Capitulo VII

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El tiempo transcurrió entre citas a escondidas y besos entre Félix y Nicole, jamás pensaron que pasaría así seis meses entre verse a escondidas.

Cada día él decía que la quería mas y más y ella no entendía como ella se había llegado a enamorar de él, como el amor podía hacer tan felices a las personas, cómo en su corta vida podría llegar a pasar por sensaciones tan hermosas, encontrarse pensando cada día más, él le hablaba de una vida juntos, de una vida donde se veían con una casa juntos, hijos, pero el destino que siempre juega un papel importante en la vida de las personas, tendría para ellos dos algo completamente diferente a lo que soñaron, a lo que nunca imaginaron.

Un día estaban los dos tomados de las manos viéndose a los ojos y prometiéndose amor eterno, pero cuando Nicole llegó a su casa su mamá la recibió con ojos de tristeza y cuando le preguntó que le sucedía sólo señaló a su padre que estaba hecha una furia, no entendía su enojo. 

Cuando su padre empezó a hablar entendió el enojo. Él se había enterado de su relación con Félix y no estaba de acuerdo. Ninguna hija mía será el juguete de Félix... no señor!!!

-No lo voy a permitir...

Pero papá ... dijo Nicole -Me ama-.

El padre de Nicole no pudo creer lo que ella estaba diciendo. Nicole que siempre fue obediente, callada y muy leal, hoy le daba a entender que no quería dejar a Félix.

Félix se había labrado una reputación... y esa reputación se estaba convirtiendo ahora en un problema.

El papa de Nicole se enojó tanto que no quiso escuchar a su hija, sus razones. Sabía que las intensiones de Félix no eran buenas, no quería ver a su hija sufrir, no en las garras de alguien como él. 

Le prohibió salir a su hija, le recluyó en su cuarto. No podría salir sin alguien que la acompañara y su padre empezó a pensar que hacer para alejar a su hija de ese peligro del que siempre la quiso proteger. Su madre quiso convencerla, la quiso persuadir de cambiar de opinión para que le levantaran el castigo, no quería ver a su hija enclaustrada como un delincuente. No lo consiguió, se encontró con una Nicole convencida de pelear por el amor de su vida, así lo llamaba ella, quería convencerse de que Félix había cambiado, de que era una persona diferente. quería creerlo.

Su mamá preocupada por lo que había escuchado, se fue a su cuarto donde estaba su esposo esperando el veredicto. Cuando ella entró, confirmó lo que se temía, el pensó que era sólo un capricho, pero no era así. 

Se preguntaba en qué momento había pasado eso, empezó a analizar y se dio cuenta donde estaba el problema. Su problema y su descuido tenía todo el nombre de Adriana, esa amiguita de ella que no le acababa de gustar a don Juan y allí estaba la respuesta. Ordenó no dejar entrar a Adriana para que no convenciera a Nicole de salir con ese patán.

No lo permitiría, don Juan no permitiría que su hija se dejara convencer de Félix, sabía lo que hacía, sabía que las hijas de sus amigos habían sufrido por él, siempre era lo mismo, conseguía su atención, las dejaba que se enamoraran y luego cuando se cansaba, las abandonaba. No quería eso para su hija.

Los amigos de don Juan, algunas veces habían contratado a personas para dar de golpes a Félix para que pagara por lo que le había hecho a sus hijas, él lo sabía, no quería llegar hasta eso, quería que el problema parara en ese momento y él se iba a encargar de eso. No quería que su hija estuviera en la boca de la gente, que en ese entonces era algo muy importante para él, pero tampoco quería que sufriera por algo que él podía evitar.

Las instrucciones fueron claras, no dejar salir a Nicole y menos con Adriana. La mejor amiga de Nicole se sintió triste porque con lo que había hecho, había perdido a su mejor amiga, pero lo había hecho como un favor a ella pero ahora no podría entrar a la casa de don Juan.

Félix por otra parte se sintió triste al ver que Nicole había faltado a su cita, ella nunca faltaba, se preguntó que había pasado y decidió esperar, el tiempo se le hizo eterno sentado en la banca del parque donde siempre la esperaba, veía pasar a tanta gente, quería pensar que se le había hecho tarde y que aparecería, pero ella nunca apareció, esperó y esperó, pero ella nunca llegó.

Se preocupó y pensó en que le había pasado algo, que había enfermado o algo y decidió ir a la casa de Adriana para saber.

Cuando llegó tocó la puerta y agradeció a Dios por que Adriana fue la que atendió la puerta. Adriana se sorprendió al verlo y recordó que día era, sabía que tenía una cita con Nicole. Lo había olvidado, entre la tristeza de haber perdido a su amiga, se olvidó del pobre de Félix.

Adriana le contó con lujo de detalles lo que había pasado la última vez que se habían visto. Que ella no había podido hablar con Nicole, pero que su hermana se lo había dicho. Ella le describió el enojo de don Juan, que también ella había sido afectada porque no podría ver a su mejor amiga durante mucho tiempo. Pero que don Juan había dicho que no quería ver a Félix cerca de su casa.




Vidas difíciles Where stories live. Discover now