¿Coincidencia?

Prólogo

Papá siempre me enseño hacer el bien, aunque nunca me explicó como hacerlo sin tener que sacrificar tanto.

—¿Quién te obligo hacer esto?— el reproche de Paul es evidente, aunque sea una simple pregunta, va más allá de ser eso. Expulsa lentamente el humo del cigarrillo. Ella camina unos pasos más hasta quedar a espaldas de él. En el fondo se sentía aterrada, conocía a su hermano y el temperamento que llegaba a tener cuando se enojaba.

—¿Qué cosa? — quería hacerse la desentendida pero eso causaba más la ira de su hermano.
Él suelta una risa cargada de tristeza y rencor.

—¿Quién te ésta obligando a casarte?— su tono de voz era duro pero el lamento en ello era evidente.

—Nadie— trata de asegurar pero uno de sus defectos era, no saber mentir. El temblor en sus cuerdas vocales la delataba.

—¡No mientas!— la poca paciencia que le quedaba se fue al carajo y explota. Voltea a verla pero su mirada se suaviza aunque su tono de voz es la misma.—¡¿Quién fue?!— avanza un paso para quedar más cerca de ella.

—Nadie Paul, yo...— buscaba desesperadamente una excusa pero su hermano fue más rápido al hablar.

—¡No Samantha, tú no amas, ni siquiera quieres a ese hombre!— su pecho subía y bajaba de la desesperación—¡Lo veo en tus ojos!—sus pupilas se dilatan y eso significaba una cosa, estaba apunto de llorar —¡FUE MAMÁ, VERDAD!— el nudo que se había formado en su garganta le impedía hablar. —¡CONTESTA MALDITA SEA !

—¡NO!— junta todas sus fuerzas y se apresura a contestar.—Yo sólo...— entonces se derrumba—Necesito hacerlo— agacha  la mirada y un sollozo se escapa de sus labios. Él la rodea con sus brazos.

—¿Por qué siempre eres tan noble?, siempre ayudando a los demás olvidándote de tu felicidad—su todo de voz se suaviza, no soporta ver a su hermana llorar y sabía que él había provocado parte de su llanto

—Don Fernando me necesita susurra lo suficiente fuerte para que él la escuchara —Todos me necesitan y yo...yo sólo debo ayudarlos—él le da pequeños golpecitos en la espalada para calmarla.

—No Samantha, primero estas tú y luego ellos— se aleja de él. Su mirada transmitían paz, esa paz que tanta falta le hacía —Debes dejar de ser tan estúpida— ella arruga la frente, ¿él acabó de llamarme estúpida?, se pregunta así misma— Así es, aunque me veas de esa manera, debes dejar de serlo— todo rastro de llanto se esfuma de ella y le da un golpe en el pecho.

—Te odio— ambos sueltan una ligera risa, la tensión de hace unos momentos había desaparecido.

Pero esto no terminaba aquí pues lo que venía a continuación era peor.

—¿Y Frank?— eso había sido un golpe muy bajo.

Valentina💀