41.- Abel

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Acorralamos a Charlie cerca de un callejón. Atrás de nosotros estaba la puerta de madera de un edificio azul muy alto. Escuchamos un grito cerca.

-¿Qué carajos es eso?- pregunto Charlie asustado.

-¡Que importa!- respondí.

El chico parecía que estaba a punto de llorar porque tenía su daga guardada en su funda.

-¿No que muy valiente? Ahora saca tu daga y defiéndete-

El chico estaba temblando de pies a cabeza pero aun así decidió sacar su daga. No iba a darle una oportunidad. Me abalance sobre él con las manos por delante. Él se estrelló la cabeza contra el muro, juntos caímos al suelo mientras comenzaba a repartir puñetazos. Charlie intentaba defenderse como podía y hay que admitir que me llego a dar hasta cinco puñetazos bien dados.

Rodábamos por la arena hasta que estuvimos enfrente de la puerta.

-¿Dónde están tus lamentables aliados Charlie? Ahora nadie podrá salvar tu patética vida- dije mientras reía como loco.

-Te odio- fue lo único que logro decir.

-Espero que no te importe morir con tu propia arma- dije mientras le arrebataba su daga.

-Solo no olvides algo –dijo mientras comenzaba a sonreír- las dagas son para los luchadores más veloces-

Termino de pronunciar veloces como si fuese una burla. La sangre me hirvió. Instintivamente baje la daga hacia su cara. En el último segundo el cabrón desvió mi brazo haciendo que la punta de la daga se hundiese en la arena. Se retorció haciéndome caer.

En menos de un segundo el chico se puso en pie. Monse soltó el tridente y Charlie lo esquivo por segundos, no sin antes hacerle un corte enorme en el brazo.

Justo cuando me incorporaba para perseguir a Charlie, la puerta me golpeo la espalda y la cabeza. Dos chicas cayeron al suelo.

Aruamy y Piper estaban ensartadas en una pelea a muerte. Pedazos de madera colgaban a ambos lados del marco.

Era la oportunidad perfecta para matarlas. Monse pareció entender lo que pensaba porque saco un cuchillo de su cinturón. La espada que tenía la perdí en algún momento de los últimos días. Probablemente cuando murió Cervantes.

Prepare mis puños para meterme en la pelea.

Piper estaba gritandocomo una loca mientras que Aruamy estaba atacando con furia salvaje. Monse nodudo y se metió a la refriega.    

Los Juegos del Hambre (Primer Vasallaje)Where stories live. Discover now