CYELITY. La elegida. [Libro I] [En edición]

Capítulo XV. [I]

Pararon a descansar un rato en una de las bancas del jardín trasero del templo de Cyelity. Disfrutaban de ese cálido atardecer. Recorrieron el templo de principio a fin. Ella se fijó en todos los detalles y trababa de memorizarlos. No se imaginaba el día de su coronación, estar en ese hermoso lugar rodeada de gente importante. A veces sentía que todo era un simple sueño o una simple escapada de la realidad, pero cuando sus manos tocaban algo sólido o se pellizcaba su piel sabía que no era así.

―Y bien pequeña ¿Qué tal te ha parecido todo? ―preguntó Eril rompiendo aquel momento silencioso.

―Todo me ha parecido como un sueño― suspiró―. Este lugar... el mundo mágico ¿Todo es real?... ni siquiera he sido capaz de contarle nada a nadie para que no se burlen de mí...

―Y has hecho bien ―dijo acercándose más―. Es mejor que no se enteren, entre más sepa uno... más está en peligro...Es mejor que sigas manteniendo en secreto este lugar. A los únicos que podrás contarles son a tus futuros guardianes y ellos de igual manera deben proteger el secreto.

―De acuerdo y cambiando de tema...― agachó la cabeza apenada―. ¿Por qué no te le has declarado a Aurán?

Eril comenzó a toser―. Tienes doce años... una niña de doce años haciéndome esta clase de preguntas... ―suspiró―. Es difícil de explicar...

Se quedó observando uno de los árboles frondosos maravillado por su belleza y comenzó a relatar que él era uno de los más antiguos guardianes que existían en ese mundo junto con Azula. Ambos siempre habían sido la mano derecha de Ingrid hasta el día que llegó Aurán hace quinientos años atrás. Decidiendo en ese momento que quería convertirse en su guardián pese a todo pues había tenido ese amor a primera vista como muchos lo llaman. Pero las guerras siempre estaban presentes y la verdad nadie habla nada relacionado con el amor. Solo se hablaba de desgracia y sufrimiento entre lágrimas y penas.

Pues el amor era como un arma de doble filo. Eileen trató de entender lo que le quería decir y Eril buscó todas las palabras necesarias concluyendo que el amor era un bello sentimiento, pero también se convertía en el vacío más desagradable. Al tener la capacidad de vivir por largos periodos de tiempo se sufren algunas consecuencias. Por una parte, se pierden a muchas personas por la guerra o por muerte natural. Seres queridos. Son golpes de los que uno nunca se recupera.