32.- Piper

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La temperatura bajo drásticamente. Fuera el cielo adquirió un color oscuro y junto con las nubes no presagiaban nada bueno. A lo lejos se escuchó un relámpago.

Ajuste las correas de la mochila mientras caminaba buscando un refugio seguro para pasar la tormenta. Las ráfagas de aire se intensificaron.

Corrí buscando un lugar seguro para esconderme cuando me encontré con cuatro tributos; Kike, Charlie, Juan y Christian.

Los chicos estaban en medio de una refriega.

Kike intercepto un puñetazo de Juan y con ayuda de una palanca lo tiro al suelo. Christian le aplicaba una llave a Charlie que buscaba librarse de ella. Juan logro librarse de Kike y se puso en pie a la par que Charlie escapaba de su rival. Alguien grito.

Las gotas de lluvia comenzaron a caer y se desató el caos.

Los chicos seguían enfrascados en su pelea y aún no me habían notado. Perfecto.

No quería meterme en la refriega porque tenía una obvia desventaja y me doy la vuelta para irme cuando sucedió.

Un cuchillo me da en la frente. Me hace un corte encima de la ceja derecha, la sangre me ciega un ojo y me llena la boca con sangre escarlata. Me tambaleo y retrocedo, pero consigo sacar mi daga para atacar a mi contrincante, más o menos. Alzo mi arma pero es demasiado tarde, entonces Aruamy se me echa encima, me derriba boca arriba y me sujeta los hombros contra el suelo usando sus rodillas.

"Se acabó" pienso, y por el bien de Jasón, espero que sea rápido.

Sin embargo, ella quiere saborear el momento, incluso cree tener tiempo.

-Ahora no puedes huir de mí- dice.

-Cabrona- murmuro.

Aruamy me da un puñetazo a la altura de la tráquea lo que sirve a la perfección para callarme. Aruamy lleva la cintura llena de cuchillos sujetados con una cuerda.

Selecciona con parsimonia uno de aspecto casi delicado, con una cruel hoja curva.

-Con tu muerte demostrare mi arte-

Me retuerzo para intentar desequilibrarla, pero no lo consigo. Pesa demasiado y me tiene bien sujetada. Me limpia con la manga de la chaqueta la sangre de la herida, sin mucha delicadeza. Me observa la cara durante un momento, volviéndola a un lado y otro, como si fuese un bloque de madera y estuviese decidiendo qué diseño tallar. Intento morderle la mano, pero ella me coge el pelo de la parte de arriba de la cabeza y me obliga a apoyarla en el suelo.

-Creo...- Parece tan contenta que sólo le falta ronronear- Creo que empezaré con tu boca.

Aprieto los dientes mientras ella traza, burlona, el perfil de mis labios con la punta del cuchillo. Reúno sangre y saliva en la boca, y se lo escupo todo a la cara. Ella se pone roja de rabia.

-De acuerdo, vamos a empezar-

Me preparo para el atroz dolor que se avecina, pero, cuando ciento que la punta del cuchillo me hace el primer corte en el labio, una luz blanca y calcinante estalla delante de mí.

Viento. Explosiones de luz. Polvo asfixiante. Un zumbido en los oídos. Viento. Explosiones.

Aruamy voló hacia atrás mientras las dos aullábamos de dolor. La explosión había sido justo en donde estaba Aruamy. ¡Aruamy!. Aterrice de un golpe, que sonó como si todas mis articulaciones de mi cuerpo se hubieran roto y vuelto a colocar en su lugar al instante. Tenía la visión llena de oscuridad y de imágenes borrosas, ignore el dolor, me levante a duras penas y vi llamas.

Al principio estoy demasiado aturdida para entender qué ha pasado. ¿Ha venido Jasón a salvarme de algún modo? ¿Acaso los Vigilantes han enviado un animal salvaje para aumentar la diversión? ¿Es que un aerodeslizador se la ha llevado por los aires?

A mi mente le llevo un minuto procesar lo que tenía enfrente. Lenguas de fuego bailando como estelas mágicas y ardientes llevadas hacia la derecha por el viento. Luego todo se derrumbó en un montón de destellos ondulantes.

Era Aruamy. Sus ropas estaban ardiendo.

La chica rodaba en el suelo y palmeándose el cuerpo para extinguir las llamas. En pocos segundos, el fuego se había apagado y dejado la ropa chamuscada e infinitas heridas. Agradecí no poder escuchar los gritos de agonía que provenían de la chica.

Doy la vuelta y huyo de Aruamy y los rayos. Corro por las calles, limpiándome sin pararla sangre que me tapa el ojo, huyendo como la criatura salvaje y herida que soy. 

Los Juegos del Hambre (Primer Vasallaje)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora