Capitulo 33

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A Prueba

Capitulo 33

POV LAUREN

Era uno de esos momentos en los que ni había mucho que hacer, asi que tome un cuaderno, un lápiz y comencé a garabatear. Luego de un rato una imagen vino a mi y comencé a dejarla sobre el papel.

—¡Linda… llegueeee!

—¡En el estudio!

—Hey ¿Cómo esta la mujer mas hermosa sobre la tierra? —Me abrazo y dejo un beso en lo alto de mi cabeza mientras yo seguía dibujando.

—Muy bien, gracias.

—¿Qué haces?

—Ahh solo dibujo un poco, es todo. —Entonces Joel tomo el cuaderno y lo llevo mas cerca de sus ojos.

—¿Qu… ¿Quién es ella Lauren?

—No lo se, pero sueño mucho con ella ¿es hermosa no?

—Ahh si, es linda.

—Creo que la conozco… es decir, si no, no estaría en mi cabeza, solo que nunca la he visto.

—¿La haz buscado?

—Si, no te diré que no. Pero nunca veo a nadie siquiera similar a ella y no conozco ni su nombre.

—Deberías dejar de hacerlo.

—¿Qué dices?

—Eso. Deberías dejar de mirar al pasado.

—Lo siento pero… no te entiendo. ¿me lo dice el mismo hombre que me juro que me reencontraría hace unos años atrás?

—Si si, lo se pero… ha pasado mucho tiempo ya Lauren —El se acercó a mi y tomo mis brazos —De poder recordar algo creo que ya hubiéramos notado avance. Creo que lo mejor para ti es el ahora y el futuro, nada mas. No te lo tomes a mal. —Tenía un poco de sentido… supongo.

—Esta bien, es solo que… me cuesta ¿si? Me gustaría al menos, si no regresar a eso, saber quien fui. Al menos mi familia.

—Te comprendo… y haría cualquier cosa por ti, lo sabes. Pero hay cosas que no puedo hacer. —El solo me beso —Oye, ¿quieres salir a cenar? A donde tu quieras. Solo deja voy a acomodar unas cosas a la cocina.

—Ummm perfecto.

—Perfecto, te espero.

Era extraño, había llegado muy bien y tan solo después de ver el dibujo se puso más extraño de lo normal. Como si fuera todo un bipolar. Pero no creo que haya que darle mucha importancia. Aunque si solo pudiera saber… una cosa, una sola cosa de mi pasado, pediría el saber quién era la chica que he visto en mis sueños. La que ahora estaba dibujando.

POV CAMILA

Un mes mas tarde me encontraba empacando para el viaje que me esperaba. No estaba muy animada de ir pero esto era por y para ella. Además… después de ya tanto tiempo creo que lo que dijo Sandra debe ser verdad. Debería ir, debería estar allá unos días y tratar de reconciliarme con la ciudad. De no ser así puede que jamás encuentre la fuerza de seguir.

—¿Estas segura de que no quieres que te acompañe?

—Ya arrastre hasta allá una vez Sandra, créeme… no es necesario hacerlo de nuevo. Quiero hacerlo esta vez, sola.

—Lo comprendo pero… no se, quizás necesites una amiga cuando estés allá.

—Es lo mas probable. Pero de no hacerlo sola nunca lograre superarlo. Agradezco todo lo que te preocupas por mi pero, de verdad quiero hacer esto por mi cuenta.

—Bien enana, será como tu quieras.

—¿Haz hablado con Drew?

—Nunca mas de lo usual. El… viene exclusivamente a ver a Nick 4 veces a la semana y nada mas.

—Oh… siento oir eso. Ya se le pasara y podrán hablar bien. Ya lo veras.

—La cague Camila. Y muy fuerte.

—No voy a negar eso porque no tengo como, pero todo tiene arreglo. Solo se necesita paciencia.

—Tu lo sabes todo… ¿quieres que al menos te lleve al aeropuerto?

—Programe un taxi para que venga. No te preocupes ¿si? Estaré bien.

—No me mal intérpretes, no es que no te crea es solo que… la última vez que estuviste ahí no estabas muy bien y tengo miedo de que pase igual ahora.

—Eso fue hace años Sandra… pero te prometo que si me siento mal o algo, de inmediato te llamare ¿bueno?

—Bueno, me parece genial. —Me abrazo —Estoy muy orgullosa de ti. Finalmente lo harás.

—Finalmente amiga. Finalmente.

Y un par de horas después ya me encontraba en un avión a apenas unos minutos de aterrizar. Debo admitirlo… la vista era asombrosa. Niebla cubriendo algunas copas de edificios y se podía notar que empezaba a sentirse el frio. Si no me trajera tantos malos recuerdos sería perfecto.

Llegue dos días antes al lugar. Quise con todas mis fuerzas salir un poco a caminar a la ciudad pero no pude. Ambos días antes de mi cita con Ellen Editoriales me quede enclaustrada en el hotel que había reservado. Todo, comida, agua, incluso entretenimiento como películas o el diario para leer las noticias, todo me lo otorgaba el mejor invento de la vida llamado room service.

Llego el día de la entrevista. Me puse la mejor ropa que pude traer y que pudiera cubrirme del frio, tome un taxi y partí. Fue el viaje de 20 minutos más largo de mi vida. Determine mi mente a que no miraría por la ventanilla del auto y solo me concentraría en las canciones que salieran de mi ipod pero el corazón gano, como siempre, genial. Fui mirando por todas partes que podía, examinando cada rostro, indiscretamente buscándola. Fue inútil como siempre. A unos cuantos minutos de llegar el recuerdo de Cameron vino a mi mente como un rayo, y por aunque sea un pequeño instante, quise que de verdad hubiese venido conmigo. Se que sonaba loca, que de seguir juntas seguramente se hubiera negado a acompañarme e incluso me hubiera “prohibido” venir. Unos instantes después de pensar en ello hasta me reí. —Que estupidez —Dije para mi misma. Después de todo yo hago lo que yo quiera y ni ella ni nadie podían ser un impedimento en mi vida. Creo que fue una buena decisión… después de todo nuestra relación jamás fue del todo real. No me di cuenta cuando el taxi finalmente paro enfrente de un pequeño edificio color crema. Nueve pisos, máximo. Pequeño para la escala de la gran manzana, claro.

Tan pronto entre y le di mi nombre a la recepcionista para registrarme la señora Marin salto de quien sabe dónde a saludarme. Seguramente llevaba ya tiempo esperándome ahí. Era una señora mayor por lo que su saludo fue efusivo, me encantaba esa ternura solo digna de la tercera edad. Me abrazo muy fuerte como si yo fuera una nieta a la cual no hubiera visto en años y lo siguiente que dijo fue “Lo siento”. Rayos, la temporada de pésames había pasado ya. Y estar aquí, en esta ciudad y recibir uno mas no me hacía sentir nada bien.

La junta fue sumamente rápida. Realmente lo único que hacía falta era que yo firmara. En el tiempo desde que acepte la propuesta de mantener viva a Lauren en el papel hasta que llegue aquí ellos habían preparado todo. Una vez firmado el documento el señor Ellen levanto una pequeña caja de cartón del suelo, utilizo las llaves de su auto para abrirlo y saco lo mas deseado por mi en ese momento. El libro. “Vidas Paralelas” Por, Lauren M. Jauregui.

—Felicidades señorita Cabello. Será oficialmente lanzado en una semana exactamente. —Al verlo y tenerlo en mis manos fue imposible detener un par de lágrimas que salieron de mis ojos. Después de echarle un vistazo, lo primero que hice fue ir hasta atrás, a la contra pasta para mirar su biografía. Lo primero que vi fue su foto sobre ella, lucia tan hermosa y… feliz. Mas que de costumbre. Sonreí casi por inercia al solo mirarla.

—Muchas gracias —Dije antes de comenzar a despedirme de todos y pretender regresar la copia del libro al señor Ellen.

—No querida, es la primera copia. Debe ser para usted. —Sonreír. Sinceramente fue lo mejor que alguien pudo decirme desde que llegue a la ciudad.

—Se lo agradezco mucho.

—¿Cuánto tiempo mas va a quedarse?

—Ah… pues… no lo se. No estoy segura pero, supongo que mínimamente me quedare hasta el lanzamiento oficial.

—Me alegro querida, cualquier cosa que necesite, lo que sea —Metió su mano al bolsillo interno de su saco y me entrego una tarjeta de presentación. Su tarjeta de presentación. —Llámeme.

—Vale. Muchas gracias de verdad por… reconsiderar esto. Se que ella debe de estar… saltando de nube en nube de felicidad.

—No había ni que reconsiderarlo. Es un buen libro ¿no lo cree?

—Espero que no se asombre demasiado pero… no lo se. Nunca lo leí. Lauren… jamás me dejo. Dijo que podría hacerlo hasta que saliera.

—Oh, ya veo. Pues… está en la ciudad de Nueva York. Una de las más hermosas del mundo. Creo que es un excelente lugar para comenzarlo.

—Delo por hecho.

Guarde el libro en mi bolso, termine por despedirme y Sali de nuevo a la jungla de cemento directamente hasta el hotel. Al llegar no hice nada. De verdad nada. No saque el libro, no lo mire, no encendí el televisor, incluso apague mi teléfono. No quería saber nada. Solo llegue, me cambie de ropa y me meti a la cama con el ligero deseo de quedarme dormida y no despertar nunca mas.

Al dia siguiente me desperté sumamente temprano gracias a mi exceso de sueño. Ahora mi cuerpo, mente y corazón me pedían a gritos salir, asi que baje al restaurante del hotel, desayune algo rápido y salí. Esta vez tuve el coraje de no pedir ningún taxi para llevarme y decidí caminar. Fui hasta central park. Era enorme este lugar. Me sente en una de las bancas frente al lago solo a mirar y escuchar la naturaleza, entonces mi mente recordó que el libro de Laur estaba en mi bolso.

—Podria ser una buena oportunidad. —Lo saque y comencé a leerlo después de tanto tiempo. No avence demasiado, tal vez solo un par de capítulos. Las lagrimas que pedían salir con cada palabra y oración formulada por ella no me dejaban leer con fluidez. Menos después de ver la temática del libro. Era nuestro libro. “Vidas Paralelas” era nuestra historia. Lo cerré en un acto desesperado por dejar de llorar y decidí que mejor iría a caminar un poco mas antes de seguirlo. No se como, ni cuanto me tomo pero al levantar la vista vi que estaba en la quinta avenida. Camine un poco por el lugar hasta que un chico demasiado rubio se me acerco y me entrego un flyer. 9/11 MEMORIAL. Tome la bocanada mas grande de aire que he tomado en mi vida y alce mi pulgar en busca de un taxi. —Debes ser en serio muy masoquista Camila Cabello.

A prueba.Where stories live. Discover now