Capitulo 19

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A Prueba

Capítulo 19

POV CAMILA

—Tu tranquila… será una reunión de lo mas aburrida. Perfecto para una tarde de sábado. —Dijo Vero mientras conducía. Yo iba en el asiento del copiloto aun sintiéndome extraña. Era la primera vez desde hace mucho tiempo que salía de esta manera. Habían sido meses de ir de mi casa al trabajo y del trabajo a mi casa, pero ella me había pedido el favor de acompañarla y no iba a decirle que no.

Después de poco mas de 30 minutos por fin llegamos al hotel Fairmont.

—Creí que sería una clase de fiesta.

—Y lo será. Pero la harán en el salón del hotel. Esta noche vienen muchos directivos internacionales y se están hospedando aquí. Ven, entremos ya.

—Oh eso lo explica. Claro… vayamos.

Tome su brazo y ambas nos dirigimos adentro. El lugar era hermoso. Estaba adornado digno de la realeza. Todo, los bocadillos, las bebidas, los encargados de encender tu cigarrillo en la terraza (y no es broma), las toallas del tocador de damas… todo era lo mas elegante que había visto en mi vida. Ni siquiera la primera vez que lleve a cenar a Laur… bueno… ni siquiera ese restaurante se podía comparar con este evento.

—Voy a hablar con un par de personas, no tardare demasiado.

—¿Qué? ¿Vas a dejarme aquí sola como pez fuera del agua Verónica Iglesias?

—¡Hay vamos! Que exagerada eres. Será solo por un rato. Además… Allyson no tarde en llegar. No tardare, lo prometo. Y si te aburres solo acércate y toca mi hombro. ¿Podrías hacer eso? —Pregunto colocando su famosa cara de cachorro incapaz de no convencer a alguien.

—¿Tengo alguna otra opción Iglesias?

—Pues… podrías ir al bar y tomar un par de vodkas a mi salud.

—Aceptare tu oferta solo porque me vendría bien un trago… no por que quiera brindar en tu nombre ¿esta claro?

—Si, si, como digas Cabello. Anda a embragarte como la gente con clase, estaré aquí si me necesitas.

Me guiño el ojo, dio media vuelta y desapareció entre la nube de altos ejecutivos que dominaban en lugar. Sin pensarlo por segunda vez seguí su indicación y camine hacia el bar donde pedí un vodka doble. Me senté en la barra y me dispuse a únicamente disfrutar de mi bebida cuando un leve sonido capto mi atención.

Una melodía.

Una canción. Justo el tipo de canción que no necesitaba escuchar en este momento.

She’s not coming home tonight

She says that she’s left forever

And you’re staying in the house

Where she’s going to life forever…

Al escuchar aquella tortura millones de recuerdos invadieron mi mente. Tome el vodka de un solo sorbo y me sentí peor, así que hice probablemente lo mas estúpido que podía hacer con mi pena. Pedí otro.

¿5? ¿8? ¿10? ¿Quién los contaba? Solo se que después de un rato mis 5 sentidos ya no estaban al 100% en funcionamiento.

—Una chica solo bebe de esa manera cuando está en noche de amigas, cuando cree que no es suficiente para el mundo o cuando tiene el corazón roto. —Mi vista se desvió hasta el origen de aquellas palabras. Era una chica de piel clara, al parecer un poco mas baja que yo y de lindos ojos… mmm… no se de que color. Pero eran lindos. Me limite a contestar ya que en mi estado seguramente saldría una tontería de mi boca. —¿Qué? ¿El alcohol además de mareada también te deja muda?

—La vida sola me ha dejado muda.

—Ohhhh ya veo. Entonces la razón de tanta bebida en la 3ra opción de mi teoría ¿verdad? —Su comentario me dejo con un pequeño nudo en la garganta pero… no había dicho ninguna mentira. Jalo una de las bancas cerca de mi y se sentó a mi lado con la espalda hacia la barra.

—Pues… me encantaría que tu teoría en mi casa fuera solo eso… una teoría. Pero estas bien. Podrás recoger tu premio a la salida.

—Hey tranquila… no te tienes que poner así de ruda. ¿Y que fue? ¿Tiempo? ¿Infidelidad? ¿Abandono?

—Muerte…

Lo solté tan simple y seco desde el fondo de mi pecho. Ni siquiera la mire al responderle pero pude sentir como en ese instante el clima de la conversación dio un giro de 180 grados. Le di el ultimo sorbo a mi mejor amigo de esta noche, el vodka y volví mi cabeza para verla. Su cara era de sorpresa y estaba ligeramente sonrojada. Posiblemente llena de vergüenza. Y hace bien al estarlo…

—Yo… am… lo siento. Jamás creí que… bueno, tu sabes. Algo así… —No la deje terminar su intento de compostura a su actitud.

—Cállate ¿quieres? lo hecho esta hecho y el pasado es historia.

—Lo se pero… no debí llegar y entrometerme como si nada. De haberlo sabido créeme que amas lo hubiera hecho. Mierda… ahora me siento terrible. ¿Existe algo que pueda hacer para remediarlo? —Hice un gesto gracioso mientras me hacia la pensativa con ella.

—Tal vez si me consigues uno mas de estos… pueda perdonarte. —Ella solo sonrió y llamo al cantinero para encargarle un par de tragos mas. —¿Y bien? ¿No vas a preguntarme como fue que mi corazón se rompió y comenzó a pedir alcohol para intentar unirlo de nuevo?

—De ser otra ocasión y siendo como soy, seguramente lo haría. Pero ya me entrometí mucho por esta noche contigo. No preguntare nada mas, solo escuchare. —Nuestros tragos llegaron.

—Siéntete con la libertad de preguntar. En algún momento que batallar con ello ¿no? Y siento que si no lo hablo con alguien nunca lograre superarlo. Adelante…

—Hmmm bueno, y… ¿Cómo era el? —En ese momento casi le escupo en la cara el pequeño trago de mi coctel y me tire a reír. Demonios, estaba muy ebria. Ella me miraba con una enorme confusión hasta que pare con mis risas. —¿Qué? ¿Ahora que dije?

—El… dijiste el. —Empecé a reír un poco de nuevo. —Era una ella, dulce entrometida. —Dije volviendo mi vista a mis manos que sostenían el vaso.

—Wooo, entonces… ¿tu…?

—Si, así es.

—Wow… no se te nota ¿sabes?

—Disculpa por no parecer un chico a tus ojos.

—Oh vamos, sabes a lo que me refiero. Bueno… entonces ¿Cómo ella ella?

Mire mi trago de nuevo preparando mi mente y eligiendo con cuidado lo que iba a responderle

—Ella era… maravillosa. Única. Tenía una sonrisa que iluminaba cualquier lugar en donde se encontraba. El mejor sentido del humor que jamás haya conocido. Un cuerpo espectacular y un corazón que aún no se como es que cambia en su pecho. —Ella solo me miraba con detenimiento y… tal vez un poco de admiración a mis palabras. —Lauren era… así se llamaba. Ella era lo que cualquier persona desearía en este mundo. Lo era todo. —Entonces sentí a mi sonrisa desvanecerse poco a poco mientras los recuerdos se acercaban mas y mas al ahora. —Ella se fue hace un poco mas de 7 meses. Estaba en Nueva York con su mejor amiga cuando…

—Oh dios… ¿ella era pasajera?

—No no… estaba en el centro en una entrevista de negocios. Justo unos minutos antes de todo estaba hablando con ella por teléfono y… y paso. Se cortó la llamada y, jamás la regreso. Jamás respondió ninguna otra de las miles que le hice. Ella no volvió. Una semana después de todo eso fui a NY a buscarla y lo único que traje conmigo fue la maleta que había llevado y recupere del hotel. Fui a buscarla y… no la encontré. Han pasado 7 meses y aun no responde ninguno de mis mails, ninguno de mis mensajes en Facebook marca “leído”, mi celular suena varias veces al día pero ninguna es ella. Ya no se escucha la puerta de mi casa abrirse por la noche seguida de su dulce voz anunciando su llegada. Ella se fue. Simplemente se fue y se que no regresara. —Esta vez lo dije sin dejar escapar lágrimas de mis ojos pero eso no hizo que los de la otra chica no se humedecieran. Podía leer su mirada, en ella había tristeza pero sobre todo arrepentimiento. Era una tonta. Una metiche y una prepotente, pero sabía escucharte y a juzgar por el líquido alrededor de sus ojos, se nota que tiene sentimientos. Me agradaba. Antes de darme cuenta ya estábamos compartiendo infinidad de cosas acerca de nuestras vidas. Trabajo, direcciones, viajes, experiencias, de todo cuando sentí que alguien me llamaba desde la entrada.

—Camila… ¡CAMILA! Son las 3 de la mañana debemos ir… oh, lo siento. No sabía que tenías compañía.

—Despreocúpate linda, yo ya me iba —Dijo aquella chica volteando a mirarme. —Fue muy agradable hablar contigo esta noche… Camila.

—A pesar de todos tus comentarios tan fuera de lugar… también lo fue para mi, ammm…

—Cameron.

—Cameron… Wow, me encanta ese nombre. Es lindo. Bueno, no se si volvamos a vernos así que gracias po haberme escuchado hoy.

—Estoy segura de que volveremos a vernos.

—¿Cómo puedes estarlo? Prácticamente no nos conocemos.

—Algo me dice que así pasara. Hasta luego Camila.

Le di un pequeño beso en el rostro y Sali del lugar del brazo de Vero.

—Veo que ya conociste a mi querida asistente.

—¿Qué? ¿ella trabaja para ti? ¿Por qué no dijiste nada?

—Bueno, no preguntaste y no me agrada demasiado así que…

—¡PERO SI LO RARO SERIA QUE ALGUIEN TE AGRADARA!

—Para las bromas ¿esta bien? Solo no hemos convivido mucho.

—Te lleva el café y cumple con cualquiera de tus estúpidos caprichos ¿y no has hablado con ella? Naciste para ser estrella de cine.

—Lo se, tengo la actitud, el porte y la belleza. Pero acabe siendo administrador, así que ambas bajemos de la nube de bebidas y regresemos por piedad a dormir.

—Como tu digas… solo porque en serio estoy cansada. —Y como no estarlo si habían pasado cosas tan extrañas el día de hoy. Por primera vez tenía un pensamiento mas en mi mente además de Lauren. Tenía a la chica de la barra del bar dominando mi pensar. Había sido linda al ser paciente conmigo e interesarse por mi pasado. Imprudente, pero linda.

Es reconfortante ese sentimiento de que a alguien le importa como te sientes. Lo conozcas de toda la vida o de hace un par de horas compartiendo una bebida. Todo el mundo quiere sentirse querido, preocupado por alguien. Yo tenía tanta gente a mi alrededor preocupándose por mi 24/7 desde aquel día y aun así se sentía un profundo vacío. Tal vez algo como esto me faltaba. Conocer a alguien como ella era lo que faltaba.

A prueba.Where stories live. Discover now