Capitulo XVIII

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La vida empezaba a sonreír a a Nicole y a Félix, cuando terminaron de hablar con don Juan, estaban muy felices, nunca pensaron que esta situación iba a cambiar. Ellos mismos nunca pensaron que el papá de Nicole iba a ceder. Ahora ya no tendría que robarse a Nicole, ahora ya podían soñar con el futuro. Félix empezó a pensar cómo proponer matrimonio a Nicole, tendría que ser algo especial, algo muy lindo. Pensaba en invertir sus ahorros que hizo trabajando con don Jorge para comprar un anillo, aunque sencillo si muy bonito para Nicole.

Se despidió de su amada y agradeció a su padre el haber cambiado su opinión hacia él. Preguntó si podría regresar a ver a Nicole a su casa y el papá, cómo todo buen padre dijo que sí, pero le dio una serie de reglas que tendría que acatar. Aunque le diera cien, él las respetaría, con el objetivo de no decepcionar a don Juan y que le siguiera permitiendo visitar a Nicole. Ella estaba que no cabía de felicidad. Parecía un sueño, podría ver a Félix una vez por semana y sin tenerse que esconder. Poder verlo era magnífico.

Félix se retiró y luego se fue a su casa a descansar y a pensar en lo que había pasado durante el día y estaba feliz.

Mientras tanto Luisa entró a la habitación de Nicole al verla ya más tranquila y le contó las novedades que había mientras ella no estuvo. Le confesó que había conseguido trabajo en la Farmacia del Pueblo, donde trabajaban dos chicos muy bien parecidos.

Luisa le contó que uno de ellos se llamaba César y el otro José. Me gusta mucho César... dijo Luisa a Nicole. Es del pueblo vecino pero me gusta mucho. No conozco a su familia ni sé cómo es, pero realmente Nicole... me gusta mucho y creo que yo a él. La otra semana vendrán a cenar por mi cumpleaños. Papá accedió que vinieran. César y yo todavía no somos novios pero, mamá dijo que podría invitarlos para que los conocieran.

Tengo que invitar a los dos para que papá no sospeche de mi amor por César. No sé tal vez podremos llegar a ser más que amigos, pero tendré que esperar a saber si él siente lo mismo por mí, que lo que siento yo por él. Ahora José es nuestro amigo, por eso lo invite, es un chico como de tu edad, pero muy bien parecido. Nicole la miró fijamente y le dijo que le había costado mucho llegar hasta donde había llegado su relación con Félix para estropearla viendo a otro chico y Luisa rió. No puede ser Nicole... yo sólo lo decía. Las dos rieron. 

El día del cumpleaños de Luisa, doña María se esmeró en preparar sus mejores guisos, también Félix fue invitado a la fiesta, pero algo empañó su felicidad. Notó que habían dos chicos en la casa de Nicole. Este era un problema que Nicole nunca había notado en Félix, notó como su cara de felicidad que antes iluminaba su ambiente ahora estaba seria. Cuando terminaron de comer fueron a la sala y sin que nadie lo notara Nicole le preguntó por qué estaba tan serio.

Sin darle tantas vueltas al asunto le dijo: 

-Me molesta la manera en que José te mira.

-¿Qué dices? dijo ella

-Ella estaba tan embelesada en él, que no se percató. Era la primera vez que veía a José y no había caído en cuenta de eso. Pero si. José la veía cada cinco minutos. Ella lo tomó de la mano y le dijo. Podrán verme muchos pero es a ti a quien amo. Hemos pasado tantas cosas que pensar en alguien más sería imposible. Es ilógico que crear que podría fijarme en alguien más que tu amor. Ni siquiera lo pienses.

-No dudo de tu amor, pero preferiría tenerlo lejos. Que se cree.

-Nicole rió de los celos que un chico que ni conocían provocaban en Félix.

La velada terminó y todos se despidieron, Luisa despidió a sus dos amigos y Nicole se despidió de Félix. 

Al día siguiente cuando Luisa regresó del trabajo venía feliz. César se le había declarado, le había dicho que sentía amor por ella y si quería ser su novia. Luisa había accedido y estaba feliz. 

César había dicho a Luisa que no quería que ella tuviera problemas con don Juan por culpa de él, así que ese día llegaría a presentarse como el novio de ella. Luisa habló con don Juan para ponerlo al tanto, así que cenaron temprano y esperaron la visita de César.

Cuando él llego, llegó vestido con sus mejores galas, se acercó a don Juan y conversó con él sobre sus intenciones hacia Luisa.  A don Juan le pareció un buen muchacho y le pareció que hablaba con sinceridad, así que accedió a su petición, no sin antes darle también las reglas de buen comportamiento en su hogar. César accedió feliz de cumplirlas, porque amaba a Luisa.

Cuando Luisa y Nicole se quedaron solas, Luisa le contó cómo se había declarado César con lujo de detalles, estaba tan emocionada y se le veía tan feliz, Nicole escuchó todo lo que su hermana tenía que decir. 

Pero había un problema. Luisa le confesó a Nicole que José le había dicho que se había enamorado perdidamente de Nicole. Que fue amor a primera vista. Nicole se sobresaltó y le dijo. Pero tú le dijiste que yo tengo novio verdad!!!!

Claro.. le dijo, pero no quería que tu no supieras los sentimientos que habías despertado en él. Me hizo prometer que te lo diría. 

Nicole le comentó a Luisa de los celos de Félix. Luisa entonces dijo que Félix no estaba muy lejos de la realidad, que entonces si había notado lo que José sentía por su novia. Nicole hizo prometer a Luisa que nunca hablaría del amor que José le había confesado, porque no quería tener problemas con Félix por José. Ella no tenía ojos para nadie más que no fuera su amado Félix, él se había convertido en el principio, en el centro y fin de su vida. Había comenzado una nueva cuando lo conoció, no podía imaginar que algo así se podía sentir, imaginaba que caminaba en las nubes, que podía tocar el cielo, escuchaba el cantar de los pájaros de una manera diferente. Pensaba que si la gente podría sentir lo que ella sentía podía ser muy diferente el mundo. Porque lo que ella sentía la hacía tan feliz y cuando eres feliz, irradias felicidad y te hace tratar de una manera diferente a las personas, de una manera más amable. 

Ahora que su padre ya les había permitido ser novios, pues su felicidad era tal, que cantaba y se le veía feliz. Su papá y su mamá vieron el cambio y don Juan no se arrepentía de la decisión que había tomado. Sólo le preocupaba que los padres de Félix habían aplazado dos veces la reunión que tenían prevista para hablar de la relación de sus hijos. Eso si le preocupaba. Pero esperaría una tercera vez para poder tomar cartas en el asunto.

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GRACIAS POR LAS LECTURAS. AGRADEZCO MUCHO POR TOMARSE EL TIEMPO PARA MI PRIMER LIBRO. GRACIAS Y VOTEN... PLEASE.


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