Capitulo 44

15.9K 1K 86
                                    

A Prueba

Capitulo 44

POV LAUREN

Después de esa noche me fui imposible hablar con Camila o con cualquier otra persona mas. Joel y yo no salimos del departamento o mas bien, de la habitación en todo el fin de semana. No sabía donde había quedado mi teléfono, o mis llaves o nada. Pero también tanto el como yo teníamos presente que yo tenía un viaje que hacer. El domingo por fin nos levantamos de la cama, ordenamos todo y comenzó a ayudarme con mi maleta y yo puse a cargar mi celular.

Mientras me ayudaba el no paraba de decirme lo muy emocionado que estaba y lo mucho que me amaba. Creo que hizo unos 3 o 4 planes diferentes posibles sobre como seria nuestra vida de casados, los hijos que tendríamos, hasta la mascota que tendríamos. Era fascinante y muy gracioso escucharlo hablar de esa manera. Con cada frase que salía de su boca salía reflejada la felicidad que sentía. Yo… también estaba feliz. Muy feliz. Solo que en estos momentos hay alguien y una situación que hacen que esa felicidad pase a segundo plano y, en cierto modo, me sentía mal por el. Yo no aportaba nada a su imaginación, simplemente escuchaba y sonreía. Su imaginación estaba volando hacia un sentido y la mía exactamente hacia un lado opuesto.

Un rato después cuando por fin me sofoque de toda esa plática fui por un poco de agua a la cocina y aproveche para revisar mi celular que había estado apagado durante días. No me sorprendió encontrarme con casi 20 llamadas perdidas de Camila y algunos mensajes.

“Hey ¿Dónde te metiste? He tratado de llamarte todo el fin de semana, me preocupas. No te habrás arrepentido de esto ¿o si Lolo? El vuelo sale mañana a las 4 pm. Dime que vendrás. “

No lo niego, me sentí mal al no haberle contestado en su tiempo pero también estaba consciente de que no le había dado la atención que merecía al que ahora, en poco tiempo, sería mi esposo.

“Surgió un contratiempo pero no te preocupes, nada ha cambiado, ahí me tendrás. Un beso.”

POV CAMILA

—No Sandra… ya es mucho que no aparezca. No vendrá.

—Claro que lo hará Mila. Deja de estar tan histérica.

—No puedo ¿ok? Pase de tener una semana increíble con ella a no saber nada de la noche a la mañana.

—Te dije que fuéramos a su departamento y no quisiste.

—Pensara que la acoso.

—¿Y no es así?

—¡Sandra!

—Es solo la verdad.

—No ayudas —Le levante del sofá y camine por todo el living. —Tengo un muy mal presentimiento Sandra.

—Eres muy pesimista a veces.

—La vida ha hecho eso conmigo.

—No es lo que la vida haga contigo, es lo que tu hagas de ti misma.

—Que sentimental.

—¡Estoy tratando de ayudarte! —En eso mi celular sonó y corrí para atenderlo. —¿Ya ves? Hay la paranoia. Tranquila, ahí esta tu Julieta. —Me quede completamente congelada.

—No es ella Sandra.

—Y… ¿Entonces?

“Lo eche todo a perder y se que pase el tiempo que pase jamás podrás olvidar esto pero te pido que me perdones. Te extraño Camy, como una loca ¿Podría verte? ¿Podrías darme una segunda oportunidad?

Cameron.”

—No Camila. Te mato si lo haces.

—¿Qué es lo peor que pueda pasar?

—Que te convenza.

—Bah eso no es lo peor.

—Ok… que te convenza ahora que Lauren apareció. —Quede pensando un momento. Era cierto. ¿Por qué ahora que todo estaba empezando a ser mejor ella tenía que aparecer con todo el encante que la rodea?

—Nunca deje que ni siquiera me explicara Sandra.

—No tenía nada que explicar. Fue una perra, punto.

—Merecía que la escuchara.

—¿Qué te sucede? Lauren está ahí afuera suplicándote que la traigas de vuelta cuando…

—¡Ella no volverá Sandra! —Explote.

—¿Pero que dices?

—No lo hará.

—Eso no lo sabes.

—Claro que lo se. Estuviste conmigo, armaste las fotos conmigo. Las viste con ella. Ni las fotos la hacen recordar, ni siquiera verme la hace recordar.

—Tienes que ayudarla.

—Ya no se que hacer.

—Al menos… ¡ah! Espera a que vea a sus padres ¿ok? Solo hasta eso. Llévala a Miami, ve cómo reacciona y solo hasta entonces hablas con Cameron si quieres. No pierdas la fe ¡tu la amas!

—Ahora ni siquiera se si vaya a venir. —Entonces sonó mi celular por segunda vez

“Surgió un contratiempo pero no te preocupes, nada ha cambiado, ahí me tendrás. Un beso.”

—¿Qué te dije?

—Si Sandra… sieeeeempre tienes la razón.

—Obvio. Ahora vayamos a terminar de empacar.

—Ya esta todo listo ¿o no?

—No. Faltan los lindos jabones aromáticos que dejan aquí todas las mañanas. No creo que se molesten si me llevo dos o tres.

—Si serás lacra Sandra Guzman.

Terminamos de acomodar nuestras cosas, vimos televisión hasta tarde y nos fuimos a dormir. O “dormir” en mi caso. Tenía varias cosas en la cabeza como para dormir y una me estaba consumiendo. Una balanza. Una balanza de cobre con los dos mensajes de texto que recibí hoy en cada uno de sus extremos, el de Laur y el de Cameron.

—Dios ¿Qué debo hacer? —Repetía para mi misma mientras daba vueltas en la cama sin encontrar ningún tipo de comodidad. Tenía una oportunidad y una seguridad y no sabia en este momento cual pesaba mas.

Una oportunidad de que Lauren recordara. Una seguridad de intentarlo de nuevo con Cameron. ¿Qué debía hacer? Mi mente estaba explotando.

POV LAUREN

Lo que nunca. Desperté con una facilidad impresionante para ser un Lunes por la mañana. Hice todo lo que tenía que hacer, desayune, le di un último vistazo a mis cosas y salimos Joel y yo en su camioneta.

Antes de ir al aeropuerto haríamos un par de cosas. Pasamos a informar en el trabajo que no asistiría por un tiempo e inventamos que habíamos tenido una emergencia familiar y ambos tendríamos que salir del estado por un tiempo indefinido. Merecemos un Óscar. Se la tragaron completa. Nunca fui muy partidaria de mentir pero esta me había gustado. Después de eso pasamos a la estación a que Joel dejara unos uniformes y de ahí fuimos a pasar un rato con sus padres y darles la noticia. Ellos siempre se habían portado de 10 conmigo. Entre los tres me hacían sentir como en familia y era una suerte, ya que pronto lo seriamos. Ambos nos llenaron de elogios y estaban encantados con la idea de la boda.

El tiempo fue volando y acabamos almorzando con ellos. Durante eso les platicamos todo lo que había pasado con Camila las últimas semanas y como se había dado todo. Estaban impactados, decían que eso era destino puro y que no podía desperdiciarlo y que debería de tomarme el tiempo que quiera en Miami. Y quien sabe, que incluso y podría celebrarse la boda allá para que mi familia asista. Todo era perfecto hasta ahora. Era indescriptible la emoción y felicidad que estaba sintiendo.

Por fin llegó la hora de ir al aeropuerto y partimos. Joel no entro, solo me ayudo a bajar la maleta del auto y se despidió de mi.

—No me hace muy feliz todo esto pero, mientras tu sigas sonriendo de esa manera, yo estaré encantado.

La que estaba encantada con todo lo que estaba pasado era yo. Tome mi maleta y me dirigí a la terminal nacional. Se estaba haciendo un poco tarde así que tuve que correr. Nunca había entrado al aeropuerto, no que yo recordara, así que fue todo un desafío pero logre llegar.

Entrando busque con la mirada a Mila y a Sandra hasta que por fin las encontré y corrí hacia ellas.

—¡Hola! Lo siento, se me hizo…

—Tarde. Excelente neoyorquina.

—Oh para ya Sandra, no es tan tarde. —Camila se levantó del asiento y se puso frente a mi para saludarme. —Hola —Me dijo regalándome una de sus sonrisas que me fascinaban.

—Hola —Dije sonriéndole de vuelta.

—Te atrasaste un poco. ¿Alguien no se quería levantar esta mañana?

—Para nada, es solo que tuvimos que hacer muchas cosas antes d…

—¿Qué es eso? —Ella me interrumpió.

—¿Qué es que? —Seguí su mirada y me di cuenta de que veía el anillo en mi mano que use para arreglarme el cabello. —Oh… eso. Bueno yo… Joel y yo… ¡Vamos a casarnos!

—¿ESO CUANDO PASO? —Grito Sandra

—El viernes por la noche. Era la “sorpresa” que me tenía. ¿No es increíble?

—Increíble —Dijo Camila a secas. Era obvio, podría haberlo notado desde afuera de este lugar que su sonrisa era la mas fingida que probablemente haya hecho en su vida. Después de un poco note que sus ojos comenzaron a humedecerse.

—Camila… ¿estas bien?

—Si si, yo… yo solo… —Y entonces me abrazo —Yo estoy muy feliz por ti, en serio.

Pasajeros con el vuelo 104 con destino a Miami favor de abordar.

—Bueno… nos llaman —Dijo limpiándose las lágrimas del rostro. —No querrás hacerlos esperar más. Vamos. —Tomo sus cosas y se adelantó. Yo quedé mirándola con Sandra.

—¿Ella siempre es así Sandra?

—Ahhh la mayoría del tiempo —Dijo entre suspiros.

—¿Tu no vas a decirme nada acerca de esto? —Le mostré el anillo. Ella me miro con un grado de desilusión claro en los ojos que incluso me asusto. Puso una mano en mi mejilla y hablo.

—Solo que espero que todo salga como tenga que pasar. —Me quede inmóvil. Ahora si no estaba entiendo nada. —Vamos Laurenza… un avión nos espera.

A prueba.Where stories live. Discover now