Decisión

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Kevin se separó de Ben con una sonrisa. El menor se veía mucho más tranquilo después de llorar toda aquella frustración que lo había estado consumiendo en el último periodo de tiempo desde que su familia lo acribilló por sus malas decisiones. No quería decir que ya no le dolía, pero Kevin tenía razón, él no estaba enfrentando solo todo eso, estaban juntos y de esa forma nada les sería imposible.

Además, él era un héroe, se había enfrentado a peores problemas, había estado infinitamente al borde de la muerte y no se había derrumbado, le quedaba muy en claro que el embarazo le estaba jugando una mala pasada, ni siquiera estaba en sus planes haber estado así y de todas maneras ya no se enojaba por tener que pasar por esos sofocantes problemas emocionales.

Dio un suspiro para luego mirar al osmosiano que estaba sentado a su lado, no había notado su atuendo. Bien, Kevin siempre llevaba la misma ropa, bueno, casi siempre, tenía un closet repleto de un montón de camisas negras absolutamente iguales y al menos cuatro camisas grises de manga larga como las que usaba combinadas a las otras. Igual tenía dos shorts de playa y dos camisas blancas que utilizaba con la azul cuando estaba en el taller —cabe aclarar que lo sabe no sólo porque se haya entretenido esculcando entre la ropa de Kevin durante el último par de semanas—. Pero en esa ocasión pudo notar que cargaba una camisa negra especial con el logotipo de los plomeros por la parte posterior de su brazo.

—¿Saldrás?— Cuestionó un poco desanimado, lo último que quería era que Kevin lo dejara solo cuando sentía que necesitaba tenerlo cerca más tiempo, aunque su abuela igual le había explicado que esas sensaciones podía deberse al instinto necrofriggian en la recta final para ya poder poner sus huevecillos.  

—Hay una misión que requiere mi presencia, tu abuelo mandó la información a mi insignia, no es algo muy complicado, sólo es una inspección de rutina para cuestiones de llegada de nuevos reclutas a la tierra.— Kevin le informó a Ben mientras se levantaba del sofá.

—¿Mi abuelo te lo mandó?— Ben cuestionó intrigado, sorprendido y a su vez desconfiado de su abuelo después de todo lo que pasó.

—Aunque no lo creas.— Kevin aseguró.— A mí igual me tomó por sorpresa, pero después de investigar un poco confirmé que es una solicitud verdadera, por lo que pude descartar que quisiera secuestrarme en el espacio o algo.— Bromeó... O lo intentó.

—¿Gwen irá?— Al castaño le había costado externar esa pregunta, no se sentía muy cómodo mencionando a su prima después de todo lo que pasó y no se sentiría muy a gusto si ella acompañara al osmosiano.

—No, sólo iré yo en el camper, no es una misión que requiera a más de uno, pero tú debes permanecer aquí en la casa descansado, la fuerza del viaje podría poner demasiada presión en tu cuerpo. De cualquier forma, todo el proceso debe tardar entre cuatro y cinco horas, estaré aquí para amanecer contigo.— Aseguró de nuevo.

Ben asintió más convencido para luego levantarse del sofá de Kevin y acercarse a él. Los brazos del más alto lo rodearon para luego juntar sus labios en un beso suave y lleno de cariño. Era algo que necesitaban expresarse.

—Por cierto.— Kevin llamó su atención parado en la puerta y Ben, de nuevo desde su distancia en el sofá lo miró.— Cuando regrese, si te hace sentir mejor podemos intentar hablar con Gwen, intentar arreglar las cosas, ¿de acuerdo?— Ben le sonrió, Kevin estaba intentando animarlo y eso de verdad que lo hizo feliz. Asintió con alegría de que Kevin hubiese propuesto eso y con un mejor ánimo retomó su gusto por ver la televisión.

Ya un poco más tranquilo Kevin salió de la casa en dirección a su automóvil deportivo y se subió para partir en dirección a la cochera especial donde tenía guardado el camper color verde de última tecnología. Antes de subir se puso a reflexionar un poco en sus cosas. Su camper y su autóvil más preciado era del mismo color verde que la chaqueta de Ben. Tal vez por años no disimuló lo suficiente, ese color estuvo tan ligado a él desde que conoció a ese chiquillo de 10 años en una ciudad la cual ya no le importaba tanto recordar.

Vio la hora después de eso y se apresuró a entrar al camper para pilotear en dirección al cuadrante siguiente al final de la galaxia. 

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Ben se quedó un par de horas viendo televisión. La policía tenía un mayor auge con los asaltos a la seguridad pública debido a que no estaba tomando su lugar. Tampoco había habido amenazas alienígenas incontrolables atacando la tierra, la mayoría fueron derrotadas y llevadas a las bases de los plomeros gracias a su abuelo o Kevin, eso lo sabía gracias a la abuela Verdona.

Pero ya estaba aburrido. Extrañaba ser héroe, extrañaba un poco la fama y extrañaba ir a la escuela. Había dejado de asistir hacía un buen rato y aunque tenía una justificación lo suficientemente buena —excusa de lesión— y enviara sus tareas no era lo mismo, se sentía de verdad fastidiado de estar encerrado en casa, aunque claro igual esa había sido su decisión propia debido a su perfecto encierro en depresión.

Miró un momento más hacia la televisión antes de que una idea que parecía buena cruzara su cabeza. Tal vez arreglar las cosas con Gwen sería mucho más fácil si él iba solo para intentar hablar con ella. Por algún motivo se había autoconvencido que la presencia de Kevin complicaría las cosas al querer entablar conversación con la pelirroja debido a que era por él que ambos luchaban como rivales. Tenía una gran disculpa que ofrecerle a su prima y quería prepararse lo suficiente para poder enfrentar a su familia antes de decir todo aquello que se había estado guardando.

Decidido se levantó del sofá y caminó hacia el baño para poder darse una ducha y cambiarse de ropa. No saldría en pijama de la casa de Kevin a esas horas de la noche. Después de tomarse el tiempo de relajarse y pensar en todos los posibles escenarios que ocurrirían un vez que llegara, se adentró a la habitación que compartía con Kevin. Tomó una camisa negra de Kevin debido a que esas no le ajustaban con su ahora nada esbelto cuerpo y se puso su ropa interior y pantalones. Caminó a la sala con sus tenis en mano y se sentó aún mirando las noticias mientras se colocaba su calzado. Por último su chaqueta fue colocada encima y su celular se adentró en el bolsillo trasero de su pantalón. Tomó las llaves que estaban en el mueble de la televisión y salió de la casa con la ferviente idea de arreglar las cosas con Gwen como una sorpresa para Kevin.

Entonces, despeinado por la reciente ducha y con algo de frío Ben se fue caminando hacia la casa de Gwen en plena noche con una sola cosa fija en su mente.

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Mami Ben || BeVinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora