Capítulo Setenta y Dos

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CAPÍTULO SETENTA Y DOS

6 de septiembre, 2012.

—¡Kae apúrate! Ella se está durmiendo —grita Harry desde el baño. Termino de acostar a Dan, beso su frente y camino rápidamente a la habitación de Halle.

Tomo rápidamente su shampoo, su toalla color lila y jabón especialmente para ella, a paso apresurado camino hacia mi baño en donde Harry la tiene solo en pañal mientras ella bosteza, una bebé bastante dormilona.

—No la dejes dormir —pido mientras compruebo que el agua en su bañera de bebé, que está dentro de nuestra bañera, esté a temperatura media y adecuada para su piel.

—Bueno, pues apúrate mujer, ella está cayendo en un sueño —me informa Harry mientras rueda sus ojos—. Vamos pequeña, mantén esos ojos abiertos, que de igual forma no has comido.

—Dan tardó en dormirse, supongo que su siesta durará una hora —digo dejando las pertenencias de la bebé sobre el lavamanos—. Quítale el pañal, Harry y cuidado si se hace pis.

Harry asiente mientras yo lo observo comenzar a quitarle el pañal a un adormilada Halle, que se estira y hace un quejido. Mi niñita ya tiene un mes, un mes de vida, un mes con nosotros.

Aun cuando le advertí, Harry acaba con pis de Halle en su camisa, justo en el momento en el que él la apoyó sobre su pecho ella decidió orinar, incluso se acurrucó contra Harry. No puedo evitar reír.

Harry hace una mueca mientras besa la cabeza llena de cabello naranja y dorado de Halle, me la extiende y con una sonrisa la tomo. Beso una de las regordetas y delicadas mejillas de mi Halle antes de poco a poco introducir sus piecitos en el agua, evidentemente se queja mientras sus ojos adormilados se abren un poco.

Harry y yo le hemos agarrado el gusto al asunto de bañarla, para que ella no llore y solo se queje, hay que meterla poco a poco al agua, de manera que se acostumbra y se mantiene tranquila. Eso es justo lo que hago antes de inclinarla en el agua y tenerla acostada con su pequeña cabeza entre mi palma, con mi mano libre procedo a cubrirla de agua poco a poco, ella se queja y se remueve un poco, pero por suerte no llora.

La verdad es que Halle Kaede tiene un llanto increíblemente fuerte y agudo, y sería bastante probable que si llorase despertara a Dan de su tan merecida siesta.

—¿Quieres darle biberón después de que la bañe? —le pregunto a Harry mientras ella nos observa alternamente, solo viéndonos mientras la baño.

—¿Vamos a probar dándole fórmula hoy?

—Sí, parece un buen día para probar —es mi respuesta antes de extender mi mano hacia él—. Unta un poco de shampoo.

Harry hace lo que pido y mientras lavo el cabello de Halle, él comienza a hablarle ocasionando que la atención de ella esté sobre él, aunque no entienda nada de lo que su papi le dice, ella parece sostenida y entretenida por la voz de Harry. No es que pueda culparla, Harry tiene una voz digna de ser escuchada.

La enjabono y me encargo de dejar su pequeño cuerpo limpio, la veo tan cómoda en el agua que la mantengo ahí por un tiempo más, cuando mi dedo acaricia bajo su diminuta, bonita y sonrojada boquita, ella sonríe y es hermosa.

—Oh, que hermosa, acaba de sonreír —dice Harry con una gran sonrisa—. Parece que esa caricia le parece placentera.

Riendo, repito la acción y una vez más las comisuras de Halle se alzan en un boba sonrisa que resulta preciosa en su rostro de querubín.

—Ya sé cómo hacerla reír para las fotos —murmura Harry, tomando la toalla y enrollando a nuestra hija en ella cuando se la extiendo.

—Vístela mientras recojo esto y hago su biberón, aunque no haré mucho, secretamente mis pechos están muy llenos de leche... Olvida la formula, solo vístela y llévala a la sala, necesito que ella vacíe mis pechos. Demonios, cómo duelen.

H de Harry (BG.5 libro #1) Disponible en Librerías.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora