Capitulo 21

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Había pasado ya una semana en la que Samuel no dejaba de insistir por una u otra forma a Andrea, quería hablar con ella, quería contarle cosas, hablar con ella de todo lo que había pasado pero ella no cedía, cada que él iba a ver a su hijo ella se iba, salía de la habitación y los dejaba a solas, cada que él se acercaba ella lo ignoraba y le decía que si no tenía ya otra razón para estar aquí que se marchara.

El trataba de ser fuerte pero cada que llegaba a su casa y se encontraba sola, se derrumbaba, comenzando a llorar desconsoladamente hasta que le vencía el sueño, no quería tomar, hacia grandes esfuerzos por no hacerlo, sabía que no lo llevaría a nada bueno, que solo iba a disfrazar su dolor por un momento así que trataba de evitarlo pero el dolor era muy fuerte.

Samuel: Aquí el ultimo avión y...listo!-grito con alegría dándole una última cucharada de comida al bebé y este rió manoteando con sus manitas.

Samuel escucho como alguien subía las escaleras y estaba seguro que era, Andrea así que se enderezo y espero tal a que ella entrara.

Tal y como se imaginó, Andrea entro por la habitación y sonrió al ver a su hijo riendo, lo saludo con la mano y dedicándole una amplia sonrisa y después miro a Samuel un poco más seria.

Andrea: Ya prepare su baño.

Samuel: Bueno campeón, papi se va, te prometo que mañana regreso a verte de nuevo. Hoy no puedo ya que tengo una junta muy importante pero tan pronto me desocupe mañana vuelvo a verte.-dijo tomando la manita del bebé y el la apretó con fuerza como si no quisiera que se fuera, mirándolo mientras balbuceaba.

Samuel: Ya me voy, mañana vengo a verlo otro rato más.-dijo mirándola con tristeza por toda la semana en la que no había más de su parte que su indiferencia.

Andrea: Esta bien, pero mañana en la mañana voy a salir, así que te aconsejo que vengas en la tarde-noche ya que a esa hora es en donde es más probable que estaremos. Igual si quieres podrás llevártelo para que pase la noche contigo.

Bajaron al primer piso y estando cerca de la puerta Samuel entonces se atrevió a preguntarle.

Samuel: ¿A dónde vas?-pregunto curioso mientras se acercaba a ella y cuando estuvo lo suficientemente cerca, ella se apartó de él, jugando con la cadena que tenía en el cuello.

Andrea: Voy a salir con Antonio.-dijo y Samuel no pudo evitar sentir que los celos atravesaban su cuerpo, como cada que la veía con él o ella lo metía en sus conversaciones.

Samuel: Si vas a salir con él no veo porque llevaras a mi hijo. Puedo venir temprano, así ustedes salen más a gusto.

Andrea: Mi hijo no representa un estorbo para mí, y mucho menos para Antonio, de hecho fue él el que me pidió que saliéramos los tres.

Samuel: Entiendo que ese...sujeto este contigo pero no veo porque tenga que estar con mi hijo como si fuera de él.

Andrea: Ah, ahora Damián si es tu hijo. Pero cuando te dije que yo estaba embarazada, entonces si te hiciste el desentendido, de hecho ni cuando estaba en peligro quisiste apoyarme, lo negaste Samuel ¿Recuerdas?-le pregunto con odio y un terrible rencor en sus palabras.

Samuel: Deja de relacionar el presente con lo que fue el pasado.-dijo tratando de no perder la paciencia.

Andrea: Claro, como te conviene ahora si quieres que deje atrás el pasado verdad? Como resulta que ya no soy la asesina de tu hermana, ni de mi padre ahora si quieres dedicarte solo a ver por tu presente.-dijo alzando un poco la voz, y suspiro abriendo la puerta.-Mejor retírate Samuel, dentro de poco llegara Antonio, y ya estuviste con el niño, no tienes nada que hacer aquí.-abrio la puerta pero Samuel la cerro repentinamente apoyándose sobre ella y acorralando a Andrea, mientras ella lo miraba con sorpresa.

Samuel: Cometí muchos errores, por eso te pido que no cometas tú los mismos.-dijo mirándola a los ojos mientras le hablaba, lo más dulce y tierno que podía.-Andrea fui un estúpido, un imbécil, más que eso, fui un patán miserable, te quite a tu hijo, permití que te metieran injustamente a prisión, te llame asesina, maldije mil veces mi amor por ti e intente arrancarte de mi corazón de todas las formas posibles, hice que humillaras como si de verdad fueras culpable, que te escondieras a pesar de que no tenías porque.

Andrea: Basta, no más.-dijo con voz entrecortada incapaz de mirarlo a los ojos, el solo hecho de escucharlo y recordar esos momentos la hería profundamente. Pero él no se detuvo, le alzo la barbilla y ella no se lo impidió mirándolo con lágrimas en los ojos.

Samuel: Es normal que me odies, te entiendo, y lo acepto, porque yo también me odio, y cuando me miro al espejo lo único que deseo es matarme por todo el daño que te hice, después pienso que la muerte sería un premio y lo que tenga que pagar lo pagare aquí, y desecho la idea, se que no me puedo ir de aquí, sin sufrir el daño que te hice, pero cuando recuerdo todo ese mundo de alegrías, satisfacciones y felicidad que te prometí es como si estuviera muriendo lentamente, como si ya estuviera en la agonía, es como si una daga atravesara mi cuerpo cortando cada parte, porque al contrario de lo que te prometí, te brinde un mundo llego de dolor y amargura, Andrea, no sabes cómo me duele verte y no ver en ti la linda sonrisa llena de amor que tenías cada que me mirabas, pero lo que me mata, lo que me hace sentir diario todos los días de mi vida como un reverendo imbécil es saber que la has borrado por mi culpa.

Andrea: ¡Vete!.-grito comenzando a llorar y comenzó a empujarlo.-¡¡Vete!! Lárgate, no quiero escucharte, no quiero que me vuelvas a dirigir la palabra, no te quiero escuchar más, no te quiero ver, ¡¡Veteee!!-grito abriendo la puerta de la casa y lo saco a empujones, sin que Samuel pusiera resistencia, cerró la puerta con fuerza.

Samuel: ¡Te amo! Sé que mis palabras para ti no tienen sentido, posiblemente ni siquiera te importen ya! Pero si tu aun sigues sintiendo un poco de amor por mí, si yo no logre terminar con todo lo que había en tu corazón, no te engañes Andrea, porque es muy triste estar enamorado de una persona y estar con otra.-grito pero ella ya no contesto más, Samuel suspiro sintiendo que las lágrimas caían de sus ojos y golpeo la pared con fuerza haciéndose daño en la mano.

Andrea también esteba deshecha, las palabras de Samuel le habían llegado en lo más profundo de su alma, ella no sabía lo que sentía, pero escucharlo decir eso, le provoco un terrible dolor, recordar que pudo haber tenido un hermoso matrimonio como el que el le había prometido y no fue así por culpa del destino la destrozaba.

Lloro con un dolor tan profundo en su pecho que casi no la dejaba respirar y la hacía sollozar repetidas veces, se recargo sobre la puerta llorando desconsoladamente.

Andrea: Porque no confiaste en mi.-decía mientras lloraba fuerte y sollozaba a la vez.-Porque no creiste, porque no me apoyaste cuando más te necesitaba ¿¡Porque!?-grito desesperada, cayendo de rodillas.-¡Te odio Samuel! Te odio! Te odio! ¡¡Te odioo!!


La Cima Del CieloWhere stories live. Discover now