Veintidos

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Miraba el perfil de la Northwestern University con emoción, varias universidades me habían enviado cartas y correos pidiendo que visite las instalaciones ya que como alumna con honores egresada, los profesores hicieron recomendaciones de mi y mi hermano para postular a las Universidades más prestigiosas del País, Northwestern había sido la más prestigiosa de entre todos los correos que me llegaron, y decían que podían mantener una pequeña beca si decidía matricularme ahí.

Jared estaba en las mismas, pero él no quería alejarse mucho de casa, por lo que estaba entusiasmado con otra opción, la Rice University , ubicada en Houston, en el estado de texas, la cual le ofrecía becas de comida y libros si aceptaba.

Estuvimos ambos revisando cartas y correos desde ayer por la tarde, y eran ya como las doce del día y ambos no habíamos podido dormir de la emoción, papá y mis hermanos nos atendían cada cierto tiempo, ya que todos pasamos por esto y sabían lo difícil que era escoger universidad si de eso dependía tu futuro y eras tu quien empezabas a crearlo.

  — Stevie, tu teléfono de nuevo — Dijo Jared a mi lado, yo sin mirar estiré mi mano y presioné la opción de colgar, no sabía quien me llamaba y sinceramente  no me importaba.

  — ¿Qué piensas estudiar? — Le pregunté a Jared al ver que estaba en la sección de Leyes en la página de Rice.

— Creo que me iré por Leyes, o quizás me vaya por el campo de construcción, podría conseguir una beca deportiva también, recuerda que el año pasado varias universidades fueron a vernos jugar en los campeonatos, aunque no iban por nosotros, al entrenador si les pidieron nuestros nombres — . Dijo tecleando rápido en su portátil sin siquiera voltear a verme, bajo sus ojos asomaban unas grandes y oscuras ojeras, yo debía estar igual... o peor —. Y ¿Tú?

  — ¿Yo?... pues creo que me iré por la parte  de barredora de calles — Comenté viendo fijamente una hoja, miré de reojo a mi hermano que me miraba con la boca abierta y con los ojos como platos — , es mentira imbécil — Reí fuerte, él suspiró aliviado y me dio un golpe en el brazo.

  — Me la creí idiota — Dijo negando con la cabeza, iba a decirle algo, pero antes me interrumpió mi teléfono, nuevamente colgué sin importarme quien era.

— ¿Por qué no contestas el teléfono? — Preguntó cansado, se frotó los ojos y bostezó.

— Creo que mejor lo apago.

— No ignores mi pregunta Stevie, ¿que ocurre?, ¿por qué no quieres que sepa, el porque no contestas?, son Christopher y Malcom, ¿te han hecho? — Al preguntar eso último, su mirada se oscureció.

Miré hacia la ventana, todo estaba oscuro afuera y con suerte se podía ver un poco de la luz naranja de las farolas, mi labio dolía de tanto morderlo, finalmente me volví hacia mi hermano que me miraba preocupado, pronto mis lágrimas comenzaron a aflorar y un sollozo se escapó de mi garganta, ya había soportado mucho tiempo, y el nudo en mi garganta cada vez se hacía más grande, quería gritar y golpear algo, pero al mismo tiempo quería que alguien me abrazara y me consolara hasta quedarme dormida.

No pasó mucho tiempo para que mis llantos y el llamado de Jared alertara a mis demás hermanos y a mi papá, yo seguía llorando desconsoladamente, me sentí muy mal, y  ni siquiera podía contestarle a las mil y una preguntas que mi familia me hacía.

No era un bonito sentimiento, y la traición me pesaba mucho, jamás hubiera querido que esto pasara, años sin sentir algo por alguien porque sabía que terminaría mal, nadie me querría por ser yo, nadie se atrevía a siquiera ser mi amigo por tener unos hermanos rudos, nadie me querría por ser una chica mucho amachada.

¡Que no soy chico!Where stories live. Discover now