CYELITY. La elegida. [Libro I] [En edición]

Capítulo XVII. [I]

― ¿Una cita?, ¿qué es eso? ―preguntó el guardián

―Si es algo muy común en las parejas. Aurán y tú ya llevan ya un mes de novios ¿No?

―Qué términos tan extraños tienen los de tu mundo.

Ambos estaban comiendo pastel recién traído de Eirthan hecho por los familiares de Crystal, Aurán tuvo que retirarse del lugar pues había recibido un mensaje del reino de Selyn y fue a cerciorarse que nada malo estuviera pasando en Nurtonal. Mientras Eril y Eileen se quedaron platicando en aquella habitación de madera.

― ¿Novios?

―Si es cuando dos personas empiezan a salir... en ese caso Aurán y tú son novios ―dijo muy sonriente―. ¿Ya le regalaste alguna otra cosa?

―Pues lo único fue el ramo de flores de aquella vez.

―Puedes llevarla a una cita en Eirthan.

Le explicó que los enamorados asistían al cine, a un restaurante o incluso dar un paseo. Todas aquellas cosas comunes que las parejas suelen hacer para pasar el rato juntos. Además de regalos como chocolates, flores o peluches. Esos detalles que le encantan a las mujeres. Eril alzaba sus cejas o hacía expresiones raras cada vez que escuchaba un consejo por parte de Eileen.

― ¿Has entendido?

―Sí, pero hay un problema. No creo que Aurán quiera abandonar Cyelity en estos casos. Puede haber algunas guerrillas por ahí que no nos dejaría disfrutar nuestra "cita".

Eileen hizo pucheros y solo se limitó a comer su pastel. Sus inquietudes hacían que su cabeza trabajara a mil por ahora.

―Pero puedes proponérselo... al menos ―dijo casi rogando.

―En verdad que tú no tienes remedio―dijo poniéndose de pie―. Vamos, lo intentaré.

Salieron de la habitación y subieron a la plataforma. Caminaron por el sendero hacia la sala de juntas y Eileen adoraba el clima de Cyelity. No era tan caliente ni húmedo como el de Eirthan. En sus primeros días del mes de julio. La brisa acariciaba sus mejillas y hacía bailar su cabello. Casi podía ir saltando de felicidad.