Capítulo XIV. [II]

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― ¿Qué sucede Aurán? Estas muy pensativa ―preguntó Crystal tomando asiento a lado de ella en la sala de juntas

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― ¿Qué sucede Aurán? Estas muy pensativa ―preguntó Crystal tomando asiento a lado de ella en la sala de juntas.

―Nada en especial, bueno...Estaba hablando con la diosa Selene

― ¿Y qué pasó?

Le contó que las guerreras que ayudaron a Eileen estaban sorprendidas y agradecidas por sus habilidades. Las protegió con el escudo a pesar de que solo llevaba un par de días practicándolo. Fue muy valiente y tuvo sus debilidades. Sintió demasiado orgullo de su sucesora y le aseguró a Crystal que estaba lista para los siguientes entrenamientos. No obstante, todo lo demás conllevaba excesivo tiempo de prácticas y de seguro Eileen terminaría muy agotada.

―Cuenta con mi apoyo en lo que necesites.

―Gracias Aurora.

―Iré por Eileen pasado mañana, dejaré que se recupere del susto.

―Me parece buena idea Aurán―dijo Crystal y se puso de pie―. Yo seguiré viendo si se ofrece algo. Ah mira, ahí viene Eril justo a tiempo para que no te quedes sola.

Las mejillas de Aurán ardían de nuevo, tratando de disimular todo lo posible.

― ¿Qué están tramando? ―preguntó el guardián.

―Noticias de Selene y de hecho yo ya me voy. Debo de hacer mis rondas te la encargo ―dijo Crystal palmeando el hombro de Eril.

― ¿Noticias? ¿Cuáles noticias?

Aurán volteó y había logrado bajar el rubor. Le resumió lo sucedido a lo cual Eril sintiéndose de igual manera.

―Quien lo diría... Eileen tiene bastante potencial y solo tiene doce años.

―Lo sé, si sigue así dominará muy rápido todos los poderes y... tal vez esté mejor preparada que yo a la hora de la verdad ―dijo Aurán con un sutil tono de tristeza.

―No te preocupes. Estaremos ahí para lo que se ofrezca ―dijo Eril tomando asiento y poniéndola más nerviosa.

―Gracias ―dijo Aurán mirándolo de reojo.

Eril solo sonrió disfrutando aquel pequeño momento. Siendo observados a lo lejos por Azula y esta vez ella no interrumpiría. Se sentía muy feliz por su hermano, tantos años estando sobre la Tierra y tantos años de estar indeciso en acercarse a su único amor. Suspiró y se fue a dar un paseo.

Dos días pasaron y Eileen cada vez veía muy lejana la oportunidad de volver a ver todos esos seres maravillosos. Se despidió de Gaeni y se dirigió a su casa. Caminó lentamente disfrutando de esa brisa que jugaba con su cabello y helaba sus manos. Tenía puesto el collar y oculto debajo de su uniforme escolar. De repente vio por encima de sus hombros que alguien la estaba siguiendo. Se echó a correr por el miedo lo más rápido que pudo. El individuo también comenzó a correr detrás de ella. Eileen dio la vuelta en una esquina tomando un callejón como refugió, volteó y no había nadie. Retomó el rumbo y chocó con alguien tambaleándose un poco. Vio a una persona con la cara cubierta por la capucha de la sudadera.

CYELITY. La elegida. [Libro I] [En edición]Where stories live. Discover now