18.-Reencuentro

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Andrea estaba preparándose para salir, tenía un vestido rojo pegado a su cuerpo, el cabello suelto y unas zapatillas negras que hacían juego, se sentó frente al buró, viéndose al espejo mientras escuchaba la televisión, pero el nombre de su mamá la hizo voltearse y detener su corazón.

###: Y hoy, nos han informado que la prestigiosa hacendada Cayetana Belmonte, ha sufrido un atentado en su propia casa nada más y nada menos que por su esposo Leonardo Montalvo, pegándole un tiro en el vientre, escapando inmediatamente del lugar, fuentes cercanas aseguran que no tiene muchas posibilidades de sobrevivir.

Andrea: No, mi mamá no.-dijo con lágrimas en los ojos.

Su pecho se contrajo y sus lágrimas comenzaron a caer, se acercó a la televisión para ver solamente como pasaban imágenes de su madre siendo transportada de la hacienda a una ambulancia, metiéndola, se veía mal, y pálida.

Tocaron la puerta una, dos, hasta tres veces pero ella no reaccionaba, así que aquella se abrió dejando ver a Antonio, con un traje gris oscuro y unos zapatos negros, se veía muy guapo, pero su sonrisa que traía en el rostro se desvaneció al ver la cara de Andrea y cerró la puerta, frunciendo el ceño.

Antonio: ¿Qué es lo que pasa Andrea?-pregunto angustiado.

Andrea: Mi mamá.-respondió ella con un hilo de vos.-Mi mamá fue agredida por Leonardo, ahora ella se encuentra mal.

Antonio: ¿Qué?

Andrea: ¡Como lo oyes! Lo siento, pero me tengo que regresar, no quiero que a ella le pase algo sin que me vea primero, no quiero estar lejos de ella en este momento.

Antonio: Te entiendo, no te preocupes.-dijo y sujeto su rostro.-Yo te voy a acompañar para que no estes sola en estos momentos si.

Andrea: Gracias, este mi mamá es la única familia que tengo aparte de ustedes y de mi hijo, y si algo le pasa yo me muero.

Antonio: No, no te vas a morir, y menos ella, tranquila, preparo todo y viajamos para ver a tu mamá-dijo sonriendo y la beso en los labios, se separó de ella y abrió la puerta para salir.

Al ver la puerta cerrada Andrea se dejó caer sobre el sola comenzando a llorar, no comprendía porque tantas desgracias juntas le caían en un cerrar y abrir de ojos, cuando ella creía que todo iba marchando de maravilla, cuando ella creía que podría salir adelante por fin y de una vez por todas, salía esto y se le complicaba la vida de nuevo.

Andrea: No es posible que todo esto me pase a mí, y tampoco es justo, hasta cuando tengo que aguantar todo esto, hasta cuándo.

Se levantó de la cama y comenzó a guardar todas sus cosas, era un hecho que ese mismo día se regresaba de nuevo para Houston. Y nada ni nadie iban a impedir que regresara o que viera a su mamá.

Samuel estaba terminando de cambiar a su hijo, después de bañarlo, una de las empleadas se ofreció a hacerlo pero él quería hacerlo, y nadie se lo impidió, lo sujeto con ternura, le paso agua por todo su cuerpo y también jaboncito, le limpio su cuerpo con precaución y de la manera más tierna posible y después enjuago su cuerpo sacándolo de la tina para llevarlo a la cama.

Sonrió cuando el niño comenzó a balbucear y comenzó a ponerle su ropita.

Samuel: Bueno, ya este lindo pequeñín.-dijo con satisfacción tomándolo entre sus manos.-Ahora solo falta que te de tu biberón y te duermas como el angelito que eres.

Se sentó en la cama y comenzó a darle su biberón, teniéndolo entre sus brazos, le susurraba al oído del bebé cuando lo quería, y cuando llego a querer a su mamá, aunque Samuel seguía queriendo a Andrea, pero sabía que ella ya no a él, y como si le había hecho tanto daño.

Samuel: ¿También estoy preocupado por abuelita sabes? Cuando llegue al hospital me dijeron que se encontraba mal, y aunque ninguna de las balas toco órganos de importancia, si se desangro, pero mañana temprano voy, eso si, tú te tienes que quedar con una persona que te cuide porque ¿Qué crees? En el hospital no dejan entrar a bebes.

Samuel: ¿Es increíble pero sabes? Cada día te amo más, y es increíble porque creo que ya te amo mucho, pero enserio que con cada sonrisa, cada pañalito, cada baño y cada lágrima siento que te amo más y más.

Damiancito: ¡Ah bha bha!-comenzó a decir mientras miraba a Samuel y sonrió al ver a su hijo queriendo hablar con él.

Samuel: No te preocupes que se que tu también me quieres.-dijo comenzando a reír y abrazo al bebé estrechándolo con ternura entre sus brazos.

Samuel: Vamos a dormirnos.

Comenzó a arrullar a Damián hasta que él comenzó a cerrar sus ojitos y cayo rendido, Samuel también estaba muy cansado, pero primero tenía que hablar con una de las empleadas para ponerse de acuerdo y dejarle el cargo de cuidar a su hijo en lo que él venía de nuevo a la casa para estar con él, también tenia que ver lo de una niñera, ya que por el momento podía atender el trabajo desde su computador, pero si se le presentaba algo importante tenía que ir.

Sirvienta: Si señor, para mí no representa un cargo, su hijo me da mucha ternura y es un niño muy lindo.-dijo sonriendo.

Samuel: ¿De verdad? Bueno, entonces te lo encargo, te prometo que solo serán unas horas, y no te preocupes por tus oficios que no tienes que hacerlos después y por supuesto te pagare una comisión más.

Sirvienta: No tiene que pagarme más, yo lo hago con mucho gusto.

Samuel: Aun así no es tu obligación, así que no tienes por qué hacerlo y te pagare aunque no quieras.-dijo y ambos sonrieron.-Buenas noches Catalina.

Sirvienta: Buenas noches señor, y lo siento por lo de la señora Cayetana, ya me entere.-dijo con tristeza y Samuel asintió, saliendo de ahí, para subir a su habitación y acostarse.


Andrea estaba llegando al hospital en donde se encontraba su mamá, tenía una preocupación enorme clavada en el pecho, la cual no la dejaba respirar bien, quería estar con ella, abrazarla y decirle cuanto la amaba.

Cuando llego a control, pregunto por ella y la enfermera le dijo que ya estaba estable por el momento, eso la calmo definitivamente, ya que ella se esperaba una respuesta mucho peor, y se tranquilizó inmediatamente.

Se abrazó a Antonio y ambos subieron al cuarto, en el pasillo en donde se encontraba su mamá, esperando a que el doctor confirmara.

Antonio: Vez, te dije que todo estaría bien y que tu mamá se iba a recuperar. No por nada tú eres fuerte, seguro lo sacaste de ella.-dijo sonriendo y se acercó a besarla de nuevo.

Andrea: Gracias por estar conmigo Antonio, te quiero, te quiero mucho.-dijo y lo abrazo ahora siendo ella la que le dio un beso.

Samuel: Andrea.

Ella se quedo pasmada al escuchar esa voz, que parecía que en años no escuchaba, entro por sus oídos y abrió los ojos de la impresión, había pensado en eso, en volver a verlo a su regreso pero no ahí y menos cuando se trataba de su madre la que estaba en el hospital.

Sintió claramente como su corazón se aceleró, cada centímetro de su cuerpo reacciono muy diferente a lo que ella tenía pensado reaccionar al tenerlo cerca y verlo otra vez, era como si comenzara a sentir taquicardia y sus piernas, sus piernas eran como si de pronto no tuvieran un sostén, se volteo muy lentamente conteniendo las lágrimas y entonces sí, los dos se miraron directamente a los ojos.

La Cima Del CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora