Luck (Luke Hemmings fanfic)

Nochebuena II

Estábamos desnudos bajo la sábana con la respiración aun agitada, uno al lado del otro mirándonos a los ojos. Había sido genial, perfecto; pero extraño. Casi no lo habíamos pensado. Quizá no fuese lo correcto, ya que sólo nos conocíamos de hace una semana. Pero surgió, y eso no nos lo puede quitar nadie.

-¿Sabes que solo nos conocemos de hace una semana? - Le pregunté por cortar el silencio que teníamos.
-¿Ya te estas arrepintiendo?

Negué con la cabeza.

-Me refiero a que han pasado muchas cosas esta semana.

Sonrió triunfante.

-Muchas.- Se acercó a darme un beso.
-¿De qué te ries?
-De ti.
-¿Por qué? -Me reí yo también.
-No lo sé.

Los dos soltamos una carcajada. Parecíamos dos estúpidos, colorados y vergonzosos. Luke se estiró para coger los boxers y después se levantó y tomó la guitarra otra vez. Lo miré confusa mientras me sentaba en la cama y me ponía mi ropa interior. Él se sentó detrás de mi, pegando su pecho a mi espalda, puso la guitarra frente a mi y colocó mis manos en unas cuerdas.

-¿Qué haces?
- Enseñarte a afinar la guitarra.

Me enseñó un par de cosas que no entendí muy bien, ya que estaba nerviosa y con el corazón acelerado por el contacto de su piel en mi espalda y el movimiento de su barbilla mientras hablaba.

-¿Tienes frío?-Me preguntó.
-No, ¿por qué?
-Tienes la piel de gallina.

Sonreí y giré la cabeza para darle un beso y quedarme apoyada en su cuello, que todavía olía a perfume del bueno, del que sólo se pone en ocasiones epeciales. Entonces empezó a tocar la guitarra, todavía conmigo entre ellos dos. Estaba tocando "wherever you are" y yo la entoné un poco, cerrando los ojos para relajarme aun más.

-Te la sabes. - Me dijo riendo.

Asentí sin abrir los ojos, con mi nuca en su hombro. Pero no dejó de tocar, era como si le resultara fácil aunque estuviese yo en medio.

-Luke, ¿A qué hora te tienes que ir?
-Le he dicho a mi madre que iba a una fiesta de nochebuena y que iba a dormir con Michael.
-Y Michael?
-¿No lo sabes? Está con Ingrid.
-¿Y eso?
-No lo sé, sólo me dijo eso.

No le di importancia. Ya me lo contaría Ingrid cuando estuviese preparada. Fui al baño y cuando volví Luke estaba tirado en la cama con la botella de vodka en la mano. Estiró el brazo para dármela y bebí de nuevo.

-¿Pretendes emborracharme, rubio?

El negó poniéndose las manos en el cuello. Yo me tumbé a su lado.

-¿Sabes qué, morena?
-¿Qué?
-Son las cinco de la mañana.
-Joder. Qué rápido se pasa el tiempo. Oye, Luke, ¿te puedo hacer una pregunta?
-Claro, dime.
-¿Con cuantas chicas te has acostado?

Se rió.

-con dos. ¿Por qué?
-¿Solo con dos? Creía que serían más.
-Pues no, sólo una mas. -se sonrojó.
-ah, que yo soy la segunda.
-Sí.
-Creía que eran dos y yo.
-Eso son tres. ¿Y tú?
-Con tres.
-¿conmigo o sin mi?
-Qué lío. Contigo. Dos más que tú.

Pausamos y me acosté en su pecho. Nos tapamos con las sábanas.

-te quedas a dormir, no?
-si tu me dejas, sí.

Asentí y apagué la luz, me abracé a la cintura de Luke y éste enredaba sus dedos en mi pelo. Paró.

-¿Te molesta que te toque el pelo?
-Me encanta.
-¿Me acaricias?
-Eres como un gatito.- Reí.
-Angel.
-¿Qué?
-Y esos dos chicos, ¿eran tus novios?
-Uno sí, el otro no. El primero fue mi novio durante un año, hace dos años, yo tenía dieciseis. El otro... Bueno...-Me tensé. No sabía si contarle que fue Dan o no, pero preferí no hacerlo, por ahora.- sólo fue una noche, pero no suelo hacer esas cosas. Nunca.

Me besó la frente.

-¿Y tú, Luke? ¿Sólo te has acostado con Aleisha?
-Sí.
-Y ella, ¿Perdió la virginidad contigo?
-Sí. No quiero hablar del tema, An. ¿Te importa?
-No, claro, no pasa nada. Pero, ¿me puedes responder una última cosa?
-Lo que quieras.
-¿Sigues pensando en ella?
-No, Angel, lo pasé hace ya bastante tiempo. Ahora quiero empezar algo nuevo.
-Pero ella fue muy importante para tí.
-Muchísimo. Soy un poco obseso cuando me enamoro. -pausó- acabo de parecer un psicópata. No soy un obseso, obseso, no sé si me entiendes, me refiero a que...

Solté una carcajada.

-Vale, vale. Venga, duérmete antes de que llame al FBI.

Se rió y nos besamos en los labios, para después dormirnos. Aunque tardamos bastante en hacerlo. Llovía, y se escuchaban las gotas y el viento en la ventana, pero no tenía frío. Y allí, en el suelo, teníamos a nuestra silenciosa amiga, cómplice de todo lo que había pasado. Mi gutarra. Mi guitarra por fin afinada.

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Gracias por leer, votar, comentar y todo lo que haceis, no sabeis lo que motiva eso. Este cap ha sido un poco moñas y corto, pero necesitaba una transición. Nos leemos en unos dias :* xx