Capitulo XXI

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Félix sintió que el mundo había terminado. Se encerró en su cuarto como no lo había hecho. Su mamá se preocupó. Félix no comía, lloraba, dormía, estaba destrozado. 

Habló con su esposo y él, se preocupó porque nunca había actuado de esa manera. Sabía que Nicole era su amor.... Pero ahora cómo lo iban a resolver.

De todas maneras pensó el papá... Nadie se muere de amor.

Lo dejaron para que se calmara.

Cuando salió de su cuarto, nadie imagino lo que verían, Félix estaba tan demacrado que su mamá lloro tanto por verlo de esa manera. 

Ya estaba más tranquilo, más parecía un ser extraño, que aquel chico feliz y alegre que siempre había sido.

Habrá que esperar haber que sucede. -Dijo su papá-.

Pero las cosas no mejoraron, algo en la vida de Félix había muerto. Vivía!!!  claro... respiraba, hablaba si le hablaban... pero su interior estaba muerto. Nadie habría imaginado que esto sucedería.  

Por otro lado Nicole no dejó que la vida terminara allí. Se obligó a realizar cosas que nunca había realizado para poder dejar de pensar en Félix. Las noches eran las mas duras, no había en qué ocupar su mente. Leyó libros, tantos que había perdido la cuenta, aprendió a cocinar, aprendió a tejer, hizo muchas cosas, cuidó niños, aprendió a realizar tantas tareas para amortiguar el dolor que sentía en el corazón. No ayudaba en mucho, pero al menos no pensaba mucho en Félix.

Félix se había convertido en su tarea. La tarea de olvidar cada uno de los besos que le había dado, borrar las caricias que le había hecho. Félix era la tarea. Dejar de pensar en él con dolor. Analizó y pensó que tal vez era lo mejor.

Mientras tanto Luisa traía cartas de amor de José para Nicole. 

-No quiero saber nada de nadie-. Le decía ella.

Pero José no se dio por vencido y escribía y escribía... aunque Nicole ni siquiera las leyera. Llenó una caja de cartas dirigidas a ella... de José.

Había pasado un año del rompimiento de Nicole y Félix.

Nicole pensó que en cuanto Félix se sintiera libre, correría a buscar a alguien. Julio, su mejor amigo, todavía le decía que Félix no era el mismo. Que no tenía novia y que seguía preguntando por ella. Que respetaba su decisión de no verlo... pero que guardaba la ilusión de que Nicole no pudiera vivir sin él, que volvería a él.

Ella no quería saber nada de él. Se había empeñado en cerrar su corazón.

Luisa no se cansaba de traer cartas. Pero Nicole ni siquiera las recibía, Luisa solo había decidido ponerlas encima de su mesa. Ella agarraba las cartas y las ponía en una caja. Ya eran muchas... se dijo. 

Pero no sería hoy que las leyera. Hoy... recordaba hace un año fue el día que rompió con Félix en el parque. Y era para ella un día memorable porque ese día pensó que no podría vivir sin él.

Precisamente hoy... se dio cuenta que de amor nadie se muere. Pensó que moriría, el dolor era grande, inmenso. Pero se miraba y se daba cuenta que ahora pensaba en él como un buen recuerdo, sin dolor, sin rencor y le deseaba lo mejor, sinceramente deseaba que fuera feliz.

No pensaba en con odio. Sentía un gran cariño por él, ya que le había enseñado a amar de verdad hasta que dolía. Pero lo más importante lo había perdonado. Lo había perdonado por todo lo hermoso que fue su relación.

-Sentía que todavía había algo que despertaba cuando lo veía. Trataba de evitar mirarlo para que lo que sentía por él, se quedara dormido donde ella lo había dejado. Tal vez no había muerto ese sentimiento. Tal vez solo lo había aprendido a controlar. No quería verlo porque creía que si lo miraba todo aquello volvería... las ganas de abrazarlo, besarle, las ganas de preguntarle:  ¿Que fue de su vida? Las ganas que él le dijera que todavía la extrañaba y quería estar con ella otra vez. Pero había costado demasiado estar allí, sin dolor, sin lágrimas. Sabía que si le permitía a Félix entrar de nuevo a su vida... en algún momento más sufriría.

Félix por su parte pasó dos meses mal, sin comer... bajó demasiado de peso, luego mejor regresó a trabajar con don Jorge, para poner distancia entre él y Nicole, porque quería en todo momento salir corriendo para ir a buscarla. Pero las veces que fue, Nicole ni siquiera lo quiso recibir, dijo que no la volviera a buscar y por mucho amor que sintiera, quiso respetar lo que ella quería y no la iba a obligar.

Trabajó, duro, hizo memoria de la fecha, la tenía bien presente, sentía todavía el dolor de ver partir a Nicole en aquel parque, pero el dolor todavía era muy reciente. Lo sentía y dolía todavía.

Ese día era viernes y decidió visitar a su familia. Ya estaba mejor. 

Pero si se encontraba con Nicole, que haría, que diría.

Habían pocas posibilidades de verla. Tenía probabilidades de verla de uno a diez.

No buscaría la forma de verla... para respetar lo que ella le había dicho. Pero si no podía evitarlo que más daba. Recordaba cada una de las cosas de ella y guardaba la única foto que ella le había dado. Ella por su parte no guardaba nada de él. No quería recordarlo.

Cada uno vivía su tristeza de diferente manera.

Cada ser humano está destinado a encaminar sus emociones de diferentes maneras. Pero ellos había aprendido a vivir el uno sin el otro, como pensaron que nunca lo harían. Pero así es el mundo, realizamos promesas que nunca cumpliremos.

Regreso el sábado, su mamá lo vio mejor, pero había cierto semblante en el rostro de su hijo que le decía que desde ese día Félix no era el mismo.

Llegó, saludó y dijo que iría con Julio.

Cuando llegó con Julio, Julio sabía que quería. 

Julio rió y le dijo: -No sé por qué sigues teniendo esperanza-.

La perderé cuando tu me asegures que ella tiene novio... le dijo.

Bueno eso no puedo decirlo. Siempre la veo sola. La he cuidado como me lo has dicho. No creo que no se haya dado cuenta que soy su sombra. Pero no la he visto con nadie.

Félix rió y agradeció lo que su amigo haya hecho lo que él le había pedido. Pero le dijo que era suficiente. Ya no la seguiría más. Era tiempo de dejarla que siguiera su vida. Aunque él muriera por dentro.

Julio pensó que era lo mejor y que era momento de dejarla en libertad.

Ya pasó un año.

Félix iba a camino a su casa cuando vio la criatura más linda que ha visto su mente... Nicole.

Cuando Nicole lo vio... su corazón volvió a latir, como hace mucho tiempo no lo había hecho. Y sabía perfectamente que esos sentimientos despertaron. Su mente viajo a mil por hora hacia ese tiempo en el cual era feliz con la persona que caminaba en frente de ella.

Cerró los ojos para ver si era real o era producto de su imaginación... Félix rió y esperó si era correspondido.

Cuando Nicole rió sabía que era correspondido.

El se acercó y esperaba que ella lo rechazara pero no... no lo hizo.

-Hola.. dijo él.

Ese -hola- iba cargado de tantas expresiones ocultas que tenía dentro del corazón.

Ella solo sonrió.




Vidas difíciles Where stories live. Discover now