¿Coincidencia?

Capitulo 6 (Editado)

Me senté en el piso recargando mi espalda sobre el escritorio. Eché mi cabeza hacía atrás quedando totalmente recargada. Mi mente daba vueltas, no sabía que hacer ni en que pensar.
Mis lágrimas seguían rodando por mi mejilla, lloré en silencio, de nada servía patalear, gritar o romper las cosas. Nada iba a cambiar.
Él no iba a regresar y ese mal nacido no me dejará en paz, no hasta conseguir lo que quiere.
Trato de regular mi respiración y calmarme, ya basta de llorar que no me quiero imaginar lo patética que me veo en este momento.

Me levantó del suelo, camino hacia mi silla y me hundo en ella. Observe por ¿segundos? ¿minutos? la foto de mi escritorio. Me perdí en el tiempo hasta que tocan la puerta, trató de ignorarlo, hasta que es abierta de una manera brusca.
El ser mas desagradable aparece por ella, me observa con curiosidad, yo no tenía ninguna expresión en el rostro.

—No terminamos de hablar— avanza hasta quedar cerca del escritorio.

—¿Quién te dio el derecho de entrar?— eso lo toma por sorpresa, lo pude notar por su expresión. —Largate— su ojos no parecían dar crédito a lo que decía.

—Podemos...—se acomoda el cuello de su camisa, parecía batallar en regular su tono de voz—... Llegar a un acuerdo — trata de sonreír. Pero vamos, ese gesto parece que tuviera ganas de cagar.

—No— la verdad a esta altura no me importaba nada así que ni me esmere en discutir.

—Mira, he sido muy paciente contigo... —pone ambas manos sobre el escritorio —Y yo no le ruego a nadie— teníamos un duelo de miradas.

—Que pena— me acomodo en la silla acercando mi rostro al de él —Porqué yo no seré la que se quedara en la calle— abre los ojos de golpe, yo me limito a sonreír cínicamente.

Toma su posición inicial, no dice nada, acomoda su traje y se da la vuelta saliendo de mi consultorio.
Vuelvo ha hundirme en mi silla mientras suelto un suspiro ruidoso. Paso mis manos en la cara y recargo mis codos en el escritorio.

—¡MALDITO!— un grito fue suficiente para descargar todo esto que siento. De un movimiento tiro varias cosas de mi escritorio.
Me levantó y tomo mi bolso. Ya no podía estar aquí. De un portazo cierro la puerta antes de salir

(...)
—Y esa cara— mamá al verme deja a un lado el libro que tenia en mano.

—Pues es la que siempre tengo, mamá — puse los ojos en blanco. Tire mi bolso al sillón y me tumbe en ella.

—Chistosa— estaba cruzada de piernas. Toma la taza de café que estaba a un lado de ella para darle un sorbo —Y sientate bien— volví a poner los ojos en blanco.

—Bien— alce las manos y me senté derechita.

—Ahora sí,  ¿Qué tienes?— solté un suspiro.

—No quiero casarme — me levante de golpe.—Pero tampoco soy tan maldita como para dejar a esa gente en la calle— camine de un lado a otro moviendo las manos desesperadamente.

Ella lo medito un rato, odiaba cuando se hacía la dramática, la verdad no sabía quien es peor, si ella o Jenni, seria un duelo a muerte para obtener el título de "Señorita Dramática"

—Lo único que puedes hacer es llegar a un acuerdo con ellos. Un testamento no se puede anular a no ser que haya una razón fuerte y esta no la es— me plante frente a ella con las manos en la cintura

—De verdad, mamá. ¡Me acabas de mandar al matadero! — alzó las manos.

—Shhhh— alza una mano. —Eres muy gritona — deja a un lado su cafe y se soba su sien.