Sensitive

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Una semana había pasado desde aquel inesperado suceso. Por todo ese tiempo, Julie no había dejado de hostigarlo con preguntas recurrentes hacia su salud debido a su preocupación. No lo entendía, pero ya no le sorprendía no entender, en la última semana se había sentido tan extraño y para los demás estaba demás recalcar que se encontraba sumamente sensible, pero él parecía ignorarlo.

Ben se había vuelto el centro de investigación de todos, él no lo notaba, pero era el blanco de miradas de todos. Justo en esos momentos así estaban, mirando a Ben mientras él disfrutaba una deliciosa malteada comprada en Mr smoothie de forma tranquila, perdiéndose en el exquisito sabor que aquella mezcla entre mango y naranja le hacía indagar.

Gwen se vio incitada a decir algo, pero antes de siquiera dejar salir una de sus tantas dudas existenciales con respecto a Ben, los brazaletes de plomeros de los tres comenzaron a sonar advirtiendo una nueva misión. Fue menester por parte de los tres el apresurarse y eso ninguno lo dudó.

Se subieron al automóvil de Kevin de forma presurosa y este a su vez pisó el acelerador con fuerza para ir de forma rápida hacia el lugar de la misión. El abuelo Max se comunicó con ellos por medio del comunicador de los plomeros para darles detalles de su misión. Ben bufó en cuanto supo de quién se trataba, nuevamente era Albedo intentando robar cosas de los caballeros para poder regresar a su forma original e irse.

Por obvias razones Ben le odiaba y aquel odio era mutuo sin dudarlo. Sin ganas de seguir pensando en su copia de albinos cabellos se concentró en su vaso de bebida que aún tenía en sus manos y nuevamente dejó que su paladar disfrutara de adivinar a donde lo llevaba ese sabor tan tropical. Kevin lo miró por el retrovisor, claramente era una señal de que si tiraba algo en su preciado auto lo iba a matar, pero lejos de verse asustado, Ben se cruzó de piernas mirando hacia la ventana y tras recargar su codo en el descansabrazos pegado a la puerta comenzó a disfrutar el paisaje y a disfrutar su bebida.

Nada malo pasó en el trayecto. Cuando Ben terminó su bebida sacó una bolsa plástica que llevaba en su chaqueta y colocó el vaso vacío dentro de ella para después colocarlo en el piso del auto hasta encontrar un lugar donde desecharlo. Kevin nuevamente lo miró por el retrovisor, pero lejos de ser una mirada de enojo parecía sorprendido de que Ben Tennyson fuese organizado y limpio.

Quiso comentar algo cuando un disparo de energía dio frente a su auto obligándolo a detenerse y suspiró de alivio al darse cuenta de que lo hizo a tiempo y su auto no se vio afectado. Los tres bajaron del deportivo y corrieron apresurados hacia dentro del castillo de los caballeros.

Ben se atrasó en el paso, por alguna extraña razón sentía pánico de entrar en lucha, como si dañarse alguna parte del cuerpo le fuera fatal como nunca antes.

—¡Ben, apresúrate!—Gwen le gritó y este, frunciendo el ceño aumentó su velocidad para alcanzarlos aún si no se sentía bien al realizar aquella forzosa acción. Desafortunadamente terminó por ignorar la fatídica advertencia.

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Entraron al castillo. Seguía siendo tan lúgubre como él lo recordaba de las veces que había ido porque ese lugar no cambiaba en nada. Gwen se enfocó en sentir la energía proveniente de la copia albina de su primo, sin embrago un ataque de energía la alcanzó rompiendo su concentración.

Los tres voltearon, Charmcaster estaba ahí. Pronto una batalla de hechiceras se desató, tiempo suficiente para que Kevin y Ben se concentraran en buscar a Albedo e impedir que consiguiera el adaptador de formas para su omnitrix cancelado por Azmuth —estaba realmente desesperado por repararlo o al menos intentarlo—.

Mami Ben || BeVinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora