Capitulo 30

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A Prueba

Capitulo 30

POV SANDRA

Hay algunos momentos en la vida que tienes el poder de apartar tu atención de la realidad que te rodea. Hacen que todo lo que quieres y deseas giren en torno a ellos. El mundo podría estar en cuenta regresiva y tu solo seguirías pensando en eso. Ojala todos fueran buenos, pero nada en la vida es fácil ni perfecto. Algunos pueden ser incluso los peores de tu vida. Terminar desempleado, una gran pelea con alguien a quien amas… el accidente de tu hijo…

—SANDRA… ¡SANDRA! —Escuche la voz de Camila llamándome. Corrió como nunca antes y me abrazo —Sandra dios, lo siento tanto. Vine en cuento me llamaste ¿Cómo esta? ¿Qué paso con Nic?

—Yo… yo estaba…

—¡SANDRA! —Esta vez era Drew, que parecía que había corrido cuadras enteras para llegar.

—Sandra amor lo siento, el coche no arranco, tuve que correr hasta aquí. ¿Qué pasa? ¿Cómo esta Nic? ¿Dónde esta mi hijo? ¡Dime!

—Drew, cálmate. Por favor —Mila interrumpió. Drew estaba como loco y tenía derecho después de haber recibido una llamada en donde no se le explico nada. Yo estaba casi atónita. Con el alma al borde de un precipicio. ¿Por qué no me di cuenta? ¿En que momento lo deje hacer eso?

—Drew… amor yo… esta mañana tus trabajadores trajeron las nuevas ventanas para el apartamento. Las deje justo a lado de las escaleras pretendiendo no estorbar a nadie hasta que tu llegaras y pudieras subirlas. Mas tarde… Nic… el se había quedado dormido en el sofá, o eso creí. Baje a buscar una carpeta que había dejado en el auto. No se veía como si se fuera a despertar pronto. Asi que Sali, sin miedo ni nada. No aparecía la estúpida carpeta y… después de un rato.. —Mi voz comenzaba a cortarse a medida que recordaba ese momento. Ese segundo que provoco todo esto. —Yo… levante la mirada buscándolo hasta que lo vi en las escaleras, no se como llego hasta ahí… y… antes de que pudiera hacer algo… el, el cayo. Cayó y rodo por las escaleras hasta que impacto en una de las ventanas que deje en el lugar. Corrí, te juro que corrí pero no alcance a evitarlo. El… su brazo… su pequeño brazo. Estaba cubierto de sangre, no dejaba de sangrar y el no dejaba de llorar. Lo siento… lo siento tanto.

Drew me abrazo con fuerza y de ahí Camila se unió al abrazo. Los 3 llorábamos como si no hubiese mañana. Al venir los médicos me dijeron que la cortada en su brazo y los golpes que recibió en la cabeza podrían ser graves. El era tan pequeño. Tendría que ser examinado pero hasta ahora nadie me decía nada. Solo lo habían apartado de mi lado y ellos habían desaparecido. Si algo le ocurría a mi pequeño jamás me lo perdonaría.

—Disculpe… ¿Sandra Guzmán?

—¡Si! Si, esa soy yo. —Al fin un médico que pudiera traer noticias de mi hijo.

—Si… tengo noticias. Nicholas esta en observación, logramos detener la hemorragia a causa del corte de su brazo pero, me temo que el es muy pequeño y perdió demasiada sangre. Necesitamos un donador. ¿Es usted su madre?

—Si… lo es. Y yo su padre. —Drew interrumpió mi charla con aquel doctor. —¿Qué necesitamos hacer?

—Perfecto… primero necesito que me acompañen a hacerse la prueba de compatibilidad. De ahí veremos quien de ustedes resulta el mejor donador para su hijo.

—Por supuesto. Vayamos de inmediato —Conteste. —Mila… si quieres puedes volver con Cameron, no habrá ningún problema.

—¿Estás loca? Claro que no volveré. Es mi amado sobrino el que esta allá y tu mi mejor amiga. Me quedare. Anda a hacerte esa prueba. —La abrace por última vez y Sali caminando tras el doctor —Gracias.

Llegamos hasta una pequeña habitación donde nos extrajeron un poco de sangre a Drew y a mí de uno de nuestros dedos. Ambas placas fueron introducidas en una máquina.

—Esto puede tardar hasta unos 15 minutos. Deberían esperar afuera e ir a la cafetería por un café o algo —Nos comentó una de las enfermeras.

—De acuerdo

—Se les informara en cuanto el análisis esté listo.

—Se lo agradecemos mucho. —Ambos salimos en dirección a la cafetería y encontramos a Mila quien ya tenía una taza de café frente a ella. Nos sentamos y ella tomo nuestras manos intentado darnos algo de fuerza.

Al cabo de 10 minutos la enfermera y el medico de antes estaban en la cafetería en dirección a nosotros. Drew de inmediato se puso de pie con una expresión de “¿y bien?” en el rostro pero no pudo decir nada, ya que el medico hablo primero.

—Voy a ser muy directo porque en este oficio no hay otra manera de decir las cosas. Tenemos un problema señores. —la frase “tenemos un problema” sonó en mi cabeza más fuerte que otra cosa y ahora si sentía que mi mundo se caía.

—¿Como que un problema? ¿Qué pasa? ¿Qué paso con mi hijo doctor?

—Calma… calma señor. El esta igual. El verdadero problema es que Nicholas es tipo O positivo y…

—¿Y QUE? —Drew estaba perdiendo el control.

—Y resulta extraño pero… ninguno de ustedes es compatible con el.

—¿Qué?

—¿Pero como? —Me levante de mi asiento.

—Es extraño… pero suelen darse casos. En fin… necesitamos hacerle una transferencia lo mas pronto posible. De no ser así, el… el podría morir. —Las lágrimas se habían apoderado de todos a estas alturas —¿Algún otro donador?

Mis fuertes pensamientos no me permitían reflexionar sobre nada. Yo solo pensaba en la posibilidad de regresar a casa sin mi pequeño y no iba a ser una opción considerable. En 3 segundos pude recordar… sentí todos mis músculos tensarse. Nunca quise tener que llegar a esto pero ahora estábamos hablando de vida o muerte. Mis lágrimas se detuvieron en un instante cuando Sali corriendo de la cafetería para ir a buscar un teléfono público.

—¡Sandra! Sandra, ¿ahora a dónde vas? —Drew gritaba detrás de mi. Estaba rezando porque decidiera no seguirme. Justo afuera del hospital encontré el teléfono público vacío. Saque un par de centavos y los metí a la maquina comenzando a marcar el número.

—Por favor… por favor contéstame. Te lo pido, por favor…

—¿Hola?

—Charlie…

—¿Quién es?

—Si te digo, promete no colgar el teléfono, por favor.

—Sandra… dime, ¿Por qué no debería de hacerlo después de que tu no contestabas ninguna mia?

—Porque esto es en serio Charlie, te lo pido. No me cuelgues, dame 2 minutos. Déjame explicarte todo.

—¿Qué pasa Sandra? ¿Por qué lloras?

—Dime… ¿sabes por casualidad tu tipo de sangre?

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Al cabo de 20 minutos Charlie estaba entrando en el hospital con una cara de espanto enorme. Entro y ni siquiera volteo a mirarme, fue directo a la recepción. En cuanto lo vi me pare y fui hacia el.

—Señorita… disculpe. Charlie Narvalles. Vengo a hacer un donativo de sangre.

—Si, buenas noches. Mire, los donativos con el el segundo piso. Vaya y tiene que tomar un turno para…

—¡no! ¡NO TOMARE UN TURNO PARA NADA! USTED NO ESTIENDE. HAY UN PEQUEÑO AQUÍ CON UNA LARGA VIDA POR DELANTE QUE ME NECESITA. Y ME NECESITA AHORA.

—Señor, por favor guarde la calma.

—¡Charlie! —Fui hasta el —Espero, espere señorita. Mi hijo esta aquí, ni su papá ni yo somos compatibles con el. Este hombre si, necesitamos una transfusión ahora mismo.

—Acompáñenme por favor.

Tome a Charlie del brazo y seguimos a aquella enfermera hasta que alguien me tomo del brazo y me jalo hacia el.

—Espera Sandra, ¿Quién es el? —y de repente mi reloj dejo de correr. Mi alma se fue hasta el piso.

—Un viejo amigo.

—¿Si? ¿Y que hace aquí? ¿Cómo de que el le donara a nuestro hijo? ¿de donde lo conoces?

—Drew, en serio me encantaría responder a todas tus preguntas ahora pero… acá primero esta nuestro hijo. Por favor… el es compatible. Déjame ir con el y en cuanto regrese te explicare todo pero por favor Drew, déjame ir ahora. —El dudo y sus ojos se cubrieron de lágrimas. Podría jurar que aunque yo aun no hubiera dicho nada, el había entendido todo. Lo imaginaba. Lentamente soltó mi brazo y me dejo ir. —Voy y vuelvo. —Le dije antes de desaparecer en el elevador con Charlie y la enfermera.

Paso una hora y media hasta que por fin volví a la plata baja con Charlie en donde esperaban Drew, Camila y para entonces ya habían llegado Marielle, mi madre los padres de Drew. El doctor que nos atendía iba detrás de nosotros y una vez que estuvimos todos juntos hablo…

—Nic estará bien… —A todos pareció regresarnos el aire a los pulmones. Varias pequeñas risas de victoria se dibujaban en los rostros de aquellas personas que se interesaban en Nic y en nosotros. —Sera mejor que se quede para observación esta noche, pero para mañana en la tarde el podrá irse. —Todos sonreíamos y nos abrazábamos. Entonces el doctor se volteo hacia Charlie y puso una mano en su hombro. —Es un héroe… señor Narvalles. De no ser por usted tal vez esta noticia seria todo lo opuesto. Espero que este muy orgulloso.

Podía notar claramente la cara de confusión en todos los presentes pero la felicidad era tan que nadie cometió la imprudencia de preguntar que estaba pasando. Nadie excepto Drew.

—¿Puedo saber el nombre completo del hombre que salvo a mi hijo? —Pregunto Drew acercándose a el.

—Sera mejor que no —Charlie se volvió hacia mi —Después hablamos ¿esta bien?

—¿Qué? ¿Qué les sucede? Sandra… ¿Quién es el?

—Drew… no es el momento.

—Hace 2 horas tampoco era el momento ¿Cuándo carajos será el momento? Algo pasa aquí y nadie quiere decirme. No crean que soy estúpido. ¡dime de una vez Sandra!

Ahora si. Estaba oficialmente jodida. Siempre tuve un enorme “gusto” por que las cosas me explotaran en las manos. Esta era una de ellas. Claramente no era el momento de hablar pero Drew tenia derecho a respuestas y ya había pasado mucho tiempo como para seguir ocultándolo. Me odiaría por siempre. Esto jamás me lo perdonaría pero ya no podía con la culpa sobre mi espalda.

—El… el es el padre de Nicholas.

A prueba.Where stories live. Discover now