Disturbio

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Ben tocó a la puerta. Permaneció parado mirando incómodo hacia el frente con la esperanza de que le abrieran. Era tarde, sabía eso pero no podía esperar más para hablar con Gwen y disculparse. Acarició su vientre hinchado, a simple vista parecía estar inflado, pero sabía que ahí estaban sus bebés, transmitiéndole su incomodidad. Suspiró resignado al ver qué nadie salía, dio media vuelta dispuesto a irse cuando la puerta se abrió.

Su tía Nataly lo estaba mirando con esa expresión de fastidio genuina. Hubo un tiempo donde fue el sobrino favorito de su tía, suponía que no volvería a ser querido por esa parte de la familia y se acongojó, su instinto hizo que se pusiera tímido y demasiado cuidadoso.

—¿Qué haces aquí, Benjamin?— Le cuestionó cruzándose de brazos sin apartarle la mirada.

—Bueno... yo, Hem... Quiero hablar con Gwen.— Respondió mirando al suelo, no podía mantenerle la mirada a su tía.

—Gwen no quiere verte, te sugiero que te vayas de una vez, es muy tarde.—Gruñó ella.

Ben suspiró y asintió. Era muy tarde y con lo decidido que estaba no había pensado en lo peligroso que era regresar solo. Pero igual no dudó más en irse, sólo quería volver a casa de Kevin y llorar un poco.

Cuando se alejó de la casa su primo Ken salió a buscarlo. Ben lo miró intrigado y lastimero y aunque su primo mayor no lo estaba mirando con odio sí estaba serio.

—Gwen acepta hablar contigo.—Le dijo tomándolo del brazo y arrastrándolo de regreso a la casa.

De la misma manera lo arrastró dentro sólo logrando ver de paso a su tío Frank que leía el periódico tranquilamente en el sofá de la sala.

Acabó en la habitación de Gwen. Ella lo miró furiosa pero lo suficientemente tranquila para que Ben tuviera el valor de hablar.

—Mi mamá me dijo que viniste, dijo que querías hablar conmigo así que, bien, ¿qué ibas a decir? Habla.— Espetó cruzándose de brazos.

Ben titubeó antes de suspirar de nuevo y armarse de valor para decirle todo lo que sentía. Ken se recargó en la puerta viéndolo y antes de que Ben pudiera hablar Gwen volteó a ver a su hermano.

—Vete Ken, no necesitas estar aquí.— Gwen le dijo a su hermano y Ken negó.

—No, si algo pasa entre ustedes serviré de intermediario para que no se maten, si algo de está magnitud te concierne entonces lo hace igual para mí, no quiero dejarte a solas con Ben.— Respondió de forma ultimátum.

Ambos miraron a Ben de nueva cuenta poniéndolo más nervioso, pero ya había llegado hasta ese punto así que simplemente inhaló y habló.

—Lo lamento.— Dijo lo más firme que pudo, aunque su disculpa salió algo suspirada igual.

—¿Disculpa?— Gwen dijo sorprendida antes de regresar a su carácter molesto.—¿Eso es todo? ¡¿Una disculpa y ya?!

—No, G-Gwen.— Ben se apresuró. Sus manos se movieron frente a su pecho haciendo un ademán para que se calmara. —Sé que lo que hice estuvo mal, pero quiero que sepas que nunca planeamos nada de esto Kevin y yo... Todo fue tan rápido que no pude evitarlo y lo que sucedió con Frío y la confianza que le dio a Kevin, ¡No fui yo!— Aseguró sincero esperando a que su prima lo entendiera. —Yo jamás quise herirte, ¡eres mi prima favorita! ¡Crecimos juntos! Todos los viajes que tuvimos y las misiones son tesoros preciados para mí y por eso me siento tan mal de que ya no quieras saber de mí... Nunca quise nada de esto, ¡No quise que mi vida cambiara así! ¡No quise ser madre de unos niños necrofriggianos, tampoco imaginé que Kevin y yo acabaríamos juntos o que me volvería un poderoso anodita portador del Omnitrix!— Exclamó alterándose, estaba muy estresado y había callado sus emociones por mucho tiempo desde lo sucedido con su prima. —Sólo...—Hizo una pausa antes de recuperar su respiración. —Lo lamento, en serio lo siento.

Mami Ben || BeVinWo Geschichten leben. Entdecke jetzt