capitulo 26

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Andrea no despegaba la mirada del camino, a pesar de que Samuel la veía la mayor parte del tiempo ella parecía o se comportaba como si el no estuviera ahí, se comportaba de una manera muy tranquila y normal. Aunque en realidad se sentía nerviosa de que él estuviera ahí, y mirándola de esa forma tan intensa, movía sus dedos sobre el volante cada que se detenían en un alto, y después volteaba a ver al retrovisor para asegurarse que todo iba bien.

Deseaba llegar, estaba ansiosa por hacerlo, dejarlo en su casa e irse, no quería hablar con él por lo menos en ese momento, aún estaba delicado y si tenían una conversación no sabría que decir o por dónde empezar, aún tenía todo un lio en su cabeza.

Andrea vio la entrada de la casa de Samuel, y se estaciono cerca de ella, bajando poco después y salió hacia él abriendo la puerta y tendiéndole la mano.

Andrea: Ven, te ayudo a bajar.

Samuel: Gracias.-dijo sonriendo y haciendo muecas de dolor mientras salía del auto, se tomó la parte baja del abdomen y evito respirar, tenso su cuerpo al salir, para que fuera menos doloroso.

Andrea: ¿Aun te duele mucho?-pregunto al ver su sufrimiento y el mordió ligeramente su labio.

Samuel: Solo cuando me muevo.-dijo y Andrea rodo los ojos dibujando una pequeña sonrisa.-No me mires así.-sonrió al verla sonriendo y se apoyó en su hombro para mantener mejor el equilibrio.-Antes me dolía aunque no me moviera, el dolor y ardor me mataba.

Andrea: ¿Quién te disparo?-pregunto tomándolo por la cintura, y sus dedos mostraron sutileza y delicado tacto al estar enrollados en su camisa para sujetarlo bien.

Samuel: No tiene caso.-paso su brazo por el cuello de Andrea posándola en su hombro y ambos quedaron pegados, Samuel sonrió al tenerla cerca y ella bajo la mirada.

Andrea: Me gustaría saberlo.

Samuel: Fue Leonardo.-dijo y ella alzo la mirada sorprendida.-Lo vi y no me pude contener, comenzamos a pelear, él me debía muchas, y te aseguro que si no hubiera llevado esa pistola, fuera otro el que terminara en el hospital.

Andrea: Te arriesgaste demasiado.

Samuel: ¿Tu crees?-pregunto ocultando un mecho de pelo detrás de la oreja y Andrea suspiro molesta al sentir cosquillas en su cuello ante el tacto.

Andrea: Vamos, tienes que descansar.

Ambos caminaron a la sala, Samuel se tenía que sujetar de ella cada que daban un paso, y llegaron al cuarto para que ella lo recostara en la cama. Andrea suspiro cuando lo dejo caer con delicadeza, y se enderezo, sobándose el hombro.

Samuel: Perdón si abuse de mi fuerza, este si necesitaba algo de apoyo.

Andrea: Descuida, comprare un bastón.-dijo y el sonrió.-Bueno, descansa y ya que no puedes ir a la casa, yo te traeré a Damiancito para que lo veas.

Samuel: Gracias Andrea, moriría si no lo veo durante estos días.

Andrea: ¿Quieres que te ayude con algo más antes de que me vaya?

Samuel: No gracias, creo que ya abuse mucho de ti, y de tu tiempo, no quiero que mi hijo se quede solo por mucho, ya me las arreglare y si necesito ayuda llamare a cualquiera de las empleadas.-dijo y Andrea lo miro asintiendo.

Andrea: ¿Y, y cómo le piensas hacer para desvestirte cuando te vayas a dormir?-pregunto llevando sus manos a la cintura.

Samuel: Ya me las arreglare, yo solo.-dijo y ella asintió rascándose la frente.

Andrea: Bueno, entonces me voy, mañana traigo a Damián para que este un rato contigo.

Samuel: Antes de que te vayas.-dijo y ella se volteo para mirarlo.-Podemos hablar, creo que tenemos un asunto sin aclarar, yo tengo muchas cosas que decirte.

La Cima Del CieloWhere stories live. Discover now