Epílogo

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 Ahora shi que shi.



 — Te amo...

Y yo a ti.

Por favor no me dejes, prometo que te haré feliz. 

  —  Ya no hay tiempo, vine sólo a despedirme, pero cumpliré la promesa.

¿Qué puedo hacer para que te quedes?. 

  — Nada.

(...)

Caminaba tranquilamente recorriendo cada pasillo del Hospital, lugar en el que había estado los últimos cinco años, me despedía de las enfermeras, doctores, guardias, auxiliares, de todos aquellos con los que compartí aunque sea una operación o cruce de palabras. El Hospital Grace de Seattle Mercy West me había acogido todos mis años de interna y residente, había conocido personas realmente buenas y otras algo odiosas y gente de verdad detestable, había aprendido lealtad y lo que es la amistad ante todo, aunque jamás traté de hacerlo. Giré finalmente el último pasillo que me llevaba a la salida del hospital y finalmente respiré profundo saliendo del edificio.

Tomé el ferry el cual demoró una media hora para cruzar hasta mi destino, el frío durante el viaje fue horrible, en Texas hubo unos cuantos inviernos con este clima, sólo unos cuantos que llenaron la ciudad de Dallas de nieve, pero yo tenía mi hogar y familia para mantenerme cálida y feliz, acá no tenía nada, vivía sola, convivía si, con mis amigos, cuatro para ser exactos, con los cuales casi pasaba las veinticuatro horas al día todos los días de la semana durante estos cinco años, pero jamás llegaron a ser mi familia, nos contábamos todo, saben mi pasado medio extraño y me entendieron, pero jamás llegué a vivir con ellos algo más de trabajo y una simple amistad.

Al llegar al final del recorrido, fui caminando hacia el cual pronto dejaría de ser mi departamento, saludé al portero que después de estos años se ha vuelto un buen amigo, al entrar a mi departamento había por todos lados cajas apiladas, se veía más grande ahora.

Me tiré en mitad de lo que antes era una bonita sala llena de dibujos e iluminación, repasé mentalmente mi vida en todos estos años y las emociones me invadieron al recordar lo más fuerte que me había pasado en todos estos años, mi padre murió, murió cuatro años después de que me fui, fue horrible, un Metástasis en su hemisferio Izquierdo a causa de cáncer de piel en etapa cuatro no fue diagnosticado a tiempo, estuvimos todos ahí, todos estuvimos ahí durante dos semanas donde tratamos de hacerle feliz, y lo fue, Olga nuestra madrastra nos apoyó en todo momento y nosotros a ella, eramos 7 personas unidas, pudo ser peor, pero la familia estaba ahí.Puse en blanco mi mente y suspiré pesadamente antes de pararme y acercarme al teléfono.

  — ¿Hola? —Preguntaron al otro lado de la linea.

  — Andrew, necesito tu ayuda, el último favor.

—  Todo por ti preciosa, estaré en cinco minutos — Luego de eso colgó y yo fui al baño a prepararme.

(...)

  — Listo mi vida, ¿todo está bien? — Preguntó apoyándose sobre su codo.

  — Si, me duele un poco, las palmadas no eran necesarias, deja que te diga, pero creo que estaré bien para mañana — Hice una mueca de dolor al tratar de acomodarme.

  — Son las seis de la mañana Stevie, tu vuelo sale a las 10 no tienes tiempo de descansar, nos tomó toda la noche — . Dijo viendo su reloj de muñeca.

— ¡¿Que?!, pero si la última vez no duró tanto, y fue hace poco —. Hice un puchero sobándome las zonas enrojecidas, Andrew hizo una cara malvada

¡Que no soy chico!Where stories live. Discover now