Capítulo 35

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No mires hacía atrás, no mires hacía atrás.

Desde que lo vi bajar dentro de ese ataúd ya nada es igual, gritaba, lloraba e imploraba porque regresara pero no lo hacía, ver a su hermano me causaba nauseas, cómo vivir sabiendo que hay alguien igual a él, como le haré cuando lo vea, posiblemente llorar.

No quiero ver a nadie, mi habitación ahora será mi fortaleza, nadie pasara de ella, solo yo y nadie más. Me sumerjo en mi tristeza, veo como los días pasan…
Cada día es igual al otro, encerrada en mi habitación, sin él, sin su amor, solo yo y esta maldita soledad que me atormenta, no puedo seguir sin él, no tengo motivos, solo espero que el tiempo me consuma y me lleve de esta vida.

Sentada es mi sillón abrazada de un cojín me pregunto ¿qué pecado he cometido? Primero mi padre, de ahí Don Fernando, luego Frank y ahora él, ¿hay algo más que me quitaran?
Suelto un suspiro, camino hacía la cocina y veo que no tengo nada, iba a optar por no comer pero si no lo hago, enfermaré. Tomo las llaves del coche de German, no había quien me llevara, además de qué estaba lloviendo fuerte. Mis manos sudan al tener las llaves.

Bajo por el elevador y al llegar a la cochera localizo su Audi, mi respiración cada vez era rápido, no había conducido, este era uno de mis temores. Apretó duro las llaves y abro la puerta, al adentrarme al coche su aroma me golpea, olvidarlo cada vez me es imposible.

Introduzco las llaves y con manos temblorosas arranco, tomo el volante, sentía que mi corazón me iba a salir por la boca, rápidamente apago el coche, recargo mi cabeza en el volante y comienzo a llorar. No podía, de verdad que no, niego varias veces, bajo del coche y prefiero pedir pizza, era eso a nada…























5 AÑOS DESPUES…

Camino por el hospital hasta llegar a mi consultorio, en ella se encontraba el amor de mi vida esperándome, le sonrió al verlo, él se acerca a mí.

―Hola, mi amor.- le doy un beso, él me abraza, amo su sonrisa, me recuerda a él, de echo es casi idéntico a Germán, a veces me duele verlo pero soy fuerte.
Estos cinco años pude salir adelante gracias a él, ahora es mi fortaleza. Quien iba a pensar que cuando llego a mí vida era para quedarse para siempre.

―Lista para ir a comer.- asiento y le doy un último beso.
Agarrados de la mano nos dirigimos a la salida, Jenny al vernos nos sonríe.

― ¿Irán sin mí?- nos mira con los ojos entrecerrados. Luego comienza a sonreír. ― Está bien, no diré nada, diviértanse.- niego varias veces, esta mujer está loca.

Al salir del hospital, nos subimos al auto, con él a mi lado soy capaz de enfrentar mis miedos, mientras conduzco lo veo de reojo, no separa su mirada del teléfono, niego varias veces, pero no digo nada.






Está noche hay una cena benéfica, no quería ir pero Izan insistió. No quería ir porque sabía que los padres de Germán estarían ahí, pero no había de otra.

―Odio este moño.- Izan entra con el moño de su esmoquin en mano, rio divertida al ver la mueca que hizo.

―Ven, te ayudo.- tomo el moño y se lo acomodo, me da un beso como agradecimiento y salimos.
En la entrada de la casa está Braulio, nuestro gorila, Izan insiste mucho en llevarlo con nosotros a cenas como estas, dice que es mejor, nunca sabremos si lo necesitaremos por cualquier cosa que pase en la cena.

Nos subimos a la limosina que rentamos, ambos íbamos platicando hasta que me llega un mensaje.

Nos vemos en la cena…besos. ―Paul
Al llegar a la cena, Braulio nos abre la puerta de la limosina, bajamos y agarrados de la mano pasamos por la alfombra, a los lados habían fotógrafos que al vernos comienzan a fotografiarnos, ya estaban acostumbrados a vernos por lo que las preguntas era acerca de la cena y no de nuestras vidas.

Al adentrarnos buscamos a mi abuela y al encontrarla vemos a Paul a su lado, nos acercamos a ellos y nos saludamos, Paul le da un abrazo a Izan y este le responde muy entusiasmado, de igual manera la abuela, ambos lo quieren mucho, desde el primer día gano sus corazones.

―Vamos a sentarnos.- asiento y caminamos a una mesa, yo con la mirada buscaba a la familia de Germán, sabía que ya me habían visto con Izan en revistas pero esta sería la primera vez en persona y no sabía cómo reaccionar.

―Están allá.- Paul me indica en la parte de enfrente, ahí estaban ellos y también Iván, mi corazón latía desesperadamente, quería salir pero eso alertaría a Izan, es muy protector y por cualquier cosa se preocupa.

Bebo un poco de champan y trato de relajarme, después de unos momentos Braulio llega a un lado de nosotros, me dispongo a poner atención al evento.
Después de unos minutos siento que alguien me observa, miro hacia la mesa de la familia de German pero no eran ellos, busco con la mirada entre la gente y un escalofrió recorre todo mi cuerpo al ver a Jorge, abro de golpe los ojos, volteo a ver a Izan, él estaba más entretenido en el evento.

Eso significaba una cosa, entonces Hernán está libre y viene por mí, mi respiración es irregular, Izan voltea a verme, se preocupa al notar que comenzaba a temblar de miedo.

― ¿Estas bien?- negué varias veces.

―Vámonos.- digo rápidamente, él asiente, tomo mi bolso, me despido de mi abuela y Paul, volteo nuevamente a ver dónde estaba Jorge pero ya no está. Nuevamente ese miedo se apodera de mí.

Braulio venía detrás de nosotros, caminaba a toda prisa hasta llegar a la salida. Sentía cada vez lejos el camino a la salida, cuando por fin llegamos, pedimos para que nos trajeran la limosina pero casi me atraganto con mi saliva al ver a Jorge bajar de nuestras limosina.

―Señora.- dice serio. Tenía miedo, mucho miedo. Luego voltea a ver a Izan y frunce el ceño.

―Ya nos vamos.- pasamos a su lado, Braulio recibe las llaves.
Primero sube Izan y cuando estaba por entrar me toma del codo.

―Ese niño… es del señor Germán.- me paralizo al escucharlo, ¡NO, NO! Él no debe saberlo, Jorge ahora es una amenaza y es la última persona que quiero que lo sepa.

―No.- digo firmemente. ― Es solo mío.- me suelto de su agarre y me subo a la limosina.

Abrazo a Izan cuando estoy a su lado.

― ¿Quién era mami?- me mira con esos hermosos ojos.

―Nadie, Izan, solo olvídalo.- le doy un beso en la cabeza y nos dirigimos a nuestra casa.





¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡PERO QUE ESTA SUCEDIENDO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Si, lo sé no se lo esperaban, sabía que me iban a matar si Izan resultara ser un muchacho guapo, alto y con cuerpo atlético, pero ¡NO! Es nuestro pequeño Hemmings, estaban más sumergidas en como la maltrataban que no se dieron cuenta del porque esos mareos y vómitos.

COMENTEN, sé que tienen miles de preguntas, contestare los que NO tenga que ver con spoilers, solo aclararé dudas hasta este capítulo.

Y se vienen muuuchaaas sorpresas…

Los quiero
Valentina💀

¿Coincidencia?Where stories live. Discover now