Capítulo Diecinueve

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CAPÍTULO DIECINUEVE

13 de Mayo, 2011.

Dan mantiene su mano entre la mía pero aun así se remueve con inquietud viendo como nos acercamos al parque frente al edificio en donde vivimos. Sonrío ante el entusiasmo de Dan, un bebé al que no le encanta precisamente jugar con otros niños, mi hijo puede resultar algo odioso, egoísta y con un carácter del demonio cuando se trata de otros niños o desconocidos, Bridget suele bromear alegando que si tengo otro bebé Dan morirá de los celos. Claro que yo no pretendo tener otro bebé, desde luego que no.

Apenas estamos en el parque, frente a un montón de infantes, Dan me observa muy fijamente con el ceño ligeramente fruncido que lo hace lucir como un pequeño hombrecito, por lo que riendo me agacho hasta estar a su altura y besar su pequeña y respingona nariz.

—Debes ser amable con los niños. Ahora dale una sonrisa a mami —beso repetidas veces su rostro aniñado haciéndolo reír como tanto me gusta.

—¡Allí! —grita, señalando al tobogán. Sonriendo lo ayudo a subir y superviso que se deslice adecuadamente por el colorido tobogán.

Cuando estoy en un parque con mi hijo, yo soy una especie de madre halcón asegurando que su pequeño por ninguna razón se haga daño. Es por ello que cuando un rubio niño, de al menos dos años más que Harry Daniel, muerde a mi bebé en el brazo, yo casi mato a su madre.

Por supuesto que el niño no tiene la culpa de que su madre no le dé una buena educación. Dan llora de una manera alarmante, sus ojos se mantienen fuertemente cerrados derramando gruesas y abundantes lágrimas, su pequeña boca abierta y su rostro totalmente carmesí mientras grita y llora. Ciertamente no creo que él esté exagerando, la marca de los pequeños dientes del niño rubio se ven claramente en su brazo y alrededor de ésta se encuentra una mancha roja. Beso el lugar y Dan hipa mientras solloza.

—Ya, ven. Compremos un helado —digo intentando calmarlo y calmar mi ira mientras veo a la madre irresponsable sentada en una banca.

—No quelo —grita Dan llorando, extendiendo su brazo herido.

Abrazo a mi niño intentando calmarlo hasta finalmente tomarlo en brazos y dirigirme nuevamente al departamento, consciente de que definitivamente Dan no querrá jugar más en el parque y desde luego yo no dejaré de ninguna forma que niño rubio y mamá irresponsable se acerquen a mi bebé de nuevo.

Finalmente después de llorar por otro rato más, untar pomada en su brazo y darle un tetero, Dan se queda dormido en mi cama en donde luce como todo un ángel, aun cuando sus pestañas permanecen húmedas. El teléfono del departamento suena e inmediatamente me dirijo a la sala antes de que el sonido despierte a Harry Daniel.

—¿Hola? —es lo que digo un tanto agotada tras tratar con la mordedura del brazo de mi hijo. ¿Para qué mentir? Estoy cabreada y eso se nota desde lejos en mi voz.

—¿Mal momento para llamar?

—¿Ahora también tienes el número de mi hogar? Eso podría considerarse acoso, Harry Jefferson.

—Podría... pero no lo es —es lo que dice su voz a través del teléfono, haciéndome negar con la cabeza y luchar contra una sonrisa porque aun quiero estar cabreada por el brazo herido de mi bebé—. Entonces, ¿es un mal momento?

—No —suspiro—. Es sólo que un niño con una madre sin neuronas mordió a mi bebé, como realmente un mordisco. Estoy segura de que le duele como el infierno, le dejó una marca.

—Mierda —murmura Harry, quiero reír porque él realmente suena consternado—. ¿Cómo es que el pequeño Harry no está llorando?

—Lo estaba, lo estuvo durante casi dos horas, pero creo que se cansó y ahora está durmiendo, lo cual es algo bueno, su llanto estaba estrujando mi corazón. Es decir, yo estaba ahí, solo me volteé como por dos minutos y lo último que supe es que Dan estaba privado en un llanto alarmante. Creo que envejecí diez años del susto.

H de Harry (BG.5 libro #1) Disponible en Librerías.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora