Capitulo X

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Cuando llegó se sintió tan triste porque sabía que su papá había puesto distancia entre ella y Félix para poder separarlos. No sabía cual era la magnitud del amor que él le tenía. No quería ponerlo a prueba tampoco pero comprendía que Félix nunca se enteraría a dónde iría. No le había dicho a nadie, no sabía como decírselo. Ni siquiera había podido despedirse de él y que supiera cuanto lo amaba.

Félix por su parte no sabía nada, hasta que encontró a Adriana por la plaza. Ella le contó las ultimas novedades. Le contó cómo don Juan había mandado a la pobre Nicole lejos (no sabía a dónde).

Don Juan sabía perfectamente que Adriana era quien llevaba los mensajes a su hija. En su mente de padre protector no quería que ella se enterara a dónde había mandado a Nicole. Cómo el padre de Adriana y don Juan eran amigos, le comentó todo el problema que entre Félix y Nicole había sucedido. Él sabía de la fama de Félix, se molestó porque su hija tampoco le había comentado esa situación. Se suponía que Nicole y ella eran amigas, pero él nunca supo por parte de su hija esa noticia.

Cuando don Juan se marchó, llamó a su hija. Adriana llegó a donde estaba su padre. Él le preguntó acerca de su información acerca de la relación entre Félix y Nicole. Ella sabiendo que tenía un padre comprensivo, con quien podía hablar acerca de cualquier cosa empezó a darle toda la información. Él se sorprendió acerca de todo lo que su hija sabía hasta el momento en que fue desterrada de la casa de Nicole.

Su padre se quedó pensativo, analizando toda la información que su hija le había dado y le preguntó por qué había callado todo esto. Ella le dijo que veía en Félix sinceridad, que se veía que amaba a Nicole. Su padre sonrió y le dijo que Félix tenía una mala reputación, que siempre lastimaba a las personas que estaban alrededor de él, que conocía a Nicole desde que era pequeña, que sabía que ella y Nicole eran amigas desde hacía mucho tiempo, que la felicidad de Nicole, la había segado también porque no creía que fuera capaz de ver las verdaderas intenciones que tenía Félix.

Así que le dijo que fuera discreta con la información que él le iba a dar porque aunque no estaba de acuerdo con lo que Don Juan estaba haciendo, no era quien para poder decirle que hacer o que no hacer con su hija. Le comentó que don Juan había mandado lejos a Nicole y que no le iba a decir a dónde.

Adriana cuando vio a Félix en la plaza no podía reconocerlo, parecía espectro, parecía que hacía muchos días no dormía, con ojeras, sin ganas de vivir. Adriana se sorprendió mucho, nunca lo había visto así. Él siempre vestía bien (era lógico porque siempre quería conquistar) con camisas bien planchadas, pantalones hechos a la medida siempre bien lustrado, pero éste Félix no era parecido en nada.

Le suplicó a Adriana le contara a donde había ido, ella se apiadó de él al sentir que si no sabía nada de Nicole iba a morir, lo vio con lástima sabía que era sincero, que no podía verlo así. Y le soltó todo. Le dijo que no sabía nada acerca del paradero de ella. El se volvió loco pensando en tantos lugares donde buscar, no sabía donde empezar. Pero Adriana, sería su salvación, le dijo que don Juan tenía un hermano que vivía en la capital, que Nicole alguna vez le había mencionado que la habían mandado allá en vacaciones pero sabía perfectamente que para allá sería el único lugar que ella conocía, podría estar. El único inconveniente sería buscar la dirección, cómo le haría para encontrarla. Pero ésto ya era una luz para él, porque si podría encontrarla, la convencería de irse lejos con él, de encontrar un lugar dónde no los conocieran para poder empezar una vida juntos, sin presión de padres, sin presión de la fama de mujeriego que él tenía que pesaba demasiado y dolía aún más.

Julio y Félix se propusieron un plan, sabían que el primo de Nicole Germán era un borracho, sabían con que lo chantajearían para poder saber más información. Julio sabía que lugar frecuentaba Germán, así que llevó a Félix hasta allá. Germán no tardó en llegar. Vio a Félix junto a Julio y sabía que ellos no eran personas que visitaban esos lugares de mala muerte y se preguntó que era lo que buscaban en ese lugar. Lo que no sabía era que lo buscaban a él. Lo vieron y se abalanzaron a él. Él se sorprendió y echó a correr, pero con la resaca que cargaba, no avanzó mucho cuando ellos lo alcanzaron. Pensó que pelear querían, pero ellos sabían que si querían la información, les iba a costar, así que Félix había ya comprado el soborno en ese asqueroso lugar. Una gran botella de agua ardiente y se la mostró a Germán y él no pudo resistir, no tenía suficiente dinero y siempre pedía a crédito sus bebidas y era una gran oportunidad de tener una buena botella gratis, lo que no sabía es a qué precio. 

Entonces Félix soltó sin más rodeos. Sabes la dirección de tu tío, el que vive en la capital? 

- Germán se echó a reír cómo un loco.

-Y por eso me persiguen

-Se vieron incrédulos-

-Si me consiguen otra botella como esas y pagan mis boletos yo mismo los llevó.

Quedaron que el próximo sábado irían, ya que Germán tenía que trabajar y no podía otro día. La espera lo estaba matando, no dormía, comía poco, pensaba mucho, su mamá preocupada lo observaba y sabía que algo extraño le pasaba a su hijo, sus hijas le habían comentado algo sobre la hija de don Juan pero ella no le dio importancia.

Y llegó sábado y los dos amigos y su guía alcohólico partieron en la búsqueda de su amor...



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