Capítulo Treinta y Cinco

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CAPÍTULO TREINTA Y CINCO

5 de julio, 2011.

No puedo evitar que Harry Daniel no corra hacia papá en el momento en que éste abre la puerta. Es por ello que, negando con mi cabeza, saco algunos de los complementos necesarios para llevar a cabo la fiesta de cumpleaños de mi hijo mañana en el jardín trasero de la casa de mis padres.

—Se acepta ayuda —grito mientras una chupetera, bolsas y mi cartera están sobre mí.

Papá ríe, entra a la casa e inmediatamente Keith hace su aparición con una gran sonrisa, tomando las bolsas de mis manos. Puesto que ahora tengo su ayuda, saco las bolsas restantes de la maletera.

—Esta va a ser la fiesta del año según lo que veo —se burla mi hermano, riendo por lo bajo.

—Idiota, algunas de estas cosas las compró Harry. Y aún faltan. Estos son puros aperitivos, dulces y comida.

—Madre mía, nos engordarás a todos.

No puedo evitar reír. Quizá exageré un poco, pero es el primer cumpleaños que realmente celebraremos de mi bebé. Es su tercer añito y quiero que ahora que él entiende disfrute de su fiesta de Ben10.

Apenas entro en la casa puedo escuchar el acento exquisito de Bolton siendo pronunciado en palabras rápidas. Inmediatamente sé que se trata del abuelo.

—¿Ese es el niño? ¿Y cuando se supone que él creció? En mis tiempos los niños eran como garrapatas... —dice en palabras rápidas y con su acento de Bolton la voz del abuelo desde algún lugar de la sala de estar.

—¿Cuándo llegó el abuelo? —pregunto con emoción, porque es inevitable no amar al abuelo, un hombre que despotrica, es directo y sincero. Creo que de ese modo será Harry Daniel cuando tenga los setentas al igual que el abuelo Luca.

—Llegó esta mañana, y él solo ha estado quejándose por horas acerca de cómo en el avión todo era un desastre, como en sus tiempos todo era diferente, incluso la abuela quiere asfixiarlo —es la respuesta que Keith me da, tomando un caramelo de una de las bolsas; golpeo su mano—. Kaethennis, no seas agresiva.

—Deja de comerte los dulces —le advierto, caminando hacia la sala de estar y sonriendo ante la imagen del abuelo observando fijamente a Dan, quien a su vez lo observa del mismo modo.

La abuela ríe. Estoy tan feliz de verlos aquí.

Amo a mis abuelos y tengo la suerte de que ellos me amen a mí, inclusive el abuelo. El abuelo solo ama a su familia, al resto de la humanidad la detesta.

La abuela Kim en cuanto me ve estira sus brazos y rápidamente me dirijo hacia ella, envolviéndola en un fuerte abrazo. No los veo con la misma regularidad con la que Keith lo hace, se me dificultad trasladarme a Bolton y ellos viajan pocas veces a Liverpool, pero las pocas oportunidades que tengo las disfruto.

Son los padres de papá. La abuela es dulce y consentidora, y el abuelo Luca es todo lo contrario, él podría acabar con la paciencia de cualquiera o, en todo caso, su autoestima. Creo que el abuelo Luca en su momento fue un chico malo, un fumador de hierba como lo llama Keith para molestarlo.

—Pero qué hermosa esta mi Kae —murmura la abuela con un acento más suave pero claramente de Bolton, de donde ellos son originalmente, de donde era papá antes de venir a la universidad y enamorarse locamente de Kancy Blair.

—Bobadas abuela Kim, tú estás fabulosa —le indico antes de apretujar en un abrazo a un refunfuñón abuelo Luca.

—Déjame respirar niña —me pide dándome palmaditas en el hombro, pero sé que está sonriendo—. Mi hermosa niña tan deslumbrante como siempre. Estoy viendo que tu retoño está creciendo y que es un petulante jovencito que me mira cómo se mira a la mierda.

H de Harry (BG.5 libro #1) Disponible en Librerías.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora