Capítulo 24

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Dedicado a @monsesitagreysteel

De un momento a otro Germán se puso como loco, ahora me encuentro empacando mis cosas para regresarnos a nuestro hogar. La llegada de aquel hombre puso a Germán de esta manera, está bien que dije que me quería ir de aquí pero no de esta manera, huyendo como si fuéramos una especie de ladrones que huyen de la ley pero lo peor de este caso es qué, no sé de qué estamos huyendo.

—Vengo por su maleta, señora.- Jorge se para en la entrada de mi habitación con los brazos en la espalda.

—Cuantas veces te he dicho que me digas Sam, me haces sentir muy vieja cuando me hablas de señora.- puse mis manos en forma de jarra. La verdad me hacía sentir vieja, aún tengo 26 años como para que me trate de usted.

—Solo sigo las órdenes del patrón.- rodé los ojos y decidí entregarle de mientras las dos maletas que ya tenía lista, aun me faltaba empacar esta última y un bolso pequeño. Esta es de las cosas que me hacen odiar que sea mujer, tener que usar mucha ropa.

Cuando logre meter todo en mi maleta y en mi bolso, salgo de mi habitación, me dirijo hacia la cocina, debía despedirme de Renata, ella fue muy buena conmigo desde el primer día que llegue a esta casa y es una de las cosas que voy a extrañar.

—Renata.- la llame, ella se encontraba lavando trastes.

—Señora.- se dio la vuelta para verme. Alce una ceja ante como me llamo a lo que ella se aclaró la garganta.—Sam.- sonreí al escuchar mi nombre.

—Te voy a extrañar.- me acerque a ella y la abrace, ella me correspondió.

—Y yo a ti, ojala vuelvan nuevamente aunque sea de visita.

—Así será Renata.- Germán entra a la cocina, me separe de Renata.

—¿Nos vamos?- dijo serio.
Desde ese día no quita ese tono de voz, quisiera saber quién es y el porqué de su cambio de humor solo por la presencia de esa persona pero creo que aún no era el momento.

—Sí.- asentí.
Tomó mi maleta y salió con ella, le di un último abrazo a Renata y después me dirigí al coche en donde ya estaba Germán y Jorge esperándome, Germán abrió la puerta para que pudiera entrar, agradecí y entre al igual que él.








El viaje realmente fue agotador, por lo que al llegar a “nuestra nueva casa” me dirigí a la habitación que compartiría con Germán, por un momento creí dormir sola aquí también pero al parecer me fue imposible. La casa se encontraba en una de las mejores residencias de Madrid, además de que tenía la mejor seguridad, creo que Germán está exagerando pero no le di mucha importancia.
Estaba cansada como para discutir eso, ahora decidí tumbarme en la amplia cama para dormir, mañana iría a ver a mi familia,

Camino por un amplio pasillo de hospital, aun no entiendo porque todos estos sueños siempre se llevan a cabo en un hospital, está claro que trabajo en una pero creo que ya era muchos sueños así.

—Habitación 164.- dijo una voz a mi espalda, volteo a ver pero no había nadie lo que provoco que los bellos de mi nuca se erizarán.

Sigo mi camino, me sentía aterrada, no sabía que iba a pasar, el lugar estaba totalmente desierta, no había nadie. Después de caminar llego a una puerta en donde estaba el número 164, todos mis bellos se erizaron al recordar que esa habitación había dicho alguien. Con las manos temblorosas tomo la perilla y lo giro lentamente, hace “clic” indicando que ha sido abierta.
La voy abriendo lentamente, al estar totalmente abierta veo sola una camilla y alguien recostado en ella, además de que esa persona estaba conectada a varios cables. Comencé acercarme cuando la puerta se cierra provocando que diera un brinco de susto, volteo hacia la puerta y un hombre estaba ahí.
¿Quién eres?- él comienza a reírse macabramente.

¿Coincidencia?Where stories live. Discover now