Dos

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Stevie:

Bip...bip...bip

Jodida mierda, maldito despertador.

Me escondí bajo las sábanas, mientras esperaba que el jodido bippoteo se detuviera, al ver que no paraba lo tomé entre mis manos y lo lancé hasta la puerta de la habitacion pero no llegó, ya que alguien la abrió antes.

—Buenos di...¡Ahhh! — escucho decir a uno de mis hermanos seguido de un fuerte estruendo contra la pared y el impactar de piezas contra el suelo. —Joder Stevie casi me matas — dijo la voz que reconocí como Jared mi hermano mellizo.

—Muere — murmuré acomodándome para seguir durmiendo pero al sentir un frío líquido escurrir por las sabanas hasta empaparme reaccioné enojada. —¿Que te pasa imbécil? — le pregunté y me levanté enojada sobre la cama.

—Vamos tarde idiota — Me dijo obvio, y eso me hizo enojar haciendo que saltase sobre él y empezara a golpearle. —Para loca...¡Papá! — gritó y el sudodicho entró con una pistola de agua y nos roció como si fuéramos gatos.

—Steve vistete para ir al colegio y tu Jared cambiate la ropa mojada  —ordenó y ambos asentimos obedientes, no queremos hacerle pasar malos ratos a nuestro padre asi que a todo que nos manda a hacer lo haciamos sin negarnos.

(...)

—¡Es mio! — exclamamos Bruno y yo al mismo tiempo. 

—¡No mio! — gritaron Valentin y David al mismo tiempo.

—¡Mío! — gritaron Josh y Jared.

Los seis hermanos estabamos en la mesa de la cocina peleando como animales por ver de quien era el último pastelillo.

—¡Es mío! — gritamos los seis al mismo tiempo y entre todos nos miramos fulminantes.

Miramos hacia el pastelillo y una mano lo sacó lentamente, todos lo miramos tristes ya que todos lo querian deborar.

—¡Papá! — chillamos los seis al ver como él se lo comia y disfrutaba.

—Siempre se pelean por bobadas y siempre me las acabo comiendo o jugando — dijo encogiéndose de hombros.

—Bien, como papá oso se comio el último pastelillo nosotros nos vamos al colegio, bien papá lleva a Josh, Jared, Steve y Bruno. Y yo llevo a David —Dijo Valentin, todos asentieron y subieron a los respectivos autos, Valentin dejaría a David en la universidad y luego iría a trabajar.

(...)

—Bien, hasta luego pequeños —dijo mi padre despidiendose desde el automovil.

—Adios —nos despedimos los cuatro desde la entrada del colegio.

—Bien vamos  —dije y los cuatro entramos al gran edificio.

Caminé directo hacia mi casillero el cual estaba un poco alejado del resto, ya que los casilleros estan separados en secciones una parte de hombres y una parte de mujeres, algunos cambian casilleros, para estar mas cerca de sus "Amores" o de sus pasadas.

El mío fué cambiado sin mi concentimiento al más alejado de todos, el que estaba en el segundo piso y la ultima corrida, la cual estaba muy lejos ya que el colegio no era muy chico y siempre llegaba tarde a los salones ya que estaban muy alejados.

Apuré mi paso y llegué justo cuando tocaron la campana. "Puta mierda de mala suerte" pensé.

Cogí la croquera de arte y los lápices de colores, con un humor de perros, corrí lo más rapido que pude quedando completamente sudada, si no fuera por mi super y genial desodorante de hombre sin olor, el mejor para mi.

¡Que no soy chico!Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora