Capitulo 45.

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A Prueba

Capitulo 45

POV LAUREN

Subimos al avión y Sandra se fue de un lado con un asiento vacío y Camila y yo nos fuimos justo a lado de ella. Después de nuestro encuentro en la terminal el buen humor con el que la encontré se había esfumado. Había que ser idiota para no darse cuenta que ese abrazo y la sonrisa que me dio cuando le dije de mi futuro matrimonio eran lo mas falso que podía existir, además de las extrañas palabras de Sandra.

Solo me confirmaron en que definitivamente algo esta pasando aquí y seguro nadie tendría la amabilidad de decirme. Había algo enorme y brillante en su mirar que yo era incapaz de descifrar y estaba volviéndome loca poco a poco por saberlo. Tenía que quitarle ese libro a Camila y tenía que hacerlo ahora pero ¡siempre lo lleva con ella! Y de perdérselo, era obvia la respuesta.

Cuando nos sentamos ella no me dirigió la palabra para nada y solo tenía una que otra conversación entre pasillo con Sandra. No paso mucho tiempo antes de que los anuncios para colocarnos los cinturones de seguridad se encendieran y las azafatas tomaran asiento avisándonos que esta cosa iba a despegar. Todos apagamos nuestros teléfonos y sentí como el avión se encendió. Técnicamente esta era la primera vez que me subía a uno y estaba bastante emocionada aunque deje de estarlo una vez que tomo mucha mas velocidad haciendo que mi cuerpo se pegara en el asiento. Era como un gigante, pesado y realmente volador juego de feria. Me asusto un poco y por inercia tome la mano de Camila y cerré los ojos hasta que sentí que ya no había mas esfuerzo en el avión. Abrí los ojos y vi que Camila miraba nuestras manos. Tal vez le molesto así que la solte.

—Wow —Dije para romper el hielo de una vez que esto era lo mas incomodo del mundo. —Nunca había estado en uno. Es... rápido jaja. ¿Ustedes... no se ponen nerviosas? ¿Cuándo viajan?

—Te acostumbras —Respondió a secas. —¿Me disculpas? Debo ir al baño —Se desabrocho el cinturón y me dejo ahí. Necesitaba saber que le pasaba pero no tenía idea de que decirle. Yo no soy ninguna adivina y si no lo hablábamos jamás lo arreglaríamos. ¿Habré hecho o dicho algo mal?

POV CAMILA

Este día que había comenzado tan bien y tan lleno de emociones acabo siendo una verdadera mierda. Dos corazones habían decidido unirse mientras otra se quebraba en cientos de pedazos.

¿Cómo era posible que se casara con el? ¿de verdad esto le afecto hasta los sentidos? ¿en serio no siente lo mismo que antes cuando esta conmigo? ¿por muy pequeñito que sea?

Cuando el avión despego ella me tomo la mano y en lugar de sentir mariposas lo único que sentí fueron agujas, las cuales me recordaban que no podía volver a sentir lo mismo cuando la tocara, cuando la tuviera frente a mi. Necesitaba salir de ahí ahora. Cuando sentí al avión nivelarse me desabroche y Sali corriendo hasta el baño y llore, de pura desilusión como hacía tiempo lo no hacía. Estaba mas que deshecha. No podía siquiera mirarla sin echarme a llorar y querer lanzarme sobre ella y decirle todo. Absolutamente todo. Pero obviamente no podía hacer eso y menos ahora. No se cuánto tiempo se quedaría en Miami pero necesitaba idear algo... algo con un clave significado para decirle o ayudarla a recordar. Entonces le dejaría el libro y lo demás... quedaría en sus manos. Yo por mas que quisiera, no podría obligarla a nada. Estuve dentro del baño casi por una hora cuando decidí tomar una enorme bocanada de aire y regresar a mi lugar. Mientras caminaba por el pasillo me dedique a inventar alguna excusa lo mas creíble posible para decir cuando llegar y la pregunta del día, "¿Dónde estuviste?" chocara en mis odios. Para mi suerte cuando llegue tanto Lauren como Sandra estaban perdidas en el sueño así que no tuve mucho problema. Me senté e hice lo mismo que ellas. Necesitaba desinflamar mis ojos de alguna manera y la mejor era durmiendo.

