Capitulo 23

17.3K 958 125
                                    

A Prueba

Capítulo 23

(POV SANDRA)

Estaba perdida. Perdida, arruinada, totalmente jodida. Desde niña lo único que hacía era buscar a las personas que mas daño pudieran hacerme solamente para saber, y no acercarme nunca a ellas. Me costaba confiar en la gente, en mi misma e incluso en un señalamiento de tránsito. Luego entendí que es algo de lo mas humano, todo el mundo le teme a ser lastimado, apuñalado de espalda por alguien a quien le tenías tu entera confianza. Eso es algo con lo que se nace. ¿En que momento dejas de buscar monstruos debajo de la cama porque ves que los verdaderos monstruos se encuentran a tu alrededor?

Pero ahora se que hay algo aun peor que eso. ¿Cuándo es que te convertiste en tu mayor temor? ¿En que momento los papeles cambiaron de lugar y ahora eres tu, ese alguien, apuñalando por la espalda a alguien que te entrego su corazón? Ahora resulta que le temes a lo que te has convertido, y a veces el miedo es tan grande que no te atreves a cambiarlo.

Entre todas las situaciones habían sido unos meses bastante difíciles. Mila tardo bastante tiempo mas del esperado en poder comenzar a superar todo lo que había pasado. Por suerte e increíblemente, Verónica estuvo ahí para ella. Me dejaba tranquila saber que estaba bien, que incluso acompañaba a Vero a ciertos eventos para distraerse. A veces lo que principalmente necesitas es desconectarte, tomar todas las fuerzas de donde te las manden para levantarme mas fuerte que nunca.

Yo por otra parte… no la había pasado muy bien.

(Flashback)

—Me das asco.

—Marielle por favor… ¿quieres sentarte y escucharme 2 minutos?

—No, no quiero. Lo que hiciste no tiene nombre. Hay un hombre que te ama desde tiempos inmemorables, al cual tienes mas que encantado con una farsa y no parece importarte.

—¡Claro que me importa! ¡no tienes idea de cuánto me importa! No sabes como me estoy sintiendo. Marielle por favor, siento que ardo por dentro.

—¿Por qué lo hiciste?

—No lo se… solo paso.

—Las cosas no pasan porque si. ¿De donde lo conoces? ¿Qué te prometió a cambio de una noche de compañía?

—El no me prometió nada. Lo conocí en una cena de la oficina. No se que paso Marielle, solo paso. Drew estaba fuera de la ciudad, habíamos discutido antes de que se marchara, estaba enojada, dolida, pero ahora no se compara a como me siento añora.

—Tener un coraje estilo adolescente no te da derecho a serle infiel a tu pareja… y mucho menos, hacerle creer que le has concedido un hijo. No te da derecho a ser una cualquiera y pretender que nada paso y llevar algo así tan lejos.

—MARIELLE YA ES DEMASIADO CON LO QUE MI CONCIENCIA ME DICE COMO PARA QUE TU TAMBIEN AHORA VENGAS A REPROCHARME TODO. TE BUSQUE PORQUE NECESITABA HABLAR CON ALGUIEN DE ESTO, PORQUE LO ULTIMO QUE QUIERO ES DARLE UNA PREOCUPACION MAS A CAMILA, PORQUE ERES MI HERMANA…

—Si, soy tu hermana. Y eso quiere decir que tengo total derecho a decirte cuando algo me gusta y cuando creo que la estas cagando pero en grande. ¿Qué vas a hacer? ¿Hasta dónde lo dejaras llegar?

—He querido decírselo desde hace meses, no puedo. No tengo el coraje.

—¿Dónde esta Charlie?

—No lo se, desde aquel día en la cafetería cuando me enteré no he vuelto a saber de el. No me contesta las llamadas, mensajes, emails, no va mas a eventos de la compañía, absolutamente nada.

—No me sorprende. A mi no. ¿a ti si? ¿Realmente esperabas algo?

—Esperaba todo menos un hijo.

—Me largo de aquí.

—Marielle por favor…

—Déjalo, no puedo hablar contigo ahora. No puedo ni mirarte. No te preocupes, no me meteré. No le diré a Drew nada de esto. No es algo que me corresponda hacer, eso lo harás tu. Cuando, no se. Y cuales vayan a ser las consecuencias, puedo imaginarlas pero prefiero no apostar nada. Solo espero que 7 meses te hayan servido para darle suficientes vueltas a todo y lo hagas lo más pronto posible. No puedes huir por siempre Sandra.

(Flashback)

Ella tomo su abrigo del sofá y salió de mi apartamento. Las palabras de mi hermana habían encajado en el centro de mi alma. Quisiera negarlo, pero su boca estaba llena de razón. No puedo ocultar esto por siempre y tampoco puedo evadir lo que vendrá con la verdad. Pero me falta valor para hacerlo.

Cada vez que me he decidido por decirle, Drew llega o con una cuna, o un mameluco, un peluche. Algo acompañado del inmenso entusiasmo de tocar mi estómago y hablarle al pequeño dentro de mi.

Cada vez que me decido algo viene a recordarme lo muy mierda de persona que había sido y por alguna razón, las ganas de intentar remediarlo se esfuman. No Marielle, ni siquiera yo se hasta dónde llegara todo esto.

Y lo siento.

(POV LAUREN)

—¿Y bien? ¿Te gusto?

—Me encanto. ¡Simplemente me encanto! ¿Cómo dijiste que se llamaba esto?

—Sushi.

—Pues creo que amo el sushi. Siento que podría comerlo toda la vida y jamás me cansaría.

—Habla por ti linda, yo lo como una vez cada año bisiesto.

—Pues tendrás que agarrarle el gusto porque a mi me encanto y por ahora estoy de chinche en tu casa.

—Basta. Me he cansado de explicarte que no eres ninguna chinche. Prometí ayudarte… además, Siendo sincero, resultaste mejor compañía de lo que pensé Lauren. No se quien hayas sido, no se si antes eras diferente pero… la chica enfrente de mis ojos me agrada. En realidad me agrada.

Joel lo había sido todo en este tiempo que llevo re-descubriendo el mundo mientras que, aun no habían señales de mi misma por ningún lado. Se había vuelto rutina el que yo despertara a mitad de la noche a causa de un sueño. O ¿quizás recuerdos? Eso era lo más frustrante de todo. No tenía idea de lo que eran y siempre era el mismo sueño. Se que estaba yo, el viento soplando en contra de mi rostro, un embriagante olor a mar y a algo más. Podía escuchar una risa acompañando a la mía. Había alguien corriendo delante de mi, una chica. Creo que podría ser de mi misma estatura y edad, cabello negro y largo. Tenía una risa carismática pero nunca he podido ver su rostro completo. Mientras corría gritaba mi nombre en medio de su risa. Odiaba esto. Me odiaba. ¿y si realmente son recuerdos? ¿y si ella era mi amiga? ¿mi hermana incluso? ¿y si ella era realmente importante para mi, me está buscando y yo no lo se? O peor… ¿y si hubiera esto conmigo el día que todo esto comenzó? ¿y si ella no logro salir?

Infinidad de preguntas en mi mente y ninguna posible respuesta. No existe nada peor que sentir y saber que has vivido mucho y cosas muy bonitas, no poder recordarlas y encima, no saber a dónde ir para buscarlas. Habían sido mas de una noche en las que a consecuencia de ese sueño me despertaba y no podía seguir durmiendo. Lo único que podía hacer era llorar. Llorar de coraje y de impotencia. Por suerte parece que me tope con un príncipe de cuento, alguien aun sin tener la responsabilidad se ha preocupado por mi y me había dejado llorar todas esas noches en su hombro y me decía que todo saldría bien.

Todo lo que podía hacer al salir el sol era cerrar los ojos, tomar un respiro profundo, tragarme las lágrimas y salir de ese apartamento con una sonrisa. Caminar hasta mi empleo y durante el día concentrarme en hacer un buen trabajo y tratar de reconocer algo, un rostro, un sonido, una voz, algo que me diera pistas de quien realmente era yo.

Había pasado tiempo y aun nada. Solo tenía conmigo una esclava de oro con un nombre común, inservible y una mente llena de recuerdos protegidos con una clave que no conocía.

Espero sea cosa de tiempo. Espero sea una prueba muy fuerte de la vida. Espero que Joel nunca se aparte de mi lado. Espero que aun día todo esto acabe. Pero si no… espero poder seguir. Espero con todas las fuerzas de mi alma que todos los días del resto de mi vida pueda levantarme, respirar profundamente, tragarme las lágrimas y sonreírle a la segunda oportunidad que la vida me regalo.

2 meses después.

(POV CAMILA)

Solo mis aretes y estaré lista. ¿pero cuáles? Todos parecen servir. Ugh he aquí 10 minutos mas. Oh espera… ¡estos! Son perfectos. Simples, elegantes, perfectos.

Tome mi abrigo rojo del armario y baje las escaleras con cuidado de no caer con los tacones.

—¡Ifos! Acá campeón. —Le serví un poco de comida y camine hacia la puerta.

Estaba dispuesta a esperar afuera cuando algo capto mi atención e hizo que mi ruta cambiara. Esa era una linda foto. Éramos Lauren y yo en casa de sus papás, estábamos cenando cuando anunciamos nuestro matrimonio a nuestras familias. Sonreí casi por inercia al recordar lo felices que éramos en esos días. Entonces mi mente, la que debería de estar despejada ahora, se llenó de Lauren. Un enorme sentimiento de nostalgia se apodero de mi. Tome la foto y me senté un momento en la sala de mi casa.

—Creo que falta algo antes de salir. —Saque mi teléfono, entre rápidamente a Facebook y le escribí:

Carta numero 392:

“Nadie, y lee bien Lauren Michelle, NADIE nunca jamás ocupara tu lugar. Podrán hacerme reír pero nunca como tu. Podrán mirarme con ternura que ni en mis sueños más locos me darán miradas como las que tu me regalabas. Nadie podrá nunca hacerme delirar, enojar, llorar de alegría, ni siquiera cocinar como tu.

Te veo en el cielo amor… solo que aun no ¿ok?

Te amo. Te amo y siempre lo hare.”

-Enviado

En ese momento mi celular vibro y leí el mensaje que acababa de llegar.

“Estoy afuera de tu casa. Trae algo para abrigarte, el viento esta terrible. Muero por verte.

-Cameron”

A prueba.Where stories live. Discover now