Capítulo 32

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Oigo ruidos por lo que decido salir de la habitación, al verme ambos se quedan callado, al ver mas cerca a Jorge pude darme cuenta que traía un moretón en el pómulo izquierdo.

—¿Pasa algo?.- ambos me quedaban viendo hasta que Germán habla.

—No, Jorge...-volteo a verlo.—Vámonos, tengo cosas que ver en la empresa.
Éste parece no muy convencido por lo que al final asiente, antes de salir me miraba tratando de decirme algo pero al final se van, me quedo ahí, parada en medio de la sala, estas no eran horas para ir a ver cosas del trabajo, pero no digo nada, no sabía que hacer, decidí mejor irme a dormir, ya mañana sera otro día y espero que el comportamiento de Germán cambie.

A la mañana siguiente veo a Germán desayunando, me acerco para darle un beso en la mejilla pero se aleja

—Buenos días.- es lo único que dice, sentí un dolor en mi corazón ante su rechazo.

—Buenos...días.- me senté a su lado y le pedí mi desayuno a Clara, la encargada.

Trataba de hacer contacto visual con él pero simplemente no despegaba su mirada del periódico, ¿por qué ese comportamiento hacía mí?  ¿Acaso hice algo malo?. Después de unos minutos Clara me trae fruta picada con yogurt y granola.

Comencé a desayunar hasta que siento que la mirada de Germán me quema.

—¿Qué?.- dije desconcertada.

—Que asco, acaso no tienes modales, mirate, tienes toda la boca embarrada de yogurt,.- movió la cabeza.—Deberías tener un poco de vergüenza.- dejo su periódico y después se fue al cuarto.

Sentía como mi mundo se vino abajo, deje a un lado mi tenedor y me limpie con la servilleta, aparte una lágrima que iba a derramar.

Jorge entra a la casa y me queda mirando, se acerco a mí, iba a decir algo pero Germán aparece y le hace una seña a Jorge y este no tiene mas remedio que irse con él.

Me levantó y voy a bañarme, debía ir al trabajo, no tenía ánimos pero tenia que hacerlo.

—Buenos días.- entra Tomás a mi consultorio y venia con una sonrisa radiante.—¿Sucede algo?.- al ver que no le regrese la sonrisa se preocupa.

—Nada.- trate de sonreirle.—¿Pasa algo?.- él no parecía satisfecho por mi respuesta pero decide cambiar de tema.

—Quería invitarte a comer, ya son a las dos de la tarde.- al ver la hora en el reloj que colgaba en la pared lo confirmó, se me había pasado rápido el tiempo.

—Bueno.- tomo mi bolso y dejo a un lado mi bata.
Tomás abrió la puerta para que pudiera salir y él venía detrás de mí, decidimos ir a un loca cerca del hospital.

Al entrar, el olor a comida abrió mas mi apetito. Pedimos espagueti con albóndiga, mientras esperábamos nos pusimos a platicar, cada ocurrencia que decía provocaba mis carcajadas.

La comida por fin llego y nos dispusimos a comer, nos estábamos riendo que me manche de espagueti.

—Deja, yo te limpio.- negué varias veces pero Tomás me tomo con ambas manos mi rostro.—No te muevas.- solo asentí. Tomo su servilleta y me limpio, despacio y con cuidado de no lastimarme o algo.

Me quedaba mirando de una manera extraño.
—Eres hermosa.- dijo de la nada y me sonroje.

—Umm, gracias.- agache la cabeza y él me tomo de la barbilla e hizo que levantara el rostro.

—Siento por lo que haré.- antes de reaccionar me besa. Quedo inmóvil ante su acción, yo no movía la boca por que simplemente estaba desconcertada.

De un momento a otro siento que alejan a Tomás y veo cuando Germán comienza a golpearlo.

—¡No!.- grito cuando reaccionó. Me levanto de la silla rápidamente y trató de separarlos pero en el intento recibo un codazo en mi labio.

Llega Jorge y separa a Germán, yo me acerco a Tomás quien escupe un poco de sangre.

—¿Estas bien?.- él niega

—Perdón.- dice cuando ve mi labio, paso mi lengua por ella y me doy cuenta que esta sangrando también.

—Tú, vienes conmigo.- Germán me toma del codo y me levanta ya que me encontraba hincada cerca de Tomás.

—Pero...

—¡Cállate!.- dice furioso. Me saca a la fuerza del local y me sube a la fuerza al coche.—Deja de llorar.- dijo cuando escuchó mis sollozos.

Al llegar al departamento Jorge se quedo afuera y sólo Germán y yo entramos.

—Me debes una explicación.- me miraba con odio, yo no sabia que hacer o decir.—¡Habla de una maldita vez!.- retrocedo ante su grito.

—Te...desconozco.- dije llorando.—Tú.. Te odio.- me di la vuelta decidida para irme pero me toma del cabello.—¡Aahhh Sueltame!.- agarraba mi cabello ante el dolor.

—A mí ¡Jamas! Me dejas hablando solo.- me tira al piso. Me hincó para levantarme pero él se acerca y decido quedarme ahí, él se agacha quedando a mi altura.—No entiendes que tu eres mía.- pone su mano en mi barbilla, trató de apartarme pero me toma nuevamente.—Esto no pasaría si me respetaras.- me sonríe cínicamente.
Le escupo en la cara, este se limpia la cara y de un momento a otro me da una bofetada. Se levanta y sale del departamento.

Me tomo en la parte afectada y comienzo a llorar, mis sollozos se escuchan en todo el lugar. Ya no quería estar aquí, me levantó y tomo mi bolso, no tenía fuerza, sentía que todo me daba vueltas, mi vista comienza a nublarse y antes de llegar a la puerta caigo desmayada.

Al levantarme me di cuenta que me encontraba en la habitación, me siento en la cama y miro a mi alrededor, sentía un ardor en mi mejilla, la toco y lo siento un poco hinchado.

—Eso no era necesario pero no me dejaste otra opción.- volteo hacia la puerta y ahí esta él, recargado en la puerta, con los brazos cruzados, traía puesto un pantalón de dormir y el torso lo traía al descubierto.

Deje de mirarlo y perdí mi mirada en algún punto de la habitación, no quería mirarle, ya me daba miedo el Germán de ahora.

Estamos en el Top 48, gracias de verdad.

Odio al Germán de ahora ¿y ustedes?
En el próximo capítulo habrá sangre, muuucha sangre. Comenten que tal les pareció y sigan votando.

Los quiero

Valentina

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