💞PinkyPoo problemas solucionados

25.5K 3.3K 974
                                    

•Especial 14.02 y 15.02•

Trilogía la vida no es siempre color rosa III

Luego de eso, no había sido una buena tarde. Ni una buena semana.

La casa que todos conocían por estar llena de risas, de sonrisas, caricias amistosas y tal vez más que amistosas, besos clandestinos, gritos agudos y juegos bobos se había derrumbado cual flor bajo la suela de un zapato y ni JiMin, ni YoonGi sabían qué hacer.

Los demás chicos habían ido un par de veces al departamento durante la semana, y el ambiente denso los había sorprendido demasiado.

Nadie se imaginaba algo lo suficientemente impactante como para causar ese tipo de pesadez tan palpable. YoonGi y JiMin no discutían nunca, enserio, nunca, y las pocas veces que lo hacían no era por más que pequeñeces como "PinkyPoo Hyung no me dio mimitos" o "Por culpa de JiMinnie no terminé mi trabajo escolar", pequeñísimas cosas que se arreglaban con abrazos, sonrisas, y a veces un par de besos cómplices, o miradas llenas de vergüenza entremezclada con picardía por recuerdos de un momento mucho más íntimo.

Pero eso no era lo más extraño de la situación, según ellos. Lo más raro de todo, era que JiMin y YoonGi seguían siendo de la misma manera entre ellos. El menor seguía sentándose sobre o entre las piernas del pelinegro con confianza, y el mayor seguía reaccionando de la misma manera que siempre, acariciando de manera instantánea el esponjoso cabello rubio del menor, sin embargo, no se dirigían una sola palabra, y sus miradas estaban tan apagadas que parecían muertos en vida.

YoonGi soltó un suspiro cansado sacando el hervidor de su soporte cuando la luz roja indicó que el agua estaba lista. Sirvió su taza de café casi hasta que esta se rebalsó, y cuando estuvo a dos segundos de proceder a poner agua también en la taza de JiMin, esa taza rosada con pintitas blancas y en el borde, unos pequeños detalles verdes que simulaban una frutilla, que se detuvo, recordando que, desde hace una semana, JiMin había dejado de usar esa taza, y a su vez, había dejado de tomar leche de frutilla, para ahora, en vez de eso, tomar leche blanca con media cucharada de café, en una taza marrón que tenía escuetamente escrito "Coffe"

Su corazón se apretó bruscamente cuando dejó el hervidor de lado sobre el mesón y tomó entre sus manos la taza con una mueca de melancolía. Las cosas habían cambiado ese día, partiendo con pequeñas cosas como, ya no más beso ni canción antes de dormir, hasta no más golosinas rosadas y ropas color pastel. YoonGi admitía que para cualquier persona, eso no significaría nada, JiMin simplemente podría estar un poco triste, se le pasaría dentro de pronto. Pero no era así, demonios, eran exactamente esos pequeños detalles, tan característicos de su bebé que habían dejado de ocurrir en tan pequeño lapso de tiempo, los que le indicaban que las cosas estaban yendo en picada hacia el piso, y YoonGi se sentía ahogado cada vez que se daba cuenta de un pequeño cambio en la rutina que amaba, puesto que se veía así mismo con los brazos atados, sin saber qué hacer para sanar las heridas que él creyó, había logrado curar hace años.

Sí, la inseguridad de PinkyPoo Hyung era una perra, y hacía acto de presencia en los momentos más cruciales.

—Esto... —Las palabras se atoraban en su garganta intentando salir todas a trompicones— Esto no está bien, por dios.

Cerró los ojos con fuerza y aferró sus manos al borde de la mesa marrón como si el mundo le diera vueltas por un segundo, como si se contuviera de no hacer una locura. Giró sobre sus talones, dejando las tazas en la misma posición de antes cuando salió de la cocina en dirección a las escaleras. Subió de dos en dos los escalones de manera, que rechinaron bajo su peso y entró a la habitación con una seguridad que simplemente, no sentía. JiMin lo miró expectante, sentado en la cama como un indio, frunciendo el ceño cuando vio las evidentes lágrimas de YoonGi.

PinkyPoo ❀ YM (Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora