Capítulo Trece

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CAPÍTULO TRECE

Intento por todos los medios ignorar el hecho de que Harry me ve mientras reviso las notas que he tomado anteriormente. Respiro hondo y lo veo, en respuesta él sonríe.

—Me vas a desgastar en donde me sigas viendo tan fijamente —le acuso estrechando mis ojos.

—No he conocido todavía a una persona que se haya desgastado, estoy disfrutando de la vista. ¿Sabías que cuando te concentras te sale una arruguita en el tabique de la nariz y que te muerdes el labio?

—No, no lo sabía. Ahora lo sé, gracias por informarme Harry.

—Ya te dije que soy un chico muy amable —me recuerda rascando su brazo y me es inevitable no mirar fijamente la tinta, él sigue mi mirada y amablemente se acerca a mi tendiéndome su brazo izquierdo—. Veo que te interesan.

—Son geniales —digo cohibida, notando los colores y formas—. ¿Puedo tocarlos?

—Adelante.

La base del tatuaje es sorprendente: ramas con hojas verdes y secas de lo que supuse sería un árbol, pero son las sombras que hay tras de éste lo que le da un contraste vívido, como de un cuento. Es entre vívido y misterioso, tal cual es él.

Al trazar las ramas con mi dedo me sorprendo por lo sorprendentemente suave que es su piel, el tatuaje llega a su codo, al menos las ramas, porque desde su antebrazo a su muñeca hay símbolos y frases.

—¿Qué significa? —pregunto detallando su tatuaje.

—Estas son las ramas de un árbol, el árbol está en mi costado y parte de mi espalda, ¿puedo quitarme la camisa para mostrártelo? —pregunta con una sonrisa ladeada, yo asiento en modo automático llena de curiosidad.

Oh buen Dios, ¿por qué demonios lo dejé que se quitara la camisa?

Veo todo en cámara lenta. Sus brazos subiendo, llevándose la camisa gris tras él. Ante mí queda rebelado un torso, torso con perfectas tabletas, seis en total. Mi respiración flaquea. Apenas es perceptible un camino de vello en su ombligo que se pierde en la cinturilla del pantalón.

Efectivamente en su costado se encuentra la mitad del tronco de un árbol angosto y muy real y, para mi sorpresa, no es a color. Es en tonalidades de color negro. Se ubica de costado y en una pequeña parte de su espalda esta la mitad del tronco, las ramas de sus brazos se pierden en la parte alta y ancha de su espalda. Es simplemente espectacular... los tatuajes y el hombre que los lleva.

Siento la temperatura de mi cuerpo aumentar con gran intensidad, él enarca una de sus cejas y nuevamente se voltea.

—Puedes tocar, el tatuaje no muerde y yo tampoco. Al menos no estoy pensando en morderte ahora.

Le sonrío al tiempo que estiro mi mano y toco su piel caliente y suave, estoy ansiosa de tocar cada lugar del tatuaje, pero me contengo y me tomo mi tiempo mientras siento su mirada puesta en mí. Algo acerca de la atmosfera que nos rodea es erótico.

—Entonces, ¿me dirás que significa?

—Las raíces, bueno representa lo que soy, mi esencia, es un recordatorio de que vengo de un lugar, que no debo olvidar quien fui, quien soy. El tronco es lo que me sostiene, es algo lelo, pero lo asocio con todas las personas que estuvieron desde un principio, mi familia, amigos y todas esas cosas. Y las ramas son los nuevos caminos que he ido tomando, mi crecimiento personal, las hojas buenas son las buenas decisiones y las secas aquellas que no fueron tan buenas pero me dejaron un aprendizaje.

H de Harry (BG.5 libro #1) Disponible en Librerías.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora