Capítulo 26

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— ¡ÈSTOS ENEMIGOS DE ALLAH MATARON A NUESTROS PADRES!— mi corazón se salta un latido porque Melek lo está alterando y parece que va a darle al botón. 

<<Espera... ¿Dijo NUESTROS padres?>>

Los recuerdos golpean mi cabeza y ahora todo encaja. La vez en la que lloró cuando escuchó a Ibrahim dando su testimonio, cuando vomitó de la angustia, que seguramente sintió recordando a sus padres morir. Su apellido que concuerda con el de Ibrahim...

<< No vas a destruir lo que creamos juntos>> Las palabras del flechitas 

<< Crecí en este lugar>> Las palabras de Melek << Soy Estadounidense>> 

Melek era la hija de Yosur y Barakat, y al mismo tiempo hermana de Mohammed

— Nuestros padres los mató Stephen Craig. Un islamófobo racista.—Sus lágrimas inundan su cara

— ¡Ellos son como él!

— ¡NO! ¡¿Acaso no ves a la gente que hay aquí aún quiere cumplir sus metas?!— mira a una mujer— ¡¿Quieres hacer de los hijos de esta mujer unos monstruos y asesinos sedientos de venganza como tú?! — se queda unos segundos en silencio, mientras a Mohammed le caían lágrimas sin cesar de sus ojos. Da un paso hacia él— He estado con Stephen Craig en California

<<¿Estuvo con el que supuestamente mató a los padres de Mohammed, es decir, sus padres? ¡Wow, sí que había cosas que no sabía de ella!>>

El chico se tensa y mi corazón vuelve a latir

— ¿Qué hacías tú con él?— su voz parece calmada

— Soy su psicóloga, y te aseguro que no lo está pasando muy bien— da otro paso hacia él— Nuestros padres ahora están en al-janna. Ahora tú tienes que obrar bien para ir con ellos. 

— Nunca los conocí, siempre quise conocerlos. Siempre quise tener a una madre que me despierte por las mañanas, un padre que me ayude en los deberes. 

— Yo también los quise tener. Lo peor es que yo los ví morir— coje su bolso y saca de él un algo pequeño. Cuando se lo enseña veo que es la bala que había en su bolso— No sabes cómo lloré cuando el doctor me dijo que habían conseguido sacar de tu pequeño cuerpecito este trozo de metal

Se acerca a él y lo abraza con fuerza. Lloran el uno en el hombro del otro, mientras los policías intentan acercarse. Yo me levanto y, sigilosamente voy sacando a la gente de la sala. De repente Melek comienza a alejarse de su hermano poco a poco. Está de espaldas a mi.

— Mohammed, te estoy dando ésta oportunidad. Haz bien las cosas— Puedo ver el torso desnudo y mis piernas flaquean. Nunca creí que podía tener tanto miedo. Miedo a perder lo más valioso que tengo, a perder el oxígeno con el que respiro, a perder mi corazón, mi razón de vida.

Los policías se acercan a donde están y tiran del cuerpo de Mohammed para esposarlo.

— Lo siento mucho hermana— solloza como un niño, mientras los policías tiran de él

— Perdóname tú también. Que allah te cuide de los malos pensamientos

— Por favor, desactívenla. Aún quiero abrazarla— suplica el chico lejos de ella

Entonces Melek se va dando la vuelta. Creo que me voy a desmayar cuando la veo sujetando el chaleco lleno de explosivos y cables rojos y azules. 

— Melek...— mis ojos se humedecen

— Ángel— me sonríe con ternura— cuida de él por favor. Cuídate tú también, y no olvides que tienes que dejar de beber alcohol y centrarte más en tu trabajo, despistado

— Melek, te suplico que no hagas esto. Aún quiero disculparme como es debido...

— Te he perdonado— me interrumpe— perdóname si alguna vez te ofendí con lo que digo

Voy a dar un paso hacia ella, pero uno de los agentes me sujeta del brazo impidiéndome avanzar. Un hombre vestido con un enorme traje de astronauta pasa por mi lado con un enorme maletín que coloca a los pies de Melek.

El agente comienza a tirar de mi hasta dejarme casi en la puerta de la sala. Va a sacarme de la sala cuando yo tomo el control sobre mi cuerpo

— Señor, por favor. Necesito verla. Déjeme, la miraré desde aquí— el agente niega con la cabeza, va a tirar de mi pero yo no me muevo

— Señor, si no sale me veré obligado a usar la fuerza

— Señor se lo suplico. Sólo quiero mirarla desde aquí

Finalmente el hombre cede y me deja quedarme en la puerta, viendo cómo aquel hombre con traje de astronauta, con movimientos lentos movía los cables. Melek me sonríe desde su posición, enseñándome los hoyuelos. 

No puedo evitar recordar la primera vez que la vi, cuando lo primero que ví en ella era su velo. Nunca creí que una mujer completamente tapada me iba a cautivar sólo con su sonrisa. Recuerdo su mirada, cuando tuve el accidente en moto. Cuando me recostó sobre sus piernas y consiguió que me mantuviera despierto hasta que llegara la ambulancia. O cuando la vi en el gimnasio, incrédulo al ver a una chica como ella pegando fuerte a un saco de arena. O cuando la vi como sostén a su amiga que se había quedado embarazada de otro. La vez en la que me llevó borracho hasta donde estaba Miriam. Y otra vez más, ella siendo heroína

— ¡Melek! ¡Necesito que sigas viva!— necesitaba gritarlo

Ella sigue sonriendo mientras murmura algo que no consigo escuchar. 

— Está recitando el corán. Ésto merece ser grabado— el agente de policía que tenía a mi lado saca su teléfono del bolsillo y graba aquella escena

* * *

Ya han pasado varias horas. El astronauta fue reemplazado por otra astronauta, esta vez mujer. Por lo que llegué a escuchar no consiguió hacer mucho, ya que el botón estaba muy bien ligado a los explosivos y sería muy difícil arriesgar la vida de la chica cortando un cable al azar. Por lo cual trajeron a una mujer, por lo visto con más experiencia en ese campo. 

Tras varios minutos la mujer mira a Melek, y con voz asustada y temblorosa le dice:

— Repite la al-shahada, y reza a tu Dios. Cuando creas que estás preparada me avisas— Entonces se gira hacia nosotras— despejar la zona a un kilómetro a la redonda. No quiero a nadie cerca.

Mi cuepo se tensa, y mis lágrimas comienzan a correr por mi cara. Melek está con los ojos cerrados repitiendo la Al-shahada. El agente comienza a tirar de mi pero yo resisto. Si ella morirá, quiero morir con ella. 

Sus ojos se abren y se posan en mi, para luego sonreír y pronunciar un "Estoy preparada" que sólo pudimos escuchar yo y la chica que desactivaba los explosivos. 

Siento los musculosos brazos del agente cruzarse sobre mi torso y elevarme del suelo, antes de perder de vista a Melek

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¡Sorpresaaaaa! ¿Y ahora qué? Jejejeje, aquí es cuando me doy cuenta del poder que tengo sobre mis personajes

¿Qué creeis que haré? ¿La mato y termino la historia? ¿O la dejo vivir  sigo escribiendo?  También puedo matarla y colocar a Ángel con Miriam... Jejejeje ya lo veréis al próximo capítulo. 

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La Chica del Hijab ©Where stories live. Discover now