Capitulo 17.

15.8K 1K 67
                                    

A Prueba

Capitulo 17

POV CAMILA

—Verónica yo… lo siento. Es solo que, no te esperaba.

—Si, es claro.

—Bien Camz… creo que yo me iré. Nos vemos luego. —Claro… Sandra podía escaparse cómodamente de la muuuuy incómoda situación. Se despidió de mi y de Vero y salió hacia su auto. Gracias mejor amiga.

—Y bien tu… ¿no vas a dejarme entrar?

—Claro, pasa.

-

Hacia demasiado tiempo que no veía a Vero. Tal vez hace unos 5 o 6 meses en algún evento de las oficinas de Lauren y Cece. Nunca nos llevamos muy bien. De hecho, soy yo la que no le caigo bien a ella. Vero a mi, incluso me agrada. Sus bromas son muy pesadas pero te divierten y le nota desde 3 kilómetros atrás que sabe cómo ser una buena amiga. Cosa que nunca seria de mi al parecer. Pero ya no podía seguirme escondiendo. Estaba aquí, en mi casa, justo ahora y ya. Y sabía perfectamente a lo que había venido a hablar.

—Entonces Vero, ¿en que puedo ayudarte?

—Creo que solo en caso de que pudieras regresar a alguien de la muerte podrías ayudarme y ayudarte a ti también. —Cada palabra de aquella frase dicha como lo dijo fueron como pequeñas navajas clavadas en mi alma. ¿Cómo podía ser tan dura aun con lo que había pasado? ¿Acaso de verdad no existía en sentimentalismo en el corazón de Verónica Iglesias?

—Vero… no tienes porque ponerte de ese modo conmigo.

—Ah ¿No lo tengo?

—Bien, tal vez si. Perdóname ¿esta bien? Disculpa no haberte llamado, disculpa no haberte considerado ni en pensamiento para viajar a buscar a Lauren y Cece, disculpa que todas sus cosas y las malas noticias te las hice llegar a través de Sandra y que jamás fui a verte, o te llame, o te envié un mensaje diciéndote que lo sentía, que sentía tu perdida como sentía la mia ¿en serio lo siento si?

—Creo que mínimo merecía saber lo que tenías planeado hacer para considerar ir contigo a buscar a MI novia. Quien te recuerdo, también se quedo ahí.

—No creí que estuviera dispuesta a ir conmigo. Nunca has querido tener absolutamente nada conmigo.

—Pero claro. Así es Camila Cabello. Todo “yo, yo, yo”.

—Tu no me conoces.

—Tu tenías que haberme avisado que…

—¡ESTABA MUCHO PEOR EN ESOS MOMENTOS! ¿ESTA BIEN?, puedo entender a la perfección lo que sientes porque yo también lo estoy viviendo. Se lo que es que de la noche a la mañana te hayas quedado sin el calor de un cuerpo a lado tuyo en tu cama, se lo que es que ya no te lleguen esos lindos mensajes de la nada simplemente diciendo lo mucho que te aman, se que es llegar a tu casa, dejar tus cosas y saber perfectamente que esa puerta no se abrirá a menos que lo hagas tu misma porque nadie mas está ahí contigo. —Acabo conmigo. Había perdido mi autocontrol y los recuerdos bombardearon una vez mas mi corazón. —Lo se, créeme que lo se y créeme que lo entiendo. No eres la única que perdió a la razón de su sonrisa Verónica y vienes aquí hoy, a MI CASA a desquitarte conmigo sobre lo que paso. YO NO MATE A CECE ¿ENTIENDES? YO NO LA MATE VERONICA. Fue la mala suerte, fue estar en el lugar equivocado en el momento equivocado pero no fui yo.

No pasaron ni 5 segundos cuando la tenía desplomada en mis brazos llorando. A juzgar por la manera en que lo hacía se puede sentir que no lo había hecho antes, que no se había desahogado como necesitaba, que había intentado hacerse la fuerte. Eso es lo que realmente daña un corazón. La negación, el querer engañar a la mente y convencerla de que estas bien cuando en realidad estas muriendo por dentro. Todo eso era una bomba de tiempo que en algún momento tiene que estallar.

El día de hoy Verónica Iglesias estallo.

—No te culpo. —Dijo entre lágrimas de desesperación. —Es solo que, Camila… la hecho tanto de menos.

A este punto las dos habíamos acabado con nuestras fuerzas. No había nadie en este momento que comprendiera mi dolor tan bien como Vero y nadie mas que yo que comprendiera el suyo. De alguna manera ahora estábamos juntas en esto. Tomo mucho tiempo para que la chica entre mis brazos al fin se tranquilizara pero lo logro. Levanto su cara y me miro con los ojos terriblemente rojos e hinchados de tanto llanto y… vi mi completo reflejo en sus ojos. Era así tal cual y como yo me veía desde hace semanas atrás, era el mismo dolor, el mismo sentimiento, la misma impotencia de no poder regresar el tiempo o haber explotado aun más el que tuvimos con ella y la misma razón. ¿Qué se suponía que dijera? ¿Lo siento? ¿Todo estará bien? Era lo que todos e incluso yo misma veníamos diciéndome pata intentar calmar a mi mente y claramente no había funcionado del todo.

Le di un pequeño beso en la frente y volví a acomodarla entre mis brazos. Esa noche Verónica durmió en mi casa. No tenía mas fuerzas para nada, el llanto la había consumido por completo. Necesitaba descansar y vaya que yo también.

Por un momento me sentí… bien. Bien al saber que no estaba sola. Tenía a mis padres, tenía a Sandra a John y a muchos mas de mis amigos cuidando de mi pero, Verónica era especial. Verónica sentía exactamente lo que yo y estaba procesándolo muchísimo mas lento que yo.

Sin duda ella necesitaba ayuda. Y fue cuando comprendí lo que me dijo Sandra. “No tienes por qué pasar por esto sola”. Me decidí a que, lo quiera o no, ayudaría a Vero con todo esto. Entre las dos ahora teníamos que darnos fuerzas para continuar.

Sera difícil. Nunca imaginamos un futuro sin ellas. Nunca creímos que la vida fuera capaz de ponernos una prueba tan enorme. Pero esto solo demuestra que tantas vueltas puede dar la vida, que tanto hay que disfrutar cada pequeño instante que tengas con la persona que ames. Que no tiene caso darle replica a aquellas estúpidas pequeñas peleas que acaban en orgullo porque… nunca sabrás si al dia siguiente, amigo mío, tu Lauren o tu Cece, ya no estarán caminando en este recorrido llamado “vida” a tu lado.

A prueba.Where stories live. Discover now