Arranque de nuevo el motor del auto y partí.

El aeropuerto era un total desastre. Una azafata me explico que todo el alboroto se debía a que apenas hoy volvieron a autorizarse los vuelos de entrada y salida a Manhattan y lo comprendí todo.

—Los vuelos de NY está llegando por la terminal 2 señorita.

—De acuerdo. Muchísimas gracias. —Prácticamente la abrace y Sali corriendo hacia la segunda terminal.

Estaba lleno de gente. Todos salía por la puerta con su equipaje y una cara de espanto que de inmediato se tornaba en llanto de alegría cuando veían a algún familiar, algún amigo, alguien conocido que por un momento, durante su estadía en NY creyeron ya nunca volver a ver.

Toda esa escena era conmovedora pero no era el momento de detenerme a ver. Necesitaba encontrar a Camila y estaba 90% segura de que estaría aquí. Recorrí el lugar unas 3 veces abriéndome paso entre tanta gente y parándome en la punta de mis pies para poder mirar mejor. De repente tropecé con un chico e hizo que los lentes que llevaba se cayeran.

—Imbécil… ni siquiera dijo “disculpa”. —Me agache como pude para recogerlos cuando la vi. Camila estaba sentada en el suelo recargada en una columna de concreto con la mirada perdida justo hacia la salida. Mi alma descanso en ese momento como nunca antes, ella estaba, dentro de lo que cabe, bien. Recogí mis lentes y me acerque hacia ella y cuando llegue me senté a su lado y tome su mano. Ella solo volteo a mirarme un momento y su mirada no era la misma. Partía mi corazón verla de esa manera. Camila siempre tuvo cierta energía, cierto brillo en sus ojos. Te contagiaba su alegría. En ese momento cuando la vi, me di cuenta de que ya no tenía nada de eso. La sentía muy mal. La sentía muerta en vida.

A prueba.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora