Capítulo 12 (Editado)

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Daba asco en la situación que me encuentro, mi ropa toda sucia, mi cabello pareciera que tuvo un problema con el peine y mejor ni hablemos de mi rostro.

La gente iba y venía, aún era algo temprano. Algunos me observaban como si fuera un bicho raro y los entiendo.

Cuando estoy apunto de llegar, divisó el auto de Germán, suspiro, ¿Acaso no se cansa de joderme? Tengo tantas ganas de ir a la casa de Jenni, no quiero verlo ni en pintura, me cae mal.

No era tan tarde pero mis pies dolían, camine tanto que lo único que se me antoja es darme un baño y luego quedar dormida y si no despierto mejor.

Estuve debatiendo por varios minutos, hasta que opté por entrar, lo ignorare, tal vez así se vaya.

No volteo a ver el auto, solo paso de largo como si no lo hubiera visto, llego hasta mi puerta reviso rápidamente debajo del tapete y al no sentir la llave, quise ir a la casa de Jenni para matarla, de seguro olvido poner la llave en su lugar.

—¿Buscas esto?— escucho su voz mas sin embargo no quiero voltear.—Yo creo que sí— hay una pizca de diversión.

Cierro fuertemente los ojos, cuento hasta 10 solo para tranquilizarme y no querer lanzarme sobre él. Doy la vuelta y ahí están mis llaves, en sus asquerosas manos, de seguro el tiene mi bolso, no hay otra explicación para saber que así las consiguió.

—Sí— sone dura, me estaba conteniendo y vaya que sí lo estoy haciendo.— Damelas— tendí mis manos con la esperanza que me las entregara pero se me olvido que estoy tratando con Germán Hemmings.

—No, hasta que hablemos— me siento como una niña pequeña que quiere hacer su berrinche solo para que me den lo que quiero pero no lo haré.

—No tenemos nada de qué hablar— de verdad que ya no puedo seguir aquí.

Camino hacia la calle para irme a la casa de Jenni, ya no hay otra opción, simplemente ya no quiero estar un minuto más cerca de él.

Después todo pasó rápido. Germán me tomó del brazo obligándome a dar la vuelta al tenerlo de frente me carga sobre sus hombros. Al reaccionar comienzo a golpearlo en la espalda.

—¡Suéltame!— soy consciente que me lastimo más yo que él, su espalda está tan dura que los golpes parecen hacerle nada.—¡Suéltame!— camina a la puerta, con mis llaves abre la puerta y antes de ingresar habla.

—Espérame aquí, si no salgo en una hora, llama a la policía— Jorge asiente divertido. Antes de que desaparezca de mi campo de visión él me alza el pulgar, acaso está burlándose de mí.

Una vez adentro me lanza sobre mi sillón, esto parece una pelea de lucha libre. Me incorporó rápidamente y corro hacia mi habitación colocando llave para que no pudiera pasar.

—Maldita sea, Samantha, eres peor que una niña, abre esa maldita puerta—golpea la puerta.

Caminé al baño mientras alzaba las manos y burlaba a Germán. Niña pequeña mis ovarios.

—Voy derribar esta maldita puerta si no abres en este momento.— sí claro.

Me despoje de mi ropa, tome una toalla limpia y entre a la ducha. Sus gritos y golpes hacia la puerta no cesaron pero trate de ignorarlos.

Sentir el agua correr por cada parte de mi cuerpo hace que se ericen los vellos de todo mi cuerpo. Cierro los ojos, disfrutando de cada segundo dentro del agua.

Al terminar de bañar, rodeo la toalla en mi cuerpo, seco mis pies y cabello. Me cambió con unos pantalones flojos al igual que mi blusa, me puse mis sandalias de pies de dinosaurio y salí de mi habitación.

Respiro aire, me siento en las nubes pero todo se va a la mierda al ver el rostro de Germán.

—¿De verdad? — pongo mi mano en la frente —¿No tienes algo que hacer?, digo no, porque yo sí y no te quiero en mi casa— crucé de brazos.

—Quiero que estemos bien— iba a responder pero me interrumpe —No porque quiera que seamos una pareja, no te soporto, cada segundo provocas que me salga una cana, ¿puedes comportarte?  ¿acaso es mucho pedir? — quería reírme en su cara, se ve tan mal. Tenía la camisa todo hecho un lío y ni hablar de su cara.

—No— me crucé de brazos —No y no, que no entiendes que tampoco quiero esto, solo quiero que nada de esto hubiera pasado, te hubiera dejado morir, así no habría de conocerte, que mi relación no se fuera a la mierda y que Don Fernando nunca hubiera muerto pero sabes...— tome aire, sentía que mi garganta arde al pronunciar cada una de esas palabras —Nada en esta vida pasa como nosotros queremos, así que tú te conformas con una esposa malcriada y yo con un esposo insoportable— y con eso di por terminado todo. Me di la vuelta dando la espalda, sentía que iba a llorar, pero trate de respirar profundamente para tranquilizarme.

—Bien— lo mire de reojo y observe como se acomodada su saco —Mañana tendremos desayuno familiar, pasaré por ti a las 7:30 de la tarde— asiento sin voltear a verlo.—Procura estar presentable.

Apretó fuertemente los labios.

—Para así agradar ¿no?, sobre todo aquella mujer igualada quien me tomo como una cualquiera— volteo a verlo. Tiene una expresión de pocos amigos.—Porque de una vez te digo que me cae en la punta del hígado— es la verdad y las cosas se dicen como son.

—Es mi madre— abrí de golpe los ojos. Trato de disimular mi sorpresa, siempre metiendo la pata pero en parte esta bien, que sepa que no me cae bien.

—Mujer igualada, tu madre, da igual. — moví las manos restándole importancia.—Ahora si puedes irte te lo agradecere— camine a la puerta pasando a su lado. Abrí la puerta.

Estaba de espaldas, dudo mucho hasta que al final accedió. Antes de salir de mi casa habla:

—Buenas noches— una vez que salió cierro la puerta poniendo seguro.

Pego mi frente a la puerta, cada día es peor que el otro, incluso me da miedo las mañanas, porque es un nuevo día junto a más problemas.

Cierro los ojos, me siento cansada, lo único que quiero es desaparecer ya.


Y aquí concluye el maratón, mañana posiblemente suba uno o dos capítulos, los quiero.

Voten y comenten❤❤❤

Valentina💀

¿Coincidencia?Where stories live. Discover now