Capítulo 37

7.8K 634 86
                                    

Paul me abraza mientras sigo tirada en la entrada de la puerta, Izan, mi niño… 
―Vamos adentro, llamaremos a la policía.- me ayuda a levantarme.

Me siento en el sofá y lo veo alejarse mientras habla por teléfono, me abrazo a mí misma, tengo puesta mi vista en alguna parte de la habitación mientras que miles de lágrimas resbalan por mi mejilla, ¿Dónde estará? ¿Qué le estarán haciendo? Juro que mato con mis propias manos a Hernán si le toca un cabello a mi hijo, por él soy capaz de eso y más.

Ahora entiendo que la aparición de Jorge no significaba nada bueno, era mejor cuando él estaba desaparecido y Hernán en la cárcel.
Tocan el timbre pero no soy capaz de levantarme, veo a Paul abrir y de ahí entra mi abuela echa un mar de lágrimas junto a Tomás y Jenny. La abuela se abalanza a mis brazos y ambas comenzamos a llorar.

Mi teléfono comienza a sonar, me levanto rápidamente y descuelgo.

―Bueno.- digo con voz temblorosa. Del otro lado solo escucho la respiración de alguien pero no dicen nada. ― ¿Hernán?- pregunto con esperanzas que sea él. ―Por favor…por favor Hernán… regrésame a mi niño… sólo eso te pido.- suplicaba, no me importaba si tenía que suplicar hasta de rodillas. La llamada se cuelga y veo el teléfono.

Niego varias veces, tenía que ser una broma, no tiene derecho de estar jugando así con mis sentimientos, Tomás se acerca a mí y me abraza.

―Lo vamos a encontrar.- su voz era de motivación.

―Pero… ¿Cuándo?, yo quiero a mi niño, ahora.- no dice nada y me abraza.







La noche se asoma y aún no hay pistas de Izan, la policía no puede hacer nada si no pasan las 72 malditas horas… cada minuto que pasa es una tortura.

―Saldré.- me levanto y tomo mi bolso, necesitaba despejarme, siento que me ahogaré en este lugar, necesito salir a buscar pistas de Izan.

―Voy contigo.- Tomás se levanta del sillón pero me niego.

―No me lo tomes a mal pero…- suelto un suspiro. ―Quiero estar sola.- él asiente y no dice. Salgo de mi casa. 
Comienzo a caminar sin ninguna dirección, mi cabeza esta echa un lío, quiero gritar, llorar, incluso tirarme en el suelo y quedarme ahí, hasta que Izan llegue. A lo lejos veo la silueta, reconozca esa maldita silueta, salgo corriendo a alcanzarlo ya que comenzaba a irse.

― ¡JORGE!- grito con todas mis fuerzas pero no se detiene, solo voltea a ver pero sigue, ahora comienza a correr, ni de coña dejo que se me escape.

Saco mis tacones y aunque me gusten mucho lo tiro, me arrepentiré pero eso no importa ahora. Saco todo mi turbo que tengo y gracias a Dios lo alcanzo antes que llegue a su auto, grito antes de lanzarme encima de él haciendo que nos cayéramos, no me dolió ya que él fui quien amortiguó mi golpe.

Me subo a caballito en su espalda y tomo ambas manos de él poniéndolo atrás de su espalda dejándolo inmóvil. Veía que respiraba rápido, al parecer no soy la única anciana aquí.

―Jamás…corras…de…mí.- trataba de regular mi respiración.

―Señora.- lloriquea, alguien extrañaba mis golpes.
― ¿Dónde está mi hijo?- digo entre dientes.

―No sé.- le doblo más el brazo y se queja.

―No lo repetiré dos veces.- cuando iba hablar alguien baja del auto, primero veo que saca un pie y esos relucientes zapatos me paraliza, poco a poco comienza a salir y  se para delante de mí mientras acomoda su traje.

Alzo mi vista para verlo y mis manos comienzan a temblar haciendo que el agarre vaya perdiendo fuerza.

