Capitulo 28

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Hay momentos que te hacen volver a sentir completamente viva y que al segundo siguiente hace que te estrelles con la realidad. Lo peor de todo viene después, cuando sientes la carga conciencia en todo su esplendor.

-Vale... Entren.- Marcela nos indicó que entraramos las dos. Yo por inercia subí corriendo las escaleras de esa casa ya tan conocida y entré en su habitación. Se veía igual, la única diferencia era la pequeña capa de polvo que cubría los muebles de madera color chocolate.

Me tiré sobre su cama abrazando ese oso al que ella estaba tan unida, se lo había regalado su padre años antes de que sus padres se divorciaran y no lo viera más, siempre tenía que dormir con él... Aún a sus casi dieciocho lo necesitaba, tenía aún su olor con ese pequeño toque a soledad.

-Eres una idiota... No me dijiste nada, ahora besé a tu hermana y me siento pésima con Lauren. Además pensé que en serio eras tú. Idiota.- Yo realmente estaba molesta y dolida.

Me quedé en silencio solo abrazando ese oso, mirando a cada parte de la habitación, recordando todo lo que pasó ahí. Hasta que me quede dormida. Al parecer mi cansancio me sobrepasó.

*                 *                *

-¿Y si tú mamá o Vero entran... O el papá de Vero?- La de la mirada chocolate decía entre los labios de su novia, mientras esta se encontraba sobre ella.

-Tranquila, te dije que no vuelven hasta mañana.- su novia le sonrió para tranquilizarla. Esta quitó su blusa, para después seguir con la de su linda cubana.

-Agh... A la mierda- Camila exclamó en un grito ahogado al sentir los labios de su chica sobre su pecho al haberse deshecho de su sonten.

*                 *                   *

-Hey Camila...- Alguien me movía despacio, su voz me gustaba- Oye... ¡Leeevaaannntaaateee!- Hasta que abrí mis ojos y la vi, para después sonreir como en los viejos tiempos.

-Hey... Hola am...- caí en cuenta que no era ella, me levanté de inmediato sentandome sobre la cama- Lo siento...- ella rió bajo, pude ver un brillo en sus ojos. Que si bien, no era Mi Lucy, ese brillo también me embriagaba los sentidos. Me acerqué a ella y la besé de nuevo, uno más profundo, ella correspondió y mis labios ya no se sentían ajenos...

LAUREN.

Me separé de inmediato, su sonrisa era la misma... Ella era la copia exacta de Lucy y yo no sabía que estaba haciendo con mis estúpidos impulsos. Lauren... Debía estar con Lauren, ella me amaba y yo... Yo era feliz a su lado... Pero... ¡No, no! Era Lauren mi presente.

-Yo... Disculpa... ¿Qué hora es?

-Son las 6 de la tarde y no te preocupes... Marcela quiere que bajes a comer- asentí levantandome-... ¿Te puedo llamar Mila?- volví a asentir- Bien... Mila, si me sigues besando te juro que no me resistiré aunque hayas sido la novia de mi hermana.- la miré sorprendida, para después reír algo apenada ¿se supone que esté apenada, cierto?

-Tengo novia...- Fue lo único que dije al pararme frente al gran espejo que había en la habitación.

-Pues... No parece- la miré con molestia- Eres guapa, muy guapa y a mi no me importaría seguir este jueguito de "he revivido"- rió fuerte.

-Cálla...

-Claro, te esperamos abajo.

Puedo mencionar que su forma de burlase de la situación era la misma y que era jodidamente provocativa como ella.

LAUREN...

Sí, Lauren. Ella es mi novia y me ama.

Bajé de inmediato para encontrarme con Marcela acomodando la mesa. Había cuatro platos.

Letters (camren) Where stories live. Discover now