Luck (Luke Hemmings fanfic)

Pingüinos y despensas

Narra Angel.

Al final, había pasado una de las mejores noches de mi vida. Bajé a desayunar dejando atrás a Luke, que estaba terminando de vestirse. Me puse una sudarera suya, que me quedaba enorme y aproveché para usarla como vestido con unas mayas y unas botas de pelo, total, para estar por casa...

Bajé y estaba Michael en el sofá jugando a la nintendo. Yo me asomé para ver a qué jugaba por detrás de su hombro.

-¿Es el Pokemon X?

-Qué susto. Sí...

-¿Ya te has pasado la liga?

-Hace ya tiempo. Ahora me dedico a capturar legendarios. ¿Sabes jugar?

-No juego desde la cuarta generación.

-¿Cuál es tu inicial favorito?

-Piplup. -Se rió. - ¿Por qué te ries?

-Nada,Piplup es un pingüino. Ya me entiendes...

-Ni siquiera lo había pensado.

Entonces llegó Luke bajando las escalera. Es cierto, parece que tengo una obsesión con los pingüinos.

-Buenos días, Mikey. -Dijo él.

-Hola Luke, me encanta esta chica, que lo sepas.

Sonreí y le revolví un poco el pelo.

-¿y eso? -Dijo Luke, cogiendo un bol para prepararse unos cereales. -A mí también.

-Porque sé jugar a Pokemon.

Puso cara de "ah, claro"

-Pero al FIFA no sabe jugar. -Prosiguió Luke.

-No, me temo que a eso no.

El siguiente en llegar fue Dan y pude ver como Luke, aunque me lo negara, lo fulminó con la mirada, como me hizo a mi la noche anterior. Apretaba la mandíbula y tensaba algunos músculos de la cara. Dan no tuvo otra ocurrencia que venir hacia mi y darme un beso en la mejilla. No lo culpo, es lo que hacíamos todos los días. Pude observar que Michael, tampoco es que lo mirase muy bien. Parecía que no era muy bien recibido, ya que con el único que en realidad se llevaba bien era con Calum. Y eso me dio un poco de pena. Realmente quería hablar con él, que me contase lo que había pasado con Ingrid, lo que pensaba de Ash con su hermana, todas esas conversaciones que teníamos antes, habían desaparecido.

-Angel, ¿has visto a mi hermana?

-No, supongo que seguirá dormida.

Asintió y se fue hacia la puerta de la calle.

-¿Donde vas? -le dije desde el sofá.

-A fumarme un cigarro. -Salió y dio un portazo.

Me quedé un poco alucinada con su comportamiento, pero bueno, ya hablaría con él.

-Angel...-era la voz de Holly que asomaba desde el pasillo.

-Voy.

Dejé a Luke y a Mike en el sofá jugando tranquilos (como si fuesen niños de 6 años) y fui con mi amiga.

-Dime, Hol.

Me dijo que me callara con los dedos y nos metimos en una especie de armario-despensa.

-¿Por qué me metes aquí? -le dije.

-Para que no nos vea Ashton.-me contestó susurrando. -tía... -bufó- lo hemos hecho...

Sonreí.

-¿Y qué tal?

-un completo desastre. Fue horrible. No se ni lo que hice en realidad. Uff... Me quiero morir.

-Exagerada, las primeras veces son así.

-En serio, no podía ni moverme.

Reí. Mi amiga tan tímida, dramática y exagerada como siempre.

-Pues normal, Hol, si Ash lo tiene todo igual de proporcionado que las manos, los dedos y los pies... Normal que no pudieras moverte.

Me pegó en el hombro llamándome asquerosa y tornando sus mejillas a un color rojizo. Insisto en que estábamos metidas en una despensa para tener esta conversación.

-¿Entonces, no te gustó?

-Sí. Nosé. Fue extraño, pero bonito. Pero quería pedirte consejo para saber como mirarlo ahora a la cara porque me muero de vergüenza.

-Mirándolo, como siempre, normal. No hagas una montaña de un grano de arena.

Respiró hondo.

-¿Vosotros qué tal?

-Holly, Luke me ha dicho que me quiere.

Saltamos cogidas de la mano cual colegialas nerviosas. Vuelvo a insistir, estábamos en una despensa.

-¿Y tú qué le has dicho?

-Le contesté despues, pero le dije que también. Y no sé, estamos genial ahora mismo.

-No quiero cortar el rollo pero, ¿y la discusión?

-bah, no fue nada. Aunque acaba de fusilar a tu hermano, que por cierto está fumando.

Ashton abrió la puerta.

-¿Qué hacéis en una despensa?

-Na-Nada. -Dijo Holly sonrojada de nuevo.

-Buenos días- le dije yo riéndome y guiñándole un ojo. A lo que él me respondió con una risilla pícara. Ambos sabíamos de lo que estábamos hablando sin ni siquiera pronunciar una palabra.

Decidí que sobraba y me fui con Luke al sofá. Me agarró entre sus brazos y me pegó a su cuerpo.

-Prométeme una cosa. -Me dijo.

-Dime.

-Cuando ganemos dinero, vente a vivir conmigo a una casa así. Los dos solos.

Me reí y lo abracé.

-No llevamos ni un mes juntos.

-Me da igual.

-Tienes diecisiete años, agonía.

-Casi dieciocho. -reímos juntos.

-Te lo prometo si me prometes tu a mi otra cosa.

-Lo que quieras.

-Que no te vas a poner celoso de Dan. Porque tengo que hablar con él. Es importante.

Bufó

-No te puedo prometer que no me ponga celoso.

-Por favor... -le di un beso en la mejilla. -y... Te dejo elegir el color de nuestra habitación en la futura casa.

-Mmm... Vale, y quiero una xbox y un televisor de plasma.

-Hecho.

-Hecho.

Nos estrechamos la mano y después nos besamos. Ojalá esos momentos fuesen eternos. Por entonces todo iba tan bien... Luke era todo lo que siempre quise. Lo que quiero. Y lo que siempre querré.