Aun tenía la imagen de ese anillo en mi mente y lo único que lograba era que me hiciera recordar el mío que estaba en su estuche en casa. Si le dijera y le mostrara el que ella misma me dio años atrás ¿cambiaría algo?

Finalmente el cansancio me venció y solo volví en si cuando escuche a una voz que me erizaba la piel decir mi nombre.

—Camila... Camilaaa... Cam...

—¿Qué pasa?

—Llegamos —Abrí los ojos y me tope con los que podían alegrarme o echarme a perder el día con tanta facilidad que asustaba.

—Bien... vamos.

—¿Pasa algo? —¡TODO! Pensé...

—No nada, vamos.

—¿Dónde estuviste?

—Fui al baño y... de regreso... me quede platicando con una azafata. No me tarde demasiado pero cuando regrese estabas dormida.

—Oh... bueno.

Despertamos a Sandra no de la manera mas educada que puedo existir y salimos a buscar nuestro equipaje y un taxi. Apenas estuvimos dentro de el le envié un mensaje a mi madre para que fuera a mi casa y se llevara todas las fotografías de Lauren y mías que pudiera haber. No pasaron ni 2 minutos cuando me respondió y me dijo que lo haría. La noche estaba cayendo y el taxi nos llevo hasta el departamento de Sandra. Bajamos todo y entramos. Como era tarde y en el avión si no vas en primera clase parece que te dan de comer lo que los carceleros dejaron ordenamos una pizza y nos sentamos a comer.

—¿Estas nerviosa Laurenza?

—Como nunca antes.

—Descuida... se pondrá peor.

—Sandra...

—Es la verdad

—Déjala... ya me acostumbre.

—¡Ya era hora! —Todas reímos.

—¿Cuándo podre verlos? Ya saben... —Pregunto Lauren.

—Tu familia desde que la conozco tiene la costumbre de reunirse los miércoles por la noche. Ojala eso no haya cambiado.

—¿el miércoles? ¡¿tan pronto?!

—¿Tu querías verlos cuanto antes no Laurenza?

—Si pero... supongo que nunca dejare de estar nerviosa.

—Mientras mas pronto mejor Laur. —Dije tomando otro pedazo de pizza —No sabemos exactamente cuanto tiempo te quedes.

—En eso tienes razón. Se esta haciendo tarde... y... ¿Dónde dormiré? —No mentiré. Mi mente se puso a imaginar con esa frase. Sandra solo rio.

—Es claro que no aquí muñequita. Iras a casa de Camila. —Sentí como sus ojos se clavaron en mi mientras yo solo pretendía estar concentrada comiendo.

—Bueno... supongo que deberíamos irnos ¿no Mila?

—Claro que si. Solo deja término con esto y pediremos un taxi.

Seguimos otros 30 minutos hablando hasta que el taxi llego por nosotras y nos subimos a este. No tenía idea de como seria esto, si sería increíble o terrible volver a tenerla en esa casa. Tampoco le dirigí la palabra todo ese camino. Solo podía orar por que mi madre no haya olvidado absolutamente ninguna fotografía.

En menos de 10 minutos estábamos caminando hacia la puerta y mi cuerpo había comenzado a temblar. Llegamos hasta la entrada y solo me recargue en la pared y Lauren me quedo viendo extraño.

—¿No... vas a abrir? —Cierto. Yo tenia las llaves. Por lo general siempre abría ella.

—¿Qué? ¡Oh! Lo siento. Es la costumbre. —Busque las llaves en mi bolso hasta que las saque. Metí la llave por la cerradura y mientras la giraba no podía dejar de pensar en la mínima probabilidad de que ella al entrar y ver todo esto recordara algo —Por favor, quiero entrar y que sea como si ella nunca se hubiera ido —Pensaba una y otra vez.

Gire la manija, la hice pasar y justo me concentre en su rostro para ver su reacción al encender la luz. Lo hice y pude notar como quedo viendo todo. Solo miraba alrededor y por un momento pude ver en sus ojos que ella lo sabía, ella conocía todo esto.

—¿Esta todo bien, Laur?

A prueba.Where stories live. Discover now