― ¡Señor no!… ¡entre al auto!- ruega Jorge. ―¡Todavía no es tiempo, pone en peligro a todos!- él alza una mano haciendo que Jorge se callara.

Mis ojos comienzan a cristalizarse… me levanto y me acerco a él, caigo de rodillas.

―Por favor Hernán, regrésame a mi niño…- como dije, no me importaba humillar ante él. ―Te doy lo que me pidas pero…-niego varias veces. ―Deja libre a mi niño…sólo eso te pido.

Alzo la mirada y lo veo, sus ojos estaban húmedos, este se desploma quedando a mi altura, me toma de los hombros levantándome, de un momento a otro me abraza, me tenso ante su acción, ahora no entendía nada pero aun así seguía llorando.

―Mi amor.- sentía que el aire me faltaba. Mi cuerpo tiembla, me separo agresivamente de él.

―Tú.- mi voz temblaba. ―Tú.-  me puse a reír mientras lloraba. ― ¡TÚ!- grito y niego, pongo mis manos en mi boca, esto era una broma. ― ¡QUE ALGUIEN ME DIGA QUE ESTO ES UNA MALDITA BROMA!- me tomo de la cabeza.

―Samantha yo…- trató de acercarse a mí pero me aleje.

― ¡NO…ME TOQUES!- su mirada reflejaba dolor ante mi rechazo.― ¡TU ESTAS MUERTO!- rio amargamente. ― ¡MUERTO, YO TE VI BAJAR EN ESE MALDITO ATAÚD!- me tomo de la cabeza y camino de un lado a otro.

―Samantha…escúchame.- no, no debía, él era Hernán quien quería confundirme. ―Esto lo hice por los dos.- ¿por los dos?, que clase de broma era esta. ―Hernán me tenía amenazado, ¿Cómo podía luchar con eso, mi hijo estaba en sus manos?- de que demonios habla, ¿Qué hijo? ―No sabes lo que es eso.- ahora lo veía con odio.

― ¡ACABO DE PERDER A MI HIJO…MI HIJO GERMÁN… NUESTRO…-me callo. Estaba hablando de más.

― ¿Qué dices?- sus manos temblaban, se acerca  a mí y me toma de los hombros, su tacto aun provocaba ese efecto en mí. ― ¿Qué hijo hablas?, yo solo…solo tengo uno…a mi…pequeño Lauro.- niego varias veces, ¿Él tenía otro hijo?

―Tú… ¿tienes otro hijo?- me alejo de él y le doy la espalda. ―Tienes otro hijo.- afirmo está vez y comienzo a reír mientras veo el cielo.

―Samantha, responde, ¿Qué hijo hablas?- volteo a verlo, qué más da si lo sabe.

―El que tuve que criar cuando te hacías el muertito.- esta vez no grito, ya no tenía fuerzas. ―Y que él bastardo de tu hermano me ha quitado.- lo último lo digo con rencor mientras una última lágrima cae y la limpio.―Pero eso no te importa…ve a rescatar a tu hijo que yo me encargó del MIO.- remarco la última palabra

Me agacho para tomar mi bolso, me acomodo mi cabello y me doy la vuelta decidida a irme, ya no quedaba nada más que decir aquí, mientras el quedaba en shock yo seguía mi camino, no podía perdonarle nada, me abandono, por más que tenía ganas de abalanzarme a él y besarlo me contuve. Ahora debía encontrar a mi Izan.

Siento unas manos en mi hombro y de un jalón me da la vuelta, sin dejar que reaccione me besa…


¡OOOOOOOO POOOOOOOOR DIOOOOOOOS!
No saben cómo estuve gritando mientras escribía el capítulo, aunque no lo crean también me divierto, lloro y grito.

Germán vivo, Germán tiene otro hijo, ahora que sigue, Germán en mi cama…jajaja

Sé que me quieren matar porque nuevamente las dejare con la intriga…muajajaja.

Comente!!!

¡¡¡POR CIERTO ESTAMOS EN EL TOP 28!!!
los quiero

Valentina. 💀


¿Coincidencia?Